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La mirilla

¿Qué pretende Iván Redondo? El curioso regreso del exgurú electoral de Sánchez

El consultor político se ha ofrecido al PP con «documentos internos» de Moncloa

¿Qué pretende Iván Redondo? El curioso regreso del exgurú electoral de Sánchez

Iván Redondo.

Iván Redondo ha cocinado esta semana una encuesta a medida del Ejecutivo de Pedro Sánchez para intentar ser perdonado en Moncloa. Y los medios de comunicación se han apresurado a publicarla sin cuestionarla, prestándose al juego de quien ya no busca convencer a nadie, sino simplemente sobrevivir.

El sondeo ha superado en sanchismo a los del CIS de Tezanos: el PSOE volvería a ganar las elecciones si se celebrasen en este momento, con 130 escaños, mientras que el PP de Alberto Núñez Feijóo quedaría en segunda posición, con 111 diputados, según la encuesta de Opina 360. El tercer puesto sería para Vox, al ver disparados sus escaños (74) y quedarse con el 20,6% de las papeletas. Además, Podemos superaría a Sumar, quedándose con el cuarto puesto y un 5,1% de los votos, mientras que los de Yolanda Díaz quedarían relegados al quinto lugar con un 3,8% de los votos.

El problema es que a estas alturas Redondo ya no es creíble. Sus detractores le tienen calado como un vendedor de humo obsesionado con las series políticas de Washington. Su carrera no se ha construido sobre resultados, sino sobre el engaño y la autopromoción.

El primer hito en su currículo fue presumir de haber estudiado en la George Washington University, cuando lo único que hizo fue asistir a un seminario de dos días. Lo hizo además como becario de la propia empresa organizadora, Más Consulting, donde acabó enfrentado con su responsable, Daniel Ureña. Después pasó brevemente por la consultora Llorente y Cuenca e intentó convertirse en socio de José Luis Sanchís, el decano de la consultoría política en España, pero este lo rechazó.

Hasta que se atribuyó la moción de censura de Pedro Sánchez, su balance era escueto: hundió a su candidato en el País Vasco –Antonio Basagoiti– hasta el cuarto lugar, ayudó al alcalde de Badalona –Xavier García Albiol– y fue jefe de gabinete de José Antonio Monago en Extremadura. Nunca hizo una campaña electoral fuera de España. Y la moción, en realidad, fue obra de Pablo Iglesias, pero Redondo se autoproclamó el cerebro de la operación.

En el Gobierno de Sánchez, su hoja de servicios como «estratega» fue un catálogo de fiascos: la desastrosa campaña de Pepu Hernández en Madrid, el hundimiento de Ángel Gabilondo en la Comunidad y un equipo en la Moncloa en el que colocó al ahora defenestrado Francisco Salazar como mano derecha.

Oferta al PP con documentos de Sánchez

Devorado por el propio sanchismo en 2021, en la crisis de gobierno que apartó a José Luis Ábalos, se recicló como asesor de Yolanda Díaz, vendiendo como «éxito» lo que no fue más que ruido mediático en un espacio político, el de Sumar, que acabó hundiéndose. Después intentó venderse a Alberto Núñez Feijóo, incluso ofreciendo «documentos internos» contra Sánchez. En Génova lo liquidaron con una frase: «Roma no paga traidores».

En la actualidad, Redondo trabaja como lobbista de Santa Bárbara, filial de la multinacional estadounidense General Dynamics, maniobrando contra otras empresas españolas del sector. En el mundillo de la seguridad y defensa hablan de las «las difamaciones, rumores y mentiras» que difunde, por ejemplo, contra el Ministerio de Defensa que dirige Margarita Robles. Y como forma de lograr hacerse un hueco, busca la complicidad de Moncloa con una encuesta que no se cree ni Tezanos.

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