Picardo elogia el discurso de Felipe VI sobre Gibraltar en la ONU y el próximo fin de la Verja
El ministro principal del Peñón ve «un cambio de tono muy positivo» en las palabras del Rey tras el «pacto histórico» de junio

Fabián Picardo, ministro principal de Gibraltar. | Foto: EP
El ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, ha elogiado esta noche en Naciones Unidas el discurso que dio Felipe VI ante la Asamblea General de la ONU a finales de septiembre, en el que se refirió «no solo a la población del Campo de Gibraltar, sino también, y lo que es más importante, a la de Gibraltar como beneficiaria de este acuerdo» sobre el futuro del Peñón en el espacio europeo Schengen, cuya consecuencia será el final de la Verja que divide el territorio británico con el Campo de Gibraltar español.
«Esa referencia marca un cambio de tono muy positivo. Un cambio que reconoce nuestro papel como partes legítimas interesadas en la configuración de nuestro futuro. Agradecemos ese reconocimiento histórico. Confirma lo que siempre hemos dicho, que la cooperación genuina a través de las fronteras debe basarse en el respeto y el reconocimiento mutuos, no en la negación o el borrado», ha señalado Picardo sobre las palabras del Rey en unos términos inéditos.
El monarca alabó en Nueva York el «pacto histórico» sobre Gibraltar alcanzado por España, el Reino Unido y la Unión Europea del 11 de junio. «Un pacto histórico, respetuoso con la posición de mi país con respecto de la soberanía y jurisdicción sobre Gibraltar, y que aportará confianza, seguridad jurídica y estabilidad a las vidas de la población del Campo de Gibraltar y del propio Gibraltar», dijo al respecto.
El ministro principal intervino ante ante la Cuarta Comisión de las Naciones Unidas que analiza cada año desde hace 33 años la descolonización de la colonia británica. «No venimos a pedirles ningún favor. No venimos a suplicar reconocimiento. La Carta (de las NNUU) no nos obliga a hacerlo. Estamos aquí para exigir el reconocimiento de lo que es nuestro por derecho, el derecho a la libre determinación», ha insistido con una retórica similar a la de los últimos años.
En su opinión, dicho derecho «no es negociable», sino «incondicional y no sujeto al veto de ningún Estado», refiriéndose a la posición contraria de España a permitir que Gibraltar se independice de la metrópoli. «Y, desde luego, no se suspende por ninguna reivindicación de soberanía históricamente mal concebida. Figuramos como territorio no autónomo ante el Comité de los 24, pero en realidad no estamos gobernados por otros. Nos gobernamos a nosotros mismos. Elegimos a nuestros líderes. Aprobamos nuestras leyes. Nosotros decidimos nuestro destino», ha incidido.
Picardo ha hecho hincapié en que el acuerdo del 11 de junio sobre el futuro del Peñón tiene «un marco neutral» en materia de soberanía «que respeta nuestra soberanía y nuestra identidad». Un pacto que proporciona a los gibraltareños «un acceso sin trabas al espacio Schengen y a la Unión Aduanera de la UE».
«Este acuerdo es un triunfo de la diplomacia: elimina las barreras físicas, pero también tiende puentes. Aporta beneficios mutuos a los gibraltareños y a los habitantes de la región que nos rodea. Y lo más importante, respeta las decisiones de los habitantes de Gibraltar», ha resumido en su intervención.
Pese a las buenas palabras, el dirigente gibraltareño se ha quejado que España siga apelando a resoluciones de la ONU «que fueron adoptadas hace más de medio siglo» a instancias de lo que el actual Gobierno español denomina «un régimen ‘fascista’», fruto del «sanguinario régimen de Franco», por lo que ha opinado que esas resoluciones «son políticamente tóxicas para la España moderna».
«Resulta vergonzoso escuchar al representante de una España moderna y progresista confiar en ellas. Y, en cualquier caso, estas resoluciones carecen de valor jurídico. No prevalecen sobre la Resolución 1514 o la 2625. No prevalecen sobre la voluntad de los gibraltareños. Permítanme decirlo claramente: España cedió Gibraltar a perpetuidad en 1713. Eso es un hecho, no una cuestión de interpretación, un hecho. Está escrito negro sobre blanco en el Tratado de Utrecht», ha concluido.