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EXCLUSIVA

La Ertzaintza señala al PNV por «minimizar» los avisos sobre el campamento 'trans' de Bernedo

La policía vasca asegura que la Diputación de Guipúzcoa desdeñó la gravedad de las actuaciones de los monitores

La Ertzaintza señala al PNV por «minimizar» los avisos sobre el campamento ‘trans’ de Bernedo

El 'lehendakari', Imanol Pradales, y la diputada general de Guipúzcoa, Eider Mendoza. | Ilustración de Alejandra Svriz

La Diputación de Guipúzcoa, gobernada por el PNV desde 2015 hasta la actualidad, desdeñó las advertencias sobre los presuntos abusos sexuales que estaban sucediendo en el campamento transgenerista de Bernedo (Álava). Así se extrae del informe de la Ertzaintza que ha adelantado este jueves THE OBJECTIVE en exclusiva, y que detalla todo tipo de perversiones a las que los niños eran expuestos por los monitores, tales como participar en «akelarres» sin ropa, abrazar a voluntarias en toples y chupar dedos del pie o enseñar las nalgas para poder tomar la merienda.

Extracto del informe que señala a la Diputación de Guipúzcoa por «minimizar» lo sucedido en el campamento de Bernedo tras un primer aviso.

La policía autonómica vasca señala en el informe que «esta información ya se comunicó [por parte de un grupo de educadoras sociales] en reunión realizada con sus responsables y Diputación de Gipuzkoa presentes, minimizando estos la gravedad de las actuaciones realizadas por los monitores de los udalekus [campamentos]». Este aserto de la Ertzaintza contradice a la diputación jeltzale, que, tras trascender el caso, ha afirmado haber «dado todos los pasos que teníamos que dar» desde el primer momento.

El 22 de enero de 2025, una educadora social presentó una declaración escrita en la comisaría de Zarauz y eso fue lo que inició formalmente la investigación policial. La Diputación colaboró entonces, proporcionando la información sobre los menores afectados. En abril, tras el cierre inicial de diligencias por la Ertzaintza, a raíz de las quejas recibidas, la Diputación decidió no enviar más menores tutelados al campamento ese verano. Sin embargo, no trasladaron la alerta a otras diputaciones ni adoptaron medidas más amplias, lo que le ha granjeado críticas por inacción.

Pinche en la foto para ver el informe completo.

El informe de la Ertzaintza, inédito hasta ahora, recoge una queja a la Diputación ya en septiembre de 2024. En concreto, recuerda que «todos los poderes públicos estamos obligados a garantizar los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes a su integridad física, psíquica, psicológica y moral frente a cualquier forma de violencia», y que parte de estos menores «se encuentran en una situación de desprotección causada por un pasado familiar duro y donde se agrava en un espacio (udalekus) aparentemente seguro, donde los monitores deberían de protegerles».

Pero no fue así. Ahora, a modo de reparación, la Diputación se ha unido a una «mesa de coordinación» impulsada por el Gobierno Vasco junto a las diputaciones de Álava y Vizcaya para analizar «posibles errores del sistema» en la supervisión de los campamentos privados. Además, ha anunciado que se personará como acusación en el procedimiento judicial abierto contra las colonias de Bernedo, que suma ya 17 denuncias.

Las aberraciones de Bernedo

Las aberraciones que se practicaban en los campamentos de Bernedo y de Abáigar (Navarra) han quedado acreditadas en un informe de la Ertzaintza datado el 24 de septiembre de 2024, publicado por este medio este mismo jueves. En él, la policía autonómica vasca habla de «prácticas abusivas por parte de los monitores», de abusos de «índole sexual, ideológico y de género» entre 2021 y 2024 a menores de entre 8 y 16 años.

¿De qué estamos hablando? Por ejemplo, los niños «para conseguir la merienda deben succionar el dedo del pie de alguno de los monitores», y «en otras ocasiones debían enseñar las nalgas», según el informe de la Ertzaintza. No eran los únicos juegos sexuales: había otros retos como «dar un abrazo a una monitora en toples». Se hacían «akelarres»: los monitores «bailaban sin ropa alrededor de la hoguera», y «metieron a uno de los menores a bailar, comenzando a llorar por no querer realizar dicha práctica». «Posteriormente una monitora le realizó el baile del perreo de su parte trasera con la parte íntima del menor», se explica en el informe.

Por todo lo expuesto, existen ya al menos 17 denuncias interpuestas ante la Ertzaintza. En algún caso hay alguna denuncia relacionada con el delito de agresión sexual, y el resto son denuncias relacionadas con el delito de exhibicionismo y el delito de coacción.

Los monitores confiesan

Lejos de negar las acusaciones, Sarrea Euskal Udaleku Elkartea emitió un comunicado justificando la presencia de duchas mixtas como una forma de «normalizar todos los cuerpos» y «romper estigmas». «Más allá de ser simplemente un lugar de higiene», esas duchas, en las que los propios monitores se insertaban, son también «una oportunidad para romper estigmas y liberarnos de la vergüenza y la sexualización», expuso la asociación, que dice basarse en «valores transfeministas». Uno de ellos fue contactado por THE OBJECTIVE para más detalles, pero declinó responder.

Sea como fuere, los hechos y las explicaciones satisficieron a un centenar de padres abertzales, que hicieron pública una carta dando las «gracias de todo corazón» a los monitores por los hechos presuntamente delictivos. «Gracias por convertir momentos básicos de la vida (comidas, higiene y descanso) en un espacio político. Y gracias por dejar claro que el cuerpo de cada persona es un espacio político», expresaron 137 progenitores en una carta remitida al diario Berria escrita íntegramente en euskera.



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