El Cervantes de Tel Aviv desoye a Albares y ofrece descuentos a los soldados israelíes
La entidad cultural española oferta a los reclutas hebreos una reducción del 5% en la matrícula de este año

Luis García Montero, director del Instituto Cervantes. | Foto: Fernando Sánchez (EP)
El Instituto Cervantes de Tel Aviv ha incluido un año más a los soldados israelíes entre los colectivos que se pueden beneficiar de un descuento en la inscripción de la matrícula para la enseñanza del castellano en este curso 2025/206, según se indica en su página web. Una oferta económica que choca de lleno con la posición del Gobierno español en la guerra de Gaza, advierten a THE OBJECTIVE fuentes de este organismo cultural dirigido por Luis García Montero y que está adscrito al Ministerio de Asuntos Exteriores de José Manuel Albares.
El Cervantes ofrece un descuento del 5% para los antiguos alumnos, así como a «pensionistas, soldados, parados y/o estudiantes». Además, oferta otro 15% adicional si el pago de la matrícula se hace «con una semana de anterioridad al día en el que comienzan nuestros cursos de invierno» o bien, «para hermanos en el caso de cursos destinados a niños y/o adolescentes». Por lo tanto, «el descuento máximo aplicable», del que se pueden beneficiar los miembros del Ejército hebreo, «no excederá nunca el 20%» (ver abajo).

«En caso de que alguno de los descuentos le sea aplicable, es obligatorio que lo comunique en el momento de formalizar la inscripción. Una vez que se haya realizado el pago, no es posible beneficiarse de un descuento no solicitado previamente», subraya el centro cultural español de Tel Aviv en su página web.
Las citadas fuentes hacen hincapié en «el amplio número de cursos» que oferta el Cervantes de Tel Aviv este año, con un total de diez, pese a la situación que se vive en la zona. También lamentan la «incoherencia» del Ejecutivo de Pedro Sánchez, que ha reducido al mínimo las relaciones bilaterales tras la retirada de la embajadora española, Ana Salomon, el pasado 8 de septiembre. Curiosamente, las clases empezaron un día antes de esta decisión diplomática -se tomó el 7 de septiembre- y se prolongarán hasta finales de junio, con horarios que cubren todos los días de la semana a excepción del jueves y el sábado, día sagrado para el judaísmo. Junto al castellano, se imparte también un curso de catalán.

El Gobierno español prevé aprobar el martes un decreto ley para imponer un embargo a la compraventa de armas con Israel y en las últimas semanas defiende a capa y espada una ‘desconexión’ con la industria militar hebrea que ha llevado, por ejemplo, a la anulación de los pliegos de contratación de dos contratos de armamento con empresas israelíes valorados en cerca de 1.000 millones de euros. Sin embargo, la cooperación cultural entre los dos países no parece vivir ningún sobresalto.
Desde el propio Instituto Cervantes se reconoce a preguntas de este periódico que los soldados israelíes están incluidos dentro de los descuentos, si bien es cierto que el Consejo de Administración de cada centro es el que decide a quién se ofrece la reducción de una matrícula tras una valoración de «los colectivos más vulnerables». En el caso de Israel, la inclusión de los soldados se refiere «a los jóvenes reclutas en edad de cumplir con el servicio militar obligatorio». Es decir, de los 18 a los 21 años, tanto para chicos como para chicas, precisa el organismo cultural adscrito a Exteriores.
«Denunciar un genocidio no tiene nada que ver con ofrecer políticas de descuento a la población israelí con menor capacidad adquisitiva. En el caso de los reclutas, se lleva haciendo desde que se inauguró el Cervantes de Tel Aviv en 1997 con (José María) Aznar. Es una práctica habitual en Israel porque se equipara a los reclutas con los jóvenes estudiantes que, por diferentes circunstancias, están exentos de ir a la ‘mili’ obligatoria», resume una portavoz de la institución.
El caso del Cervantes de Moscú
La situación del Cervantes de Tel Aviv en plena guerra de Gaza es similar a la que vive el centro cultural en Moscú, donde se siguen dando cursos de aprendizaje del castellano con la salvedad de que no hay un director al frente. El último, Juan Carlos Vidal, fue incluido en mayo de 2022 en la lista de los 27 diplomáticos españoles expulsados por el régimen de Vladímir Putin al inicio de la invasión de Ucrania. Desde entonces, el Cervantes de la capital rusa está dirigido por la coordinadora general, Tatiana Pigariova.
El centro cultural moscovita estuvo cerca del cierre hace tres años después de que los sindicatos pidiesen a García Montero un paso en este sentido tras el estallido bélico contra Ucrania. El 2 de marzo de 2022, una semana después de que se desatasen las hostilidades, los cuatro sindicatos remitieron al director del Cervantes un correo conjunto en el que se posicionaron a favor de cerrar el edificio de la capital rusa, donde había 680 matrículas abiertas para alumnos rusos. Cada uno de ellos pagaba una media de 2.000 rublos mensuales (unos 25 euros) por las clases en castellano que se estaban dando por vía telemática.
La expulsión del director del Cervantes de Moscú comprometió seriamente el inicio de los cursos en septiembre de aquel año ante el gesto inamistoso del Gobierno de Putin al descabezar la dirección del centro. Fue una de las sorpresas de la lista que el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso entregó al entonces embajador español, Marcos Gómez. Pero desde Madrid se decidió seguir con la sede moscovita abierta.