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La mirilla

Cumbre en Madrid de socialistas críticos con Pedro Sánchez

Decenas de socialistas se reúnen para hablar del futuro del partido, «que se ha echado en brazos del populismo»

Cumbre en Madrid de socialistas críticos con Pedro Sánchez

Ilustración de Alejandra Svriz.

¿Hay un futuro cercano del PSOE sin Sánchez? Eso creen cada vez más socialistas, preocupados por la deriva del presidente del Gobierno y secretario general del partido, y por las posiciones de ministros y responsables actuales de la organización. Eso creen, y se atreven a hablar y a discrepar, a moverse sin miedo a las fotos oficiales de la dirección.

Más de medio centenar de nombres conocidos de la familia socialista excluidos por el sanchismo almorzaron este miércoles en Madrid, cerca del Congreso de los Diputados, porque quieren que esta etapa del partido acabe cuanto antes. Allí estaba Juan José Laborda, expresidente del Senado; estaba también el expresidente de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra; el exministro Jordi Sevilla; el jurista y exministro de Relaciones con las Cortes Virgilio Zapatero; estaba Soraya Rodríguez, que fue secretaria de Estado de Cooperación Internacional y después portavoz del grupo parlamentario socialista en el Congreso en la época de Alfredo Pérez Rubalcaba al frente del partido; Nicolás Redondo, exdiputado; Ignacio Urquizu, estrecho colaborador de Javier Lambán, el recientemente fallecido expresidente de Aragón y un referente del partido a nivel nacional; Teresa Freixes, catedrática de Derecho Constitucional y vicepresidenta de Societat Civil Catalana; Alejandro Cercas, que fue eurodiputado; José Antonio Maturana, abogado y exdiputado…

Compartieron mesa y mantel socialistas de distintas federaciones, edades y procedencias. Algunos son críticos reconocidos del oficialismo, pero otros no. Todos ellos, de acuerdo en que la actual etapa del partido debe acabar cuanto antes y en que el sanchismo está más debilitado de lo que muchas veces se piensa.

¿De qué hablaron los comensales? De la defensa de la socialdemocracia y con ella, del Estado de derecho y la Constitución, porque creen que la dirección de su partido se ha echado en brazos del populismo. De recuperar consensos y llegar a pactos de Estado con las fuerzas centrales de la política para poder aislar a los extremos. «Hoy el Partido Socialista gobierna con la extrema izquierda y la extrema derecha a la vez y de manera simultánea. Junts como se vio en el debate sobre inmigración, es casi indistinguible de la extrema derecha catalana, secesionista e identitaria».

Más afirmaciones en las mesas: «Para que el partido recupere la senda de la socialdemocracia hay que recuperar las políticas reformistas». «Hay que defender el Estado de bienestar, y por ello hay que defender el Estado». «Son las políticas de fragmentación territorial a demanda de nacionalismos periféricos de este Gobierno las que están poniendo en riesgo las políticas públicas y los servicios públicos que están en el ADN de la socialdemocracia».

El empeño de los reunidos: «Somos socialistas, no antisanchistas, ese calificativo es el que de manera interesada ha puesto Sánchez a todo el que discrepa. Los que discrepamos de Sánchez y de las políticas de su Gobierno no lo hacemos por ser antisanchistas, sino precisamente por ser socialistas. Defendemos políticas sociales y de izquierdas, defendemos el legado del partido en la transición, ese del que algunos dirigentes hoy reniegan».

Estos socialistas reservaron un restaurante al lado del Congreso -que cerró las puertas para ellos- para hablar de todo esto. ¿Su próximo almuerzo será en el comedor del Congreso de los Diputados?

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