Malestar en Exteriores por enviar a casa a sus trabajadores durante la cumbre EEUU-China
El departamento de Albares cerró el lunes el Palacio de Santa Cruz a sus empleados a través del «boca a boca»

José Manuel Albares junto al secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent. | MAEC
Las recientes negociaciones comerciales al más alto nivel entre Estados Unidos y China en Madrid han impulsado a la diplomacia española en su papel de mediador en la resolución de problemas entre países, pero dejaron una víctima colateral: los empleados del Palacio de Santa Cruz, la sede histórica del Ministerio de Asuntos Exteriores donde se reunieron ambas delegaciones. A todos ellos, con excepción del equipo de protocolo, se les mandó a casa en la jornada del lunes sin una comunicación oficial y con la imposición de no teletrabajar.
El asunto se transmitió «a través del boca a boca» entre los responsables de cada departamento y sus trabajadores, lo que ha generado malestar entre los afectados. THE OBJECTIVE ha tenido acceso al cruce de varios correos internos que hubo en Santa Cruz ese día y que denotan improvisación por parte del departamento que dirige José Manuel Albares. En vez de enviar un correo colectivo con la medida adoptada de blindar la sede histórica del ministerio, Exteriores optó por comunicarlo únicamente a los jefes de departamento para que ellos lo trasladasen a sus empleados mediante llamadas telefónicas o mensajes de whatsapp.
El jefe del área de seguridad interior del edificio admitió en uno de esos mensajes, por ejemplo, que la sede permanecería «cerrada a la entrada de trabajadores» el pasado lunes «debido a diversas reuniones» que se iban a desarrollar en su interior, en referencia a las negociaciones entre China y Estados Unidos. «Lamento que no se les haya comunicado oficialmente», apostilló a modo de disculpa (ver abajo).

En Santa Cruz solo quedan alrededor de medio centenar de trabajadores de áreas como Asesoría Jurídica Internacional, Inspección de Servicios, Valija Diplomática, Biblioteca, Publicaciones e Imprenta, así como los diferentes consejos que se dedican a fortalecer vínculos entre España y terceros países. También se encuentra la Dirección General de Protocolo, Cancillería y Órdenes, cuyo máximo responsable, el introductor de embajadores Adrián Martín, fue el encargado de recibir a pie de calle a las delegaciones comerciales enviadas por Washington y Pekín respectivamente.
La ‘invasión’ estadounidense y china de Santa Cruz fue completa y sin precedentes. El Gobierno chino envió a más de 60 responsables de su Ministerio de Economía con el viceprimer ministro, He Lifeng, a la cabeza. Por su parte, la Administración Trump movilizó a medio centenar de funcionarios del Departamento del Tesoro, con su secretario Scott Bessent al frente.
Exteriores cedió un despacho tanto a Lifeng como a Bessent y todas las salas de Santa Cruz fueron ocupadas. La del plenario contó con la presencia de más de 40 personas y otras adyacentes tuvieron reuniones sectoriales que se celebraron en paralelo a la del pleno. El grueso de las negociaciones comerciales se desarrolló durante el domingo. Una jornada «interminable», en palabras de un diplomático, que concluyó cerca de la medianoche.
La cuarta ronda de contactos
La de Madrid fue la cuarta ronda de contactos entre las delegaciones comerciales china y estadounidense tras las celebradas en Ginebra, Londres y Estocolmo. El encuentro se produjo tras la prórroga en agosto de la tregua arancelaria que extendió hasta noviembre la suspensión de nuevos gravámenes y que rebajó los aranceles impuestos previamente hasta el 30 % para los bienes chinos y el 10% para los estadounidenses. Además, coincidía con la fecha límite fijada por la Administración Trump para que expirase el permiso de TikTok para operar en territorio estadounidense.

Precisamente, el principal acuerdo surgido de Madrid se centró en el futuro de esta red social. La Administración Trump estaba pendiente de que la matriz china de TikTok -Bytedance- se desprendiera de sus operaciones en Estados Unidos después de que el Gobierno de Joe Biden aprobase una ley que planteaba prohibir la red social a menos que su propietaria vendiera la aplicación antes del 19 de enero. Finalmente, Pekín dio luz verde a la operación comercial, por lo que se levantó la amenaza de retirar el permiso de la red social china para operar en el mercado estadounidense.
La cita de Madrid buscó, además, allanar el camino para un encuentro entre los presidentes de ambos países, Donald Trump y Xi Jinping, quienes podrían coincidir a finales de octubre en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Gwangju (Corea del Sur). El propio Trump anunció que este viernes hablará por teléfono con su homólogo chino. «¡La relación sigue siendo fuerte!», proclamó.