The Objective
Entrevista

Alejandro Cercas: «Si el PSOE no cambia, vamos al desastre nacional»

El histórico dirigente socialista asegura: «Hemos perdido la autoridad moral y vamos a perder el poder»

Alejandro Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1949), exdiputado y eurodiputado del PSOE, es uno de los históricos dirigentes del socialismo español. Fue delegado por la Federación Socialista de Madrid al XIII Congreso del PSOE en el exilio celebrado en Suresnes-París (Francia) en octubre de 1974. Desde esa experiencia y desde sus profundas convicciones socialdemócratas reflexiona, en una conversación con THE OBJECTIVE, sobre la grave situación que atraviesa el partido del que es militante. Cercas lanza un aviso: afirma con contundencia que «si el PSOE no cambia», España va encaminada «al desastre nacional». Además, dice lo siguiente sobre el partido: «Hemos perdido la autoridad moral y vamos a perder el poder». El exdiputado ha participado recientemente en un encuentro de exdirigentes del PSOE muy críticos con la actual dirección.

PREGUNTA.- Recientemente, un grupo de exdirigentes del PSOE y políticos de izquierdas se reunieron en un almuerzo en Madrid, despertando una gran expectación por lo que puede ser un movimiento de reacción contra la gestión de Pedro Sánchez ¿Por qué y para qué se organizó este encuentro? 

RESPUESTA.- Porque estamos muy preocupados por el deterioro de la situación política en España, de los valores de la Constitución y de la Transición. ¿Para qué? Para que la sociedad conozca que hay socialistas que no compartimos las políticas que está llevando a cabo el Gobierno de coalición e intentar que en el Partido Socialista haya una reflexión. Hoy, en el PSOE, eres sanchista o antisanchista. Hay que superar los personalismos y preguntarse por el resultado de las políticas en esta legislatura, si han sido buenas o malas para los españoles. También reflexionar sobre lo que va a pasar si seguimos por este camino de enfrentamiento, de división y de medio país contra el otro medio. Estamos muy preocupados, y deseosos de que el partido recupere sus valores y su compromiso con un programa nacional, no solamente de izquierda, sino para todos los españoles. Nos hemos reunido para ver una tormenta de ideas entre compañeros muy plurales; muchos de ellos han estado históricamente a favor de la actual dirección. 

P.- ¿Este encuentro ha sido el germen de lo que será una futura plataforma o asociación de debate sobre el futuro del PSOE? 

R.- Hay un grupo de compañeros que lo van a hacer, aunque en la comida también había antiguos socialistas que ya no están en el partido y gente socialdemócrata que nunca ha estado. Había gente que seguimos en el Partido Socialista Obrero Español, pero que tenemos dudas sobre si dirigirnos internamente a los militantes del partido o más bien seguir con una visión de ser una expresión ante la sociedad, ayudando a la gente que está en el PSOE, pero no siendo nosotros protagonistas. Puede ser el inicio de algo, pero no todos los que estaban en la comida van a participar en ese proceso. 

P.- ¿Por qué no quieren participar algunos en esa plataforma? ¿Hay miedo?

R.- Porque hay gente que cree que el PSOE ya no es recuperable, y otra que sí, pero muy a largo plazo y que, por tanto, es preferible que las energías se utilicen en dirigirse a la sociedad civil, movilizarla, dar ejemplo dialogando con gente de la derecha, liberales, constitucionalistas, no estar agobiados por una lucha interna y vivir en la burbuja de un partido político. Hay también una crítica a la realidad de los partidos políticos en España, que están conduciendo al país a una partitocracia y que la sociedad civil no interviene en ese debate.

P.- ¿Coincide más con los que piensan que el PSOE es recuperable o no?

R.- El Partido Socialista está muy dañado: en sus cimientos, en sus valores… Está despreciando buena parte del patrimonio que atesoró tras la recuperación de la democracia, de los grandes beneficios que ha habido para el país, para los trabajadores y para la gente humilde. También un destrozo tremendo de los líderes que hicieron aquello: el desprecio a la figura de Felipe González, de Alfonso Guerra, de tantos y tantos que, en este momento, de una manera muy leal, están diciendo: no podemos separarnos de aquellos valores. El partido, como ha pasado otras veces en la historia de España, ha tenido épocas muy brillantes y épocas muy oscuras, y las oscuras las han pagado, de una manera muy grave, el partido y la nación. En este momento hay una época oscura y la va a pagar el partido y España. Se va a salir, lo que no sé es cuándo. 

«Hay gente que cree que el PSOE ya no es recuperable»

P.- ¿Cree que Pedro Sánchez ha sido el gran traidor del PSOE, el responsable?

R.- Procuro no hablar de Pedro Sánchez o de sanchismo, porque yo creo que el problema viene de antes y con Pedro Sánchez se ha multiplicado y suponemos que puede seguir después. El partido ha perdido de vista que es un instrumento y ha puesto como objetivo los intereses de los dirigentes, cuando tienen que estar al servicio de la sociedad. Que primero se elijan a las personas y después las políticas ha roto la tradición histórica del Partido Socialista, que ha sido un partido democrático, donde los militantes establecían la política y luego elegían a los dirigentes. La responsabilidad también es del Comité Federal, de la Ejecutiva, del Gobierno, esos silencios impropios de un partido democrático que debe priorizar la resolución de los problemas de los españoles y no los de sus dirigentes. No estar constantemente buscando el voto, cayendo en un populismo que nada tiene que ver con el socialismo.

P.- ¿Cómo cree que juzgará la historia del PSOE a Pedro Sánchez?

R.- Sus políticas han sido muy negativas para el partido y lo que me preocupa es que continúen en el futuro, el deterioro de la Constitución, la división de poderes, la transparencia, la toma de decisiones e incluso la honestidad. No lo digo yo, lo dicen todos los organismos internacionales. Todo eso se ha deteriorado en el mandato de esta última dirección y de este Gobierno. Este Gobierno está cometiendo un auténtico disparate que es dividir a la nación. El primer deber de un gobernante es hacer un proyecto para toda la nación, no solamente para los socialistas o para la gente de izquierdas.

Alejandro Cercas. | Víctor Ubiña

P.- ¿El proyecto de Sánchez es un proyecto personalista? ¿Qué es hoy el Partido Socialista?

R.- Es un partido que tiene una brújula equivocada. Sus objetivos no son el bien común, la defensa de la Constitución; es permanecer en el poder a cualquier precio, incluso provocando un daño terrible, como es repetir otra vez la incompatibilidad de media España con la otra media, el frentismo que ha propiciado este Gobierno de coalición. La política hoy en España la define un prófugo de la Justicia, un delincuente que vive en Waterloo y unos ministros que no tienen un compromiso con la democracia, con la economía de mercado y que tienen una incapacidad total para gestionar los servicios públicos. Estos años han sido terribles para el futuro de España porque no va a poder abordar ninguno de sus problemas sin que haya un acuerdo básico entre la mayoría constitucionalista, que somos el 70% de los españoles. No puede ser que los extremistas y los separatistas sean quienes estén definiendo la agenda política de España y que el presidente del Gobierno ponga en manos de los enemigos de la Constitución el futuro del país. 

P.- Algunos hablan de que Sánchez nos está llevando a una situación guerracivilista. ¿Comparte esa visión tan extrema?

R.- Yo no creo que estemos ya como en el 36, pero nos estamos deslizando a una situación de muy difícil retorno. Crear un enemigo interior, hacer muros entre los españoles no va a funcionar y mucho menos si divide a la magistratura, al Tribunal Constitucional, a los medios de comunicación, porque lo que está es engordando a los extremistas de derechas y de izquierdas. Esta polarización que potencia está produciendo que la extrema derecha y la extrema izquierda se consoliden en España. No podemos continuar como estamos, se están rompiendo los elementos que pueden permitir vivir en paz, progresar, abordar los problemas de los ciudadanos, porque la política en España se ha convertido simplemente en los intereses electorales de unos y otros partidos. Y, sobre todo, la política en España se ha convertido en un espacio donde están creciendo los extremismos y donde los extremismos están gobernando. Si eso continúa, vamos a un desastre.

P.- ¿Es una emergencia nacional echar a Sánchez de la Moncloa?

R.- Es una emergencia nacional cambiar las políticas que ha hecho Pedro Sánchez y no entrar en un debate personalista. Es una emergencia que el Partido Socialista vuelva a recuperar sus órganos de control, su comité federal, sus militantes. Hay que cambiar la cultura del Partido Socialista. Es una emergencia nacional que el próximo Gobierno no sea el Gobierno que hemos tenido en este mandato y que, tanto si gana el PSOE como el PP, la agenda no la marquen los extremistas, que no mande Puigdemont, ni los etarras, ni los bolivarianos, ni los comunistas reconvertidos. Y que el PP, cuando tenga el Gobierno, sea un Gobierno en el que no mande la extrema derecha, la gente que está tratando de satanizar a la izquierda. Tenemos que terminar con este desastre nacional de luchas partidistas donde la mitad del país descalifica a la otra mitad. 

P.- Pero eso implica que Sánchez abandone la Moncloa.

R.- Es importante que en La Moncloa haya una política diferente de la que se ha hecho. Si Pedro Sánchez quiere hacer esta política de recuperar la autonomía del partido, las señas de identidad de una socialdemocracia donde se conjuguen las libertades públicas, el respeto a la división de poderes, a la libertad de prensa, al que piensa distinto, a mí no me importa que Pedro Sánchez siga siendo presidente. A España lo que le importa es que haya un Gobierno que vuelva a unir a los españoles, un país no puede avanzar a garrotazos. El Gobierno no puede hacer un ejercicio del poder que sea destruir a media España. Esta locura que estamos viviendo hace un daño inmenso al país. Si nos seguimos deslizando por esta pendiente, lo vamos a pasar muy mal. 

«Esta locura que estamos viviendo hace un daño inmenso al país»

P.- Dice que las políticas de Sánchez llevan a España al desastre. ¿Y al PSOE, hacia dónde lo llevan?

R.- Cuando el Partido Socialista ha perdido el rumbo, España ha sido un desastre. Los destinos de España y del Partido Socialista están muy unidos; o cambiamos o va a haber un desastre nacional. No es una batalla entre la derecha y la izquierda, es entre la democracia y el autoritarismo. Es una lucha entre quienes creemos que España tiene que seguir unida y los que quieren destruirla. Yo soy compatible con la derecha constitucional española, pero incompatible con los que quieren destruir España. El Partido Socialista, después del año 78, estableció claramente una superación de la división histórica que había habido entre las dos Españas y ahora no puede soplar sobre las cenizas o sobre las brasas del pasado para que vuelva a haber un incendio en la nación. Algunos socialistas no queremos ser cómplices de lo que pueda ocurrir. Yo no tengo una bola de cristal, pero, como diría un amigo mío, el color de la orina del enfermo no me gusta nada. Si tuviéramos un problema solo con Sánchez sería relativamente sencillo, porque no va a ser eterno y terminará yéndose. Cuando el daño queda en el partido, va a tardar mucho en irse.

P.- ¿Cuánto tiempo necesitará el PSOE para superar esta etapa?

R.- No lo sé. Lo que sí sé es que tenemos que empezar a hacerlo. Yo no soy optimista, pero no estoy desesperado. Es una enfermedad que va más allá de una persona. El Partido Socialista va a tener que hacer un ejercicio muy complicado porque España necesita el PSOE. Yo lo creo de verdad, por eso sigo. Hay compañeros que creen que eso ya está terminado, que no tiene solución. Lo que no sé es cuánto tiempo va a tardar la solución. Los mayores lo que tenemos que hacer es apoyar. No vamos a ser nosotros quienes arreglemos el problema, pero tenemos la obligación de ayudar a los que quieran arreglarlo. La medicina que va a tener que tragar el Partido Socialista va a ser muy amarga y quizás eso haga reaccionar a la gente. Primero hemos perdido la autoridad moral, pero después vamos a perder el poder. Va a haber una catarsis dentro del PSOE, ojalá sea antes de las próximas elecciones, y volvamos a ganarlas, con los mismos valores que hubo hace 30 años y que hicieron de España un gran país. 

Alejandro Cercas. | Víctor Ubiña

P.- ¿Nos estamos deslizando hacia las dos Españas?

R.- Afortunadamente, la sociedad española no está dividida como en el 36, pero nos estamos deslizando. Tenemos algunas ventajas, estamos en Europa. Y eso sí que Pedro Sánchez lo tiene claro, y la dirección del partido, también. Fuera de Europa estamos muertos económica, social y políticamente. Hay un daño muy grande que nos está frenando en nuestro desarrollo material y, sobre todo, moral. No se están pegando tiros por las calles como en el año 36, no hay la polarización que había en la Segunda República. Es exagerado decir que estamos en la Guerra Civil, pero si estamos en la filosofía de la incompatibilidad de unos españoles con otros. El PSOE tiene que cambiar porque hay un riesgo cierto. Hay un enfrentamiento moral ya muy fuerte entre los españoles.

P.- ¿Sánchez ha roto todos los consensos constitucionales y ha tomado una deriva totalitaria?

R.- Es una responsabilidad colegiada del Gobierno y de la dirección del PSOE, que están haciendo un daño inmenso a las instituciones, a la convivencia nacional y a nuestra Constitución. O eso cambia, o vamos a tener problemas muy serios para la economía y el desarrollo social. Necesitamos que haya una armonía con los empresarios, con los sindicatos, lo que hicimos durante muchos años en España.

P.- ¿Qué pasos va a dar en el fututo esta plataforma?

R.- Un grupo de compañeros han decidido formalizarla en una asociación de ideas para recuperar la concordia y los valores de la socialdemocracia y van a recorrer España. Los estatutos del partido han sido modificados y ya no hay ninguna posibilidad real de plantear una oposición desde dentro del partido porque lo que exigen es que la sociedad no sepa de nuestros debates, cuando justamente lo que hay que hacer es que la sociedad conozca la pluralidad de opiniones que hay dentro del Partido Socialista.

P.- ¿Temen que los expulsen del partido?

R.- No tengo ningún miedo. Si me expulsan, seguiré pensando igual. Soy afiliado del Partido Socialista, pero no soy simpatizante. Yo no simpatizo con esa política. Cuando hay una herida, lo que hay que hacer es abrir la clínica, que entre el oxígeno. Yo creo que las personas son respetables, pero no todas las ideas lo son. No es respetable la idea de romper España, de que el partido es más importante que la nación, de que hay que destrozar al adversario, de que no convocamos elecciones porque va a ganar la derecha. Ese es el pensamiento de una persona no democrática. Tenemos que respetar a la mayoría y no, como pasó en el año 33, hacer la revolución e incendiar las calles. Eso no es democracia.

«El PSOE tiene que hacerse un ‘lifting’, un lavado profundo»

P.- ¿Cree que el PSOE puede ganar las próximas elecciones?

R.- Si no cambia, no va a ganar. Tiene que hacerse un lifting, un lavado profundo, pero no solamente de caras. Me da igual que mañana pongan a un señor o una señora que vaya a continuar con las mismas políticas de alianzas con los separatistas, con los delincuentes, con los que quieren destruir España y nuestros valores liberales y socialdemócratas. Tiene que hacer una profunda autocrítica de lo que ha hecho durante estos años. Es un desleal al partido el que calla, el que ve el drama que se está produciendo en nuestro país y está callado. Yo, personalmente, sé que no puedo hacer gran cosa, pero hay una cosa que tengo clara, no voy a estar callado. 

P.- ¿No cree que hay otros que pueden, como Page, y no hacen nada?

R.- Lo que está haciendo tiene un gran valor. No podemos caer en el personalismo actual de que uno manda y todos obedecen. Page no tiene ese poder y hace bien en no querer tenerlo. No es demandarle a Page que ordene a sus diputados lo que tienen que votar en el Congreso. En España estamos viendo un Parlamento que está difunto, solamente legisla el Gobierno y la presidenta es la delegada del Gobierno; el Poder Ejecutivo ocupa todas las instancias y también quiere ocupar ahora el Poder Judicial. El debate es si la democracia española se sigue deteriorando. Yo hago una llamada a los socialistas: ¡tenéis que despertar!, porque vais por un camino que va a destruir España y a vosotros, también. El Partido Socialista se va a destruir si sigue así, de hecho, ya está en manos de Puigdemont, Sánchez no manda nada. Puigdemont es el que decide si va a continuar el Gobierno. Puigdemont manda, y otros en la sombra, que son tan malos como Puigdemont.

P.- ¿Quiénes son los otros malos?

R.- Para mí está muy claro: los hijos de ETA son los malos, que están de una manera más solapada, más sutil, llevándose Navarra, comiéndose el salchichón a rodajitas hasta que no quede nada. Yo he ido a enterrar a compañeros al País Vasco por defender cosas, que ahora me entero que no son importantes ¿Y cómo se lo explico yo a su viuda y a sus hijos y a sus compañeros que dieron la vida para que ahora estén en los ministerios, en las poltronas? Esa muerte fue inútil. Es lo más doloroso. Si hubieran respondido a la generosidad de la democracia española… pero siguen homenajeando a los asesinos, humillando a las víctimas y ganando el relato. Me llena de indignación.

P.- Este grupo de socialistas han salido públicamente a denunciar esta situación, pero ¿no hay una rebelión silenciosa dentro del PSOE?

R.- No la hay, solo un malestar difuso. En muchos compañeros sigue existiendo la idea de que estas cosas hay que hablarlas dentro del partido y no fuera, porque favorecemos al PP. No se dan cuenta de que a quién no favorecen es a la democracia española. Será muy difícil que haya un movimiento muy amplio en el Partido Socialista si estas políticas son refrendadas por los españoles. Si no se gobierna, es una posibilidad de que mucha gente se de cuenta de que esto ha sido una equivocación.

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