Portazo del asesor jurídico del Jemad tras el fiasco del Furor: se jubila sin pasar por la reserva
El coronel auditor Alía elevó «profundas dudas» jurídicas sobre el envío del buque para auxiliar a la flotilla de Gaza

Margarita Robles junto al jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Teodoro López Calderón. | Flickr M. Defensa
El Boletín Oficial de Defensa (BOD) de este jueves llevó un anuncio con muy pocos precedentes. El coronel auditor José Miguel Alía, al frente de la asesoría jurídica del Estado Mayor de la Defensa (EMAD), pasará el próximo 30 de octubre directamente a la situación de retiro sin los años que le corresponden en la reserva. Es decir, de estar activo en las Fuerzas Armadas y en la cúpula del EMAD a la jubilación anticipada.
Todo ello después de que sus mandos le informasen de que no sería ascendido a general de brigada pese a haber quedado el primero en la evaluación de ascenso de este año de entre los coroneles auditores, según fuentes militares consultadas por THE OBJECTIVE, quienes añaden otro malestar por la fecha elegida para dejar la milicia: el regreso del buque Furor desde el Mediterráneo oriental después de un papel de mero comparsa en la crisis de la flotilla de Gaza. Una misión que generó controversia jurídica desde el inicio tanto en la Armada como en el propio EMAD, ya que Alía fue uno de los que expuso «profundas dudas» al respecto.

El «portazo» de Alía, como así lo define un compañero suyo del cuerpo jurídico, conlleva la pérdida de salario como militar en la reserva y su reingreso de inmediato en la vida civil el 30 de octubre, fecha en la que cumplirá 60 años. Además, cumplía el requisito de tener 30 años de servicio, por lo que sale del Ejército «por la puerta grande». El BOD señala que su pase a retiro es «voluntario», algo en lo que coinciden las fuentes consultadas por este diario.
La plaza de ascenso al generalato la tiene asegurada Dolores Plaza, después de que Alía fuese «defenestrado» en la fase subjetiva del curso de ascenso. Uno de sus detractores apunta a que el jefe jurídico del EMAD «no tenía buena fama» entre los mandos y que no le querían en los cuarteles generales «ni en pintura», de ahí que se produjese el vuelco a favor de Plaza en la parte final de la evaluación.
En todo caso, no se le conocen desavenencias previas y en el equipo del jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), el almirante Teodoro López Calderón, tenían buena consideración de él, apuntan a este diario. Sin embargo, el Jemad no se implicó a fondo para que ascendiese a general. La culpa de ello lo tiene que sí se esforzarse por conseguir en julio que la persona al frente de la jefatura conjunta de Sanidad del Estado Mayor Conjunto (Emacon), Alberto Hernández Abadía, pasase a general de división.
Para ello, Defensa tuvo que trastocar en la Sanidad militar las nuevas plantillas de generales, oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas para el período 2025-2029 con dos nuevos puestos de general de división –se pasó de uno a tres–, mientras que los generales de brigada bajaron de ocho a seis. La consecuencia de ello es que los coroneles médicos se han quedado a partir de ahora con menos opciones de ascenso al generalato. Un hecho que provocó enorme malestar entre este colectivo, tal y como desveló THE OBJECTIVE en marzo.
Hernández Abadía lleva desde septiembre de 2022 en el EMAD y es un mando muy cercano al almirante López Calderón, quien defendió en los últimos meses ante Robles la conveniencia de elevar su puesto a general de división dentro de su equipo de colaboradores. Así que el Jemad dio la batalla –y ganó– por el general médico, pero descuidó el futuro ascenso de Alía. «No se pueden ganar todos los pulsos que le lanzas a la ministra», resume una fuente militar.
El coronel auditor tenía un extenso currículum académico al alcance de muy pocos. Doctor en Derecho, Periodismo, Filosofía y Ciencias de la Educación, contaba con másteres en Relaciones Internacionales, Seguridad y Defensa y Gestión de Crisis, así como con otros cursos de formación del Ministerio de Defensa en Derecho Internacional Militar, Derecho Penal Militar, Derecho Administrativo Militar, Derecho Operativo, Derecho de los Conflictos Armados, Comunicación Social, Metodología de la Investigación y Aptitud pedagógica.
Además, había participado en misiones internaciones en la antigua Yugoslavia, Irak y Pakistán. Su último destino antes de entrar en el EMAD fue en comisión de servicio al Mando Conjunto de Fuerzas de la OTAN en la base naval de Norfolk (EEUU), donde los aliados diseñan la disuasión y defensa del área atlántica. También era miembro de la Asociación Nacional de Especialistas Profesionales de Protección Civil y Emergencias (Aneppce).
