The Objective
La mirilla

Idafe Martín no cuaja en Moncloa y borra su pasado en redes sociales

El activista deja su puesto en Presidencia tras solo cinco meses a las órdenes del jefe de Gabinete de Pedro Sánchez

Idafe Martín no cuaja en Moncloa y borra su pasado en redes sociales

Idafe Martín.

Cinco meses. Eso es lo que ha durado el agitador Idafe Martín como asesor de comunicación de Diego Rubio, jefe de gabinete del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Martín, conocido por tomar del vocabulario político francés el término «fachosfera» y por insultar en redes a periodistas críticos con el Ejecutivo socialista, llegó a La Moncloa el pasado mes de febrero para radicalizar el discurso gubernamental contra los medios de comunicación, pero, según ha podido saber THE OBJECTIVE, ya no trabaja ahí desde el pasado mes de julio.

Martín jamás se adaptó a su puesto de asesor. Sus constantes viajes entre Bruselas y Madrid, en donde se solía hospedar en el colegio mayor Antonio de Nebrija, le impidieron afianzarse en el equipo monclovita. Sin embargo, su impronta se notó: su fichaje fue concebido para «optar por una línea más dura» en el plano de la comunicación y ser más «agresivos» en el actual contexto de supuesta «ofensiva judicial, política y mediática» contra el Gobierno, que hizo suyos en muchos casos sus exabruptos. No en vano el ministro de Transportes, Óscar Puente, comenzó a utilizar «The Ojete» en referencia a este medio por ingenio de su activista de cabecera.

Tras su salida, que fue adelantada por El confidencial digital, la intención de Idafe parece que es crear un medio de comunicación con sede en Bruselas dirigido al público hispanohablante, que podrá disfrutar de las atrabiliarias ocurrencias de este agitador que saltó a la fama por atacar a periodistas primero desde El País y después, y sobre todo, desde sus redes sociales, que se convirtieron en un auténtico vertedero de insultos, llegando a descalificar a mujeres por su físico, a pesar de que blasonaba de ser feminista.

Borra su polémico pasado

Idafe Martín quiere hacer tabula rasa tras su paso por La Moncloa. Quizá por eso ha decidido resetear sus redes sociales para borrar su polémico pasado, que fue documentado por THE OBJECTIVE, con quien mantenía una particular obsesión, llegando a acosar durante meses a algunos de sus trabajadores. Una tarea que le fue recompensada de manera generosa por Diego Rubio, que ofreció a este agitador un contrato con una remuneración superior a los 70.000 euros anuales, correspondiente a un nivel 30 de la AdministraciónTras haber alcanzado Moncloa y trabajado para el Gobierno de Pedro Sánchez, ha borrado su lista de méritos en X.

Entre ellos -sus méritos- estaba el haber calificado el medio dirigido por Álvaro Nieto como «contenedor de basura amarillo», «el ojete», «libelo antisemita» o «balsa de purines». También llamaba de manera habitual «ratas» a sus trabajadores. Al redactor Marcos Ondarra, con quien tenía una extraña fijación, lo tildaba de manera diaria de «machista», «racista», «incel» (acrónimo de célibe involuntario), «misógino» y «becario», entre otras lindezas.

Paloma Cervilla, periodista que cubre al PP, fue también víctima de su campaña de acoso, así como la columnista Guadalupe Sánchez, a la que atacó sistemáticamente por su físico. «Señora, suélteme el brazo, que es usted muy fea y muy tonta», replicó Martín a Sánchez cuando esta le criticó por haber compartido una información falsa. La lista de periodistas agraviados por Idafe Martín es interminable, y contenía nombres como Vicente Vallés, Rubén Arranz, Carlos Segovia, Joan Guirado o Borja Negrete.

Sus malas artes le valieron las críticas del gremio. El diario ABC le dedicó un artículo calificándolo de «aprendiz de Lenin», denunciando su «matonismo» y comparándolo con el agitador Alvise Pérez. Las feministas también le afearon su misoginia (justificada siempre que estuviera dirigida a mujeres que no piensan como él), y cargaron contra el gabinete de comunicación de Pedro Sánchez cuando este medio publicó su fichaje: «Agitar la crispación y fomentar la misoginia es una insensatez».

Tras su paso por Moncloa, y en un intento de reinventarse como periodista de un digital bruselense, Idafe ha borrado de sus redes su profusa lista de insultos, agravios y acoso, pero verba volant, scripta manent. Y más en la actual era digital.



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