Vox inicia el curso centrado en inmigración: «Nuestras ideas cada vez son más aceptadas»
El partido celebra que su postura contraria a la inmigración ilegal se extiende progresivamente

El secretario general de Vox, Ignacio Garriga (i), y su presidente, Santiago Abascal (d), en la reunión del Comité de Acción Política (CAP) celebrada este lunes. | Vox
La consigna en Vox de cara al nuevo curso político es clara: que el debate oscile en torno a la inmigración, incluso si se está hablando de vivienda, y atribuir todas sus consecuencias negativas a las «políticas bipartidistas» del PSOE y Partido Popular. Cuanto más se hable de la cuestión migratoria, mejor para los de Santiago Abascal, que han jugado todo a una carta, y tienen la impresión -corroborada en algunas encuestas recientes- de que sus ideas contrarias a la inmigración ilegal masiva cada vez son compartidas por un número mayor de los españoles.
La agenda no miente. Este lunes, tras la reunión del Comité de Acción Política, Abascal salió a rueda de prensa a denunciar, en primer lugar, la violación de un marroquí de 17 años a una niña española de 14 cerca de las instalaciones del centro de primera acogida de menores extranjeros de Hortaleza, en Madrid. Ahí ha convocado Vox este mismo martes una concentración a modo de repulsa: «Lo hacemos porque nadie lo hace, ni partidos, ni ONG, ni hay minutos de silencio, ni hay minutos de televisión, ni hay portadas para algunos asuntos».
Antes de que se produjera esta agresión sexual, en la madrugada del sábado, Vox ya había logrado marcar la agenda en torno a la cuestión migratoria cargando contra el Open Arms, la ONG catalana que rescata a inmigrantes en el mar Mediterráneo, proponiendo «hundir» su barco. Tras la violación, Abascal insistió: «Estos son los pasajeros del Open Arms. Esto es lo que trae Pedro Sánchez. Esta es la consecuencia de la invasión que patrocinan el PP y el PSOE desde hace décadas Violan a mujeres y a niñas. Dan palizas a los abuelos. Presumen de vivir a costa de los españoles. Y el PP y el PSOE, y las oligarquías mediáticas, económicas y religiosas se atreven a criminalizar a los españoles que reaccionan y se oponen a la invasión. Hay que echarlos. Hay que hundirlos. Hay que cambiarlo todo para que nunca más estén nuestras niñas indefensas».
En el turno de tarde, más. Abascal se hizo eco en X de la noticia publicada por Okdiario según la cual la Policía busca a 20 inmigrantes ilegales llegados en cayuco a Canarias, acusados de haber asesinado a tiros a más de 70 personas que viajaban en la misma embarcación, y a las que habían acusado de brujería: «Esta es la gente que nos está trayendo el PP y el PSOE. Son los verdugos de ancianos, mujeres y niñas. Y a veces los verdugos de sus propios compañeros. Y otros, mientras tanto, haciendo negocio».
Esta decisión de centrar el debate político en torno a la inmigración, tal y como informó este medio, se tomó antes de la ruptura de los gobiernos autonómicos compartidos con el Partido Popular, y fue la que estuvo detrás de esta ruptura. Vox considera que aquella salida de los ejecutivos regionales es uno de sus mayores aciertos estratégicos de los últimos años. Era una moneda al aire, pero que salió cara, sobre todo teniendo en cuenta el desgaste que hubiera supuesto para la formación de Santiago Abascal el haber tenido que gestionar catástrofes como la riada valenciana y los incendios. Desde fuera, han podido culpar al «bipartidismo corrupto» de PP y PSOE, con un discurso con el que se han acercado a los indignados con el sistema. Especialmente, obreros y jóvenes.
En el partido están sorprendidos de cómo su discurso migratorio ha calado más rápido de lo previsto, ya que creían que «el drama es que hasta que no nos encontremos en cada barrio, en cada esquina, con el problema no espabilaremos». Sin embargo, el desplazamiento de la ventana de Overton -teoría política que explica cómo determinadas opiniones pasan de ser despreciables a estar comúnmente aceptadas- ha sido fugaz. Vox pone un ejemplo: a comienzos de año creían que la idea de las deportaciones tardaría en ser popularmente aceptada. Ahora, el 70% de los españoles abogan por expulsar a los ilegales, según un sondeo reciente de Sigma Dos. El 91,4%, además, considera que la inmigración ilegal es un «problema de Estado».
«Llevamos diez años diciendo lo mismo. Denunciando un Estado Autonómico fracasado, leyes ideológicas descabelladas, una desastrosa política de vivienda, falta de infraestructuras clave, una nación sumisa a unas agendas supranacionales que buscan el borrado de la identidad y, por encima de cualquier otra circunstancia, denunciando una inmigración caótica», consideran fuentes de Vox, que, sin embargo, creen que es ahora cuando «los españoles sí que perciben al fin que lo que nosotros decíamos».
Centros de menas
La siguiente parada en la agenda de los de Abascal es la clausura de los centros de menas. Y conseguir que Isabel Díaz Ayuso, pese a sus amagos de endurecer su discurso migratorio, sea vista como parte del problema entre el electorado de la derecha. «El delegado del gobierno en Madrid, la presidenta de la comunidad autónoma y el ministro del interior deberían estar ahora mismo siendo oídos en declaración en un juzgado de instrucción», ha asegurado el portavoz de Interior, Seguridad e Inmigración de Vox, Samuel Vázquez, en reacción a la noticia de que el violador marroquí de Hortaleza contaba con antecedentes por una agresión sexual en el País Vasco.
La concentración convocada por el partido que preside Santiago Abascal para este martes a las 18.30 horas en la plaza de Santos de la Humosa, junto al centro de menores de Hortaleza, contará con la participación de la portavoz en la Asamblea de Madrid, Isabel Pérez Moñino, y la portavoz de Emergencia Demográfica y Políticas Sociales, Rocío de Meer.