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Política

Las presiones de la flotilla forzaron a Podemos a cambiar su voto en el embargo de armas a Israel

Los morados estaban a favor de la abstención, pero finalmente cedieron y decidieron votar ‘sí’ al decreto de Sánchez

Las presiones de la flotilla forzaron a Podemos a cambiar su voto en el embargo de armas a Israel

Ione Belarra e Irene Montero en una manifestación propalestina. | EP

Una mezcla de «presiones» externas y de miedo a «ser señalados» cambiaron el voto de Podemos desde la abstención hasta la aprobación del decreto del Gobierno sobre el embargo de armas a Israel. Así explican las fuentes del partido morado lo que ocurrió en las últimas horas frenéticas antes de que la formación de Ione Belarra e Irene Montero se decantara por el al decreto del Gobierno. Podemos criticó el embargo de armas propuesto por Pedro Sánchez como una medida «fake» dirigida a ganar «titulares de prensa». Pero después de estas críticas, finalmente Podemos decidió avalar el decreto. Las presiones a las que aluden se refieren a los colectivos que impulsaron el proyecto de la flotilla hacia Gaza, donde también hay activistas vinculados al partido morado. «Podemos no puede paralizar esos avances, aunque no les guste», explican las fuentes consultadas.

Podemos basculó hasta última hora del miércoles entre la abstención y el voto a favor del decreto. Internamente, se consideró más plausible una abstención, tal y como publicó THE OBJECTIVE, porque, como un voto a favor habría permitido salvar el decreto. La cúpula de Podemos, sin embargo, concluyó que una abstención habría generado críticas entre los sectores más activos del segmento propalestino, que es donde el partido de Belarra no quiere perder terreno en favor de Sánchez y Sumar. Una de las reflexiones apuntaba a que la «abstención solo tiene críticas», así que se decantaron por una postura híbrida, pero difícil de argumentar: por un lado, Podemos culpa al PSOE de proponer un decreto blando, pero al mismo tiempo vota a favor.

El discurso de Belarra para explicar el sí convence poco entre las filas del partido. «Es la mejor forma de que todo el mundo pueda ver que España sigue manteniendo relaciones militares con Israel y que esto no es por ningún voto de ningún grupo en el Parlamento, sino porque el Gobierno ha hecho un embargo fake», afirmó la secretaria general del partido. Pero la clave, según valoran internamente varias fuentes, es que «Podemos cede a las presiones», aunque no señalan tanto a las de los miembros del Gobierno como a las de los colectivos de la sociedad civil para los que un embargo de armas a Israel, aunque parcial, era de obligada aprobación. Concretamente, una concesión a los activistas vinculados a la Global Sumud Flotilla, interesados en cobrarse cuanto antes una victoria política para así aprovechar su momento de visibilidad. Según explican las fuentes consultadas, Podemos también tiene a «su gente» en esos grupos, y éstos habrían presionado a la cúpula morada para votar en el Congreso a favor del decreto.

Sin «bandera»

El problema es que Podemos intentó elevar el precio de su voto hasta el último minuto y en Sumar celebran su cesión, porque consideran que esta circunstancia demuestra la falta de rumbo y convicción de los de Belarra. O sea: su crítica es táctica para desgastar el Gobierno, no política o ideológica. Antes de la votación en el Congreso, en efecto, las fuentes de Sumar consideraban que el coste que asumiría Podemos por tumbar el decreto del embargo iba a ser demasiado alto, y apostaron por una aprobación in extremis después de que Junts per Catalunya se mostrara favorable a la tramitación.

Podemos ha tenido que hacer cálculos hasta última hora del martes porque, tal y como publicó este diario, observa con preocupación el giro de Sánchez hacia Israel. Podemos quiso abanderar la cuestión de Gaza como un pilar de su crítica desde la izquierda. Así, celebraron como una «victoria» la interrupción de la Vuelta ciclista a España, pero después Sánchez aceleró en la política de enfrentamiento. Anunció la puesta en marcha de medidas contra Israel, como el embargo de armas, y dijo que el Gobierno considera «genocida» la operación militar en Gaza.

La escalada diplomática –mezclada con la proyección internacional de Sánchez durante la Asamblea General de la ONU– ha limitado el optimismo de Podemos. «Sánchez les ha cerrado lo que creían un carril de aceleración para ellos solos», comentan los observadores del espacio de Podemos y Sumar. También en Sumar aseguraban recientemente que el giro de Sánchez, más que a la posición de los de Yolanda Díaz, golpeaba a Podemos. El Gobierno está «quitando la bandera» a Podemos, afirmaban esas fuentes en conversación con este diario.

La decisión final de dar luz verde al decreto sobre el embargo de armas valida la tesis de la preocupación de Podemos, puesto que ahora se quedaría solo con la «bandera» del no al rearme. Aunque en este caso los márgenes de los morados son probablemente mayores, puesto que esos mismos colectivos que han decantado su voto a favor del decreto del embargo deberían estar en contra de cualquier incremento de las partidas militares. Pero el Gobierno también puede concluir que si finalmente Junts per Catalunya acaba alineándose, las posibilidades de que Podemos haga frente común con PP y Vox son objetivamente escasas. Y esta es una de las conclusiones a las que pueden llegar a la Moncloa de cara a las próximas negociaciones con partidos que votaron la investidura y que ahora dicen haberse alejado de esa mayoría.

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