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Política

El Congreso tumba la reducción de la jornada laboral con votos en contra de PP, Vox y Junts

La ministra de Trabajo encaja la primera derrota parlamentaria del Gobierno en este curso político

El Congreso tumba la reducción de la jornada laboral con votos en contra de PP, Vox y Junts

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, este miércoles en el Congreso de los Diputados. | Jesús Hellín (Europa Press)

Tal y como estaba previsto, el Congreso de los Diputados ha votado este miércoles en contra de la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas. Se trataba de la medida estrella de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que encaja la primera derrota parlamentaria del Gobierno en este curso político. La medida ha sido tumbada con los votos en contra de PP, Vox y Junts.

El partido independentista catalán anunció a principios de la semana que votaría en contra de la propuesta de ley, acabando así con las esperanzas del Gobierno de apuntarse una victoria parlamentaria a la vuelta del verano. Junts ha insistido en que los autónomos, ganaderos y pequeños empresarios «no soportarían» el coste de reducir la jornada en dos horas y media a la semana.

Yolanda Díaz ha criticado duramente la postura de los independentistas durante su discurso. «Usted representa el capital, usted no se pone del lado del trabajador, se pone del lado del que hoy en España y Cataluña se está forrando», le ha espetado la ministra de Trabajo a la disputada Miriam nogueras.

Por su parte, el diputado del PP Juan Bravo ha calificado la reducción de jornada de «ciencia ficción» porque buscar «trabajar menos y cobrar mas», algo para lo que considera necesario aumentar la productividad y no al revés, y ha puesto como ejemplo que sería como «ponerse un pantalón de una talla menos para adelgazar».

«No empiece la casa por el tejado, necesitamos medidas sostenibles, contar con todos los actores, no es reducción de jornada, sí o no», ha dicho Bravo, al tiempo que se ha preguntado como llevar a cabo la reforma: «¿Con consenso o con imposición, con responsabilidad o propaganda, con trabajo o con su ideología?». La reducción «debe hacerse buscando el diálogo, no solo con sindicatos, sino también con la patronal, y con negociación intersectorial», ha zanjado.

También en la defensa de su enmienda a la totalidad, el diputado de Vox, José María Figaredo, ha acusado al Gobierno de «maquillar» los datos de la economía y el empleo en España. «Traen una medida que es (…) bastante cosmética», ha asegurado Figaredo que ha acusado a Díaz «de vender que hay que trabajar menos en un país donde falta empleo» y ha señalado al impacto de la medida en las empresas más pequeñas.

Los sindicatos movilizados

Al tiempo que se votaba la medida, cientos de personas convocadas por CCOO y UGT se han concentrado frente al Congreso para exigir la tramitación del proyecto de ley. Ataviados con pañuelos palestinos, los líderes de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, han aprovechado la concentración para reclamar a Europa que actúe frente al «genocidio contra la población civil palestina».

Ambos se han dirigido a los manifestantes desde un escenario para decirles que «hoy no se acaba nada» y que aunque se vete la norma que reduce la jornada a 37,5 horas semanales, se trata de un debate insoslayable que va a perseguir a los diputados que este miércoles van a votar en contra de su tramitación.

«Es un debate de época sobre el tiempo de trabajo que no acaba aquí», ha dicho Sordo, que ha considerado anacrónico que en 2025 la jornada laboral sea la misma que en 1983, un periodo en el que la productividad ha aumentado gracias a la innovación tecnológica sin que esa ganancia le haya llegado a los trabajadores.

Al respecto, Álvarez ha recordado que la reivindicación de los sindicatos pasa por recortar la jornada de trabajo a 32 horas semanales y que las 37,5 horas son solo una estación de paso.

«Los votantes de Vox también quieren trabajar menos, lo mismo que Santiago Abascal», ha asegurado Sordo. A su juicio, Vox, Junts y PP («la derecha extrema, la extremada y la mediopensionista») están unidos por «el miedo» a que se demuestre que la reducción de jornada no destruye empleo ni cierra empresas, como ya se ha comprobado con las subidas del salario mínimo o con la limitación de la temporalidad.

«No queremos las tiendas abiertas hasta el infinito», ha dicho Álvarez, que ha asegurado que en Madrid hay que acabar con el infierno de horarios comerciales que defiende «la esclavista» que presidente la comunidad, en referencia a Isabel Díaz Ayuso.

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