Los sindicatos temen presiones para que convoquen una huelga general por Gaza
En Italia y Francia hay movilizaciones, pero de momento España solo se limita al boicot a Eurovisión

Manifestación en favor de Palestina en Madrid | Europa Press
Las protestas callejeras que llevaron a interrumpir la Vuelta ciclista a España 2025 han sido consideradas por los grupos políticos impulsores de estas iniciativas como una «victoria». El hecho de que el Gobierno de España haya alentado las protestas y ahora suba la apuesta, con la idea de no participar en el Festival de Eurovisión si está Israel, ha encendido los ánimos de muchos sectores de la izquierda. Y algunos de ellos ya empiezan a pedir de forma más o menos pública una intervención también de los sindicatos. La idea pasa por pedir una huelga general que eleve el compromiso de España contra la acción de Israel en Gaza, aunque las cabeceras de las principales centrales sindicales temen esa deriva.
Grupos reducidos dentro de los sindicatos mayoritarios, como Comisiones Obreras y UGT, y sobre todo, sindicatos minoritarios regionales, han empezado a levantar la voz pidiendo que se convoque una «huelga general». Se trata de palabras mayores para las cúpulas sindicales, según explican fuentes de estas centrales, puesto que implicaría una campaña muy consistente para garantizar la adhesión necesaria. El país lleva más de 20 años sin que los trabajadores se crucen de brazos de forma tan contundente, y algunos sectores proponen ahora que lo hagan por Gaza.
Desde los sindicatos mayoritarios se descarta que las secretarías nacionales planteen una decisión semejante. Por un lado, porque en el Gobierno se halla un Ejecutivo afín, y en segundo lugar, porque la organización de una huelga general o incluso sectorial, por ejemplo en el transporte, es algo muy complejo. Pero hay temores de que en otros países se persiga ese planteamiento, y que eso dé alas en España a quienes propongan soluciones semejantes. Fuentes sindicales admiten las presiones: «Hay voces minoritarias que piden la huelga general», reconocen. Aunque reiteran que las direcciones de los sindicatos no estarían por la labor, al menos de momento.
Boicot a la Vuelta
A lo largo de estos meses, Podemos ha pedido mantener posiciones cada vez más críticas con Israel. El Gobierno, después de unos cuantos titubeos, parece convencido de seguir el rumbo dibujado por los morados. El boicot a la Vuelta a España puede representar un antes y un después en ese sentido. Pero sea como fuere, los principales sindicatos evitan en este momento hablar de huelga. Aun así, miran alrededor, con el temor de que los acontecimientos obliguen a modificar su brújula (en concreto, que el Gobierno y sus terminales empujen hacia ello).
En Italia, por ejemplo, los sindicatos han declarado una huelga general en el sector del transporte, la educación y la universidad para el 22 de septiembre. La CGIL, principal sindicato italiano, ha anunciado un parón de cuatro horas para este viernes 19 de septiembre. En el país transalpino, por lo tanto, el sector sindical ha decidido moverse para denunciar la situación en Gaza. Y en Francia los sindicatos están en pie de guerra por los recortes decretados por el Gobierno. No es descartable que los colectivos críticos con Israel acaben respaldando esas protestas, para mezclar asuntos laborales con la denuncia de los ataques de Israel.
La Comisión Europea, por su parte, ha pedido a los Estados miembros aprobar un paquete de medidas comerciales para sancionar a Israel. Aun así, a diferencia de España, muchas fuerzas políticas en Europa son reacias a calificar la maniobra de Israel en Gaza como un «genocidio», tal y como ahora defiende el presidente Pedro Sánchez. El clima encendido ha llevado más de un centenar de rabinos europeos a pedir amparo y protección a la UE, avisando del riesgo de fugas masivas de judíos del continente, ochenta años después del fin del Holocausto.
Incertidumbre sobre el Gobierno
En España, el rechazo social a la política de Israel en Gaza está llevando al Gobierno a intentar rentabilizar la protesta a través de un mecanismo que mezcla su presencia en las instituciones con una vocación de dirigir y condicionar las protestas en la calle. Esa incertidumbre sobre las decisiones que pueda tomar el Ejecutivo es lo que preocupa en el ámbito sindical.
Los sindicatos ejercen un papel muy propositivo hacia el Gobierno. Así ha quedado palpable, por ejemplo, en el debate sobre la reforma de la jornada laboral, finalmente tumbada por el Congreso. Y de momento no se esperan saltos en adelante en ese ámbito. «Hoy no hay condiciones para eso», señalan desde los frentes sindicales y de la izquierda.
El incremento de la tensión internacional y la vocación de Sánchez de aprovechar el avispero para tapar los problemas internos (parlamentarios y judiciales) pueden mover la brújula de la política nacional hacia la izquierda, llevando a los sindicatos a tener que decidir si quieren convocar a los trabajadores a parar el país para mostrar su apoyo a la población de Gaza y reprochar a Israel su invasión. Todo ello sin mencionar en ningún momento a Hamás, la organización terrorista islámica que mató a más de 1.200 judíos hace casi dos años y que sigue teniendo retenidos a casi 50 rehenes, muchos de ellos posiblemente ya fallecidos.