Clamor del sector feminista del PSOE para que dimita Ana Redondo: «Tiene que irse ya»

El escándalo en los fallos de las pulseras telemáticas antimaltrato ha generado un clamor en el seno del PSOE para forzar la dimisión de la ministra de Igualdad, Ana Redondo, por su gestión «bochornosa y lamentable». Según fuentes socialistas consultadas por THE OBJECTIVE, el sector feminista del partido se ha levantado en armas contra la responsable de la cartera por considerar «insostenible» su permanencia en el Gobierno y reclama que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la destituya para taponar la sangría del voto femenino que se ha abierto en el PSOE.

Dirigentes socialistas aseguraban a este periódico hace días que «Redondo resistía por el apoyo de Óscar Puente», su valedor desde sus tiempos como número dos en Valladolid. Un apoyo relevante en la medida en que «Sánchez siempre ha tenido una querencia especial hacia Puente», a quien nombró portavoz de su segunda Ejecutiva Federal en Ferraz en 2017. Sin embargo, las mismas fuentes sostienen ahora que «Puente la ha dejado caer y ya nadie la apoya». Su soledad es notable y creciente, pese al aparente respaldo de la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, el martes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Un hecho poco determinante en la medida en que «Pilar también fue quien apoyó a Paco Salazar antes de ser forzado a dimitir» tras sus presuntos casos de acoso a mujeres.

En rueda de prensa desde Nueva York, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguró que «la ministra Ana Redondo cuenta con todo mi apoyo y mi solidaridad» porque «ha tenido que hacer frente a una serie de acusaciones que, desde luego, por su gestión y lo dicho por la Fiscalía, no ha sido tal». Sánchez respondió a la pregunta de los periodistas a las 20.30 horas de la tarde, pocas horas después de que saliera adelante la moción de reprobación contra la titular de Igualdad en el Congreso de los Diputados, en cuya sesión ni uno solo de los cinco ministros preguntados por la oposición en la sesión de control defendió la gestión de Ana Redondo. Y ninguno siguió la estela marcada por la protagonista: «Son bulos y mentiras, utilizan a las víctimas como ariete contra el Gobierno». Tampoco Sánchez repitió la consigna empleada en otras ocasiones de los bulos, mentiras y desinformación.

«Los chats de las feministas están incendiados»

Y el motivo de esta renuncia al argumento es que, en privado, las explicaciones de Redondo generan «bochorno» en amplios sectores del PSOE que no sólo atañen a las mujeres. Lo cierto es que, según las fuentes consultadas, «los chats de las feministas socialistas están incendiados, han dejado de hablar de Gaza, eclipsado por el escándalo de las pulseras». Pero la indignación se ha extendido también al sector masculino del PSOE que se ha unido al clamor contra el consuelo de la ministra de que ninguna mujer con pulsera ha sido asesinada: «¿Pero cómo puede decir eso? Es una vergüenza, una frivolidad, no se puede consentir».

El sector feminista urge que Redondo «tiene que irse ya» porque «esto no se aguanta». Se refieren a los cambios de versión, la frivolización del conformarse con que «sólo afecta al 1% de los casos», que supone «un insulto a las mujeres maltratadas y a todas las feministas. Es muy grave». Y por ello esperan actuaciones del propio presidente del Gobierno: «Esto es un torpedo en nuestra línea de flotación de las mujeres», en el contexto extremadamente sensible de una legislatura marcada por la prostitución en las filas del PSOE, el Tito Berni, las excarcelaciones de violadores tras la reforma de la Ley de Libertad Sexual y el escándalo de corrupción vinculado a los puntos violeta. Por todo ello, las feministas socialistas piden contundencia a Pedro Sánchez: «Lo puede vender como el presidente feminista, pero no puede no actuar».

«Que pida perdón y se vaya»

De momento, fuentes de Moncloa deslizan a este periódico que no habrá dimisión ni se forzará su salida. Incluso aseguran que no se trata de una responsabilidad exclusiva de Ana Redondo porque la Memoria de la Fiscalía General del Estado se remite al Ministerio de Justicia, y no al de Igualdad. Desde Nueva York y en una línea contemporizadora similar, Pedro Sánchez rebajó la importancia de lo ocurrido: «El sistema funciona, y quiero decir que funciona mejor de lo que funcionaba antes. Es verdad que en la migración de los datos hubo problemas técnicos, pero la propia Fiscalía asegura que las víctimas estuvieron protegidas 24 horas al día los siete días de la semana».

Un posicionamiento insuficiente para un PSOE que este miércoles en el Congreso dejó sola a la ministra de Igualdad en el pleno durante su reprobación parlamentaria. Minutos después de su intervención, algunas fuentes socialistas clamaban en privado contra la «intervención bochornosa» de Redondo en el hemiciclo. «Es un desastre, no ha sabido gestionar los tiempos desde el principio, ha cambiado de versión ocho veces y sigue hablando de bulos. Es infumable. Que pida perdón y se vaya».