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Política

La flotilla de Colau 'pierde' la mitad de sus barcos en solo tres días de navegación

De las 30 embarcaciones iniciales, cinco se quedaron en Barcelona y siete están paradas en las Islas Baleares

La flotilla de Colau ‘pierde’ la mitad de sus barcos en solo tres días de navegación

Barco de la Global Sumud Flotilla en Barcelona. | Europa Press

La flotilla de barcos que zarpó de Barcelona el pasado domingo rumbo a Gaza, en la que viajan la exalcaldesa Ada Colau y la activista Greta Thunberg, se ha quedado en la mitad de sus barcos después de tres días de navegación. Según los datos recopilados por este periódico, el domingo salieron de Barcelona unas 30 embarcaciones. Después de la primera noche de navegación, la flota volvió al puerto de la Ciudad Condal por la mala mar. El grupo retomó el viaje al día siguiente, menos cinco barcos que tuvieron que quedarse en el puerto. Después, la comitiva debía pasar por las Islas Baleares, donde otras siete embarcaciones han registrado problemas y averías, lo que les ha obligado a parar de momento su misión. Según datos oficiales, quedan 17 barcos activos, es decir, casi la mitad de los que salieron el domingo.

Los organizadores de la flotilla que pretende llegar a Gaza para entregar ayuda y desafiar a las autoridades israelíes, admiten los problemas de navegación. El viaje está prácticamente siendo narrado al minuto por sus tripulantes, que cuelgan vídeos en las redes sociales en los que describen los problemas del mareo y de las averías en alta mar. La jurista y politóloga Alejandra Martínez Velasco, por ejemplo, contó cómo siete embarcaciones tuvieron que pararse en los puertos de Mallorca y Menorca por problemas técnicos.

El sistema establecido por la flotilla es intentar navegar de forma conjunta, «cuidándose entre ellos, manteniéndose a la vista unos barcos a otros». Pero no es una tarea fácil, puesto que entre las 30 embarcaciones que zarparon en un primer momento de Barcelona se encuentran modelos muy diferentes, desde pesqueros de mayor tamaño que pueden alojar a una treintena de personas hasta pequeños veleros con espacio para cuatro o cinco tripulantes.

Llegada retrasada

Estas embarcaciones pequeñas, según la estrategia de los organizadores, deberían servir para moverse con agilidad en las aguas internacionales ante las costas de Israel y sortear el control de los buques del Gobierno israelí. Pero son justamente los que sufren los mayores problemas, y que se van quedando en el camino debido a todo tipo de averías: desde fallos del motor y en los sistemas de navegación, hasta la entrada de agua.

Los organizadores de la Global Sumud Flotilla insisten en que la marcha solidaria por el Mediterráneo sigue y seguirá, y que a medida que las embarcaciones se vayan reuniendo en el puerto de Túnez, se añadirán centenares de participantes. Se esperan barcos desde Barcelona, Génova y Venecia, entre otros puertos. El objetivo es llegar a las costas de Israel y Gaza el próximo 9 de septiembre, coincidiendo con la apertura de la Asamblea General de la ONU, como publicó THE OBJECTIVE el miércoles. Con su demostración, los activistas quieren condicionar el debate geopolítico internacional. Sin embargo, los problemas derivados de las condiciones meteorológicas y del mar están obligando a los organizadores a deslizar fechas más realistas para su llegada, como la de finales de septiembre.

Encuentro en Túnez

Algunos de los promotores de la iniciativa, como los activistas Thiago Ávila y Yusuf Omar describen las difíciles condiciones de navegación: la falta de agua para ducharse o la necesidad de «dormir en la cubierta, expuestos al viento y al sol». Los organizadores, además, avisaban antes del viaje de que las condiciones meteorológicas podían acarrear problemas, sumados a la acción del Gobierno de Israel, que anteriormente siempre ha parado iniciativas semejantes antes de que llegaran a puerto. Pero lo cierto es que las dificultades están siendo mayores de lo esperado, tal y como revela el hecho de que después de tan solo tres días de viaje, ya la mitad del grupo de embarcaciones se haya visto obligada a quedarse en tierra firme o hacer una «parada técnica».

Este hecho no es una cuestión baladí. Según las cifras de los promotores de la iniciativa, en Túnez se calculaba que podían reunirse alrededor de 60 embarcaciones, añadiendo a las de la Ciudad Condal las italianas y francesas. El objetivo era contar con un total de 500 personas, pero con ya más de una decena de barcos parados o bloqueados por el mar, estas cifras deberán inevitablemente reducirse a la baja.

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