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Política

Un sector del PP pide no caer en trampas como el aborto: «Es una locura suicidarnos»

Dirigentes del partido demandan unidad en el mensaje y la dirección reclama no desviar la atención de la corrupción

Un sector del PP pide no caer en trampas como el aborto: «Es una locura suicidarnos»

Reunión del Comité Ejecutivo nacional del Partido Popular. | Eduardo Parra (EP)

Un sector del Partido Popular no quiere callar ante lo que consideran errores de algunos de sus dirigentes al entrar en la «locura» de las trampas de cuestiones como el aborto, a las que les empuja el Gobierno y el PSOE: «Corremos el riesgo de suicidarnos». Esta es la desazón que trasladan a THE OBJECTIVE las fuentes populares consultadas después de una semana en la que la polémica sobre la interrupción del embarazo a nivel nacional y el cribado del cáncer de mama, en Andalucía, han dado alas a Vox. Los verdes han aprovechado esta coyuntura para abalanzarse sobre el PP. A esto se une el voto en contra del PP a una proposición no de ley de Vox en la Comisión Constitucional del Congreso, rechazando derogar el aborto y la eutanasia. El PSOE, que alienta este enfrentamiento, saca réditos de la división de la derecha. La dirección nacional popular pide a los suyos no desviar el foco de la corrupción del Gobierno.

«Hay veces que es mejor callarse y aguantar el chaparrón», explica un veterano dirigente popular con gran experiencia parlamentaria ante lo ocurrido esta semana. Esta declaración llega después de que, el 30 de septiembre, el Ayuntamiento de Madrid aprobara, con el apoyo y posterior rectificación del alcalde José Luis Martínez-Almeida, una propuesta de Vox de obligar a facilitar información a las mujeres que abortan sobre un síndrome vinculado posaborto; y la posterior entrada en el debate del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, apoyando el aborto en los términos que marca la ley. Sánchez cogió al vuelo este tema para intentar tapar los casos de corrupción que le afectan y lo convirtió en el corazón de la oposición durante toda la semana pasada.

El presidente del Gobierno elaboró una estrategia que comenzó el 3 de octubre: manifestó su deseo de reformar la Constitución para incluir el aborto como un derecho. Después, la ministra de Sanidad, Mónica García, recordó que las comunidades autónomas tienen que poner en marcha el registro de médicos objetores de conciencia contra el aborto. A continuación, el día 6, se conoció que Sánchez envió una carta a los gobiernos de Asturias, Baleares y Madrid en la que les comunicó que tienen un plazo de tres meses para realizar este registro. El 9, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, lanzó un desafío desde la Asamblea de Madrid, negándose a elaborar dicha lista. Ese mismo día, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, quiso zanjar el debate publicando una carta en la red social X mostrándose a favor de cumplir la ley del aborto, en los términos que recoge la legislación.

Para unos, «ha sido una cagada»; para otros –el sector más conservador del PP–, lo que tendría que haber hecho el alcalde madrileño era «abstenerse», porque aunque son partidarios de facilitar esta información, podría hacerse con carácter meramente voluntario. El remate, a juicio de estas fuentes, a la carta de Feijóo apoyando el aborto: «te callas, y se acabó». En medio de esta batalla, la intervención de Isabel Díaz Ayuso en la Asamblea de Madrid. «Es lo que tenía que hacer», según unos. Para otros, «le da una baza a Sánchez».

La sensibilidad de este tema en las filas populares y para una parte significativa de sus votantes lleva a un malestar evidente. El clamor interno de un sector del PP lo dice todo: «¿Queremos suicidarnos?», y, desde la dirección nacional, señalan que «sería bueno que el Gobierno no pueda utilizar nada de lo que diga el PP para sobrevivir». Lamentan que es «extraño que el PP le dé argumentos a Sánchez para seguir hablando de lo que él quiere: el aborto; y de lo que no quiere: la corrupción». Estas fuentes de la dirección nacional defienden la carta de Feijóo, que avivó el malestar en algunos, al afirmar que «no ha sido Feijóo el que le ha dado una baza a Sánchez, sino Ayuso y Almeida», insistiendo en que «Feijóo zanja una polémica que inician otros».

Más allá de las críticas de unos y el apoyo de otros, se lamenta la falta de una unidad en el mensaje, la confusión y no mantener una posición. En esta línea, no olvidan el sentido del voto en la Comisión Constitucional al rechazar la propuesta de Vox de derogar el aborto y la eutanasia: «Tendríamos que tener una estrategia, como hace Vox y como hace el PSOE respecto a Sumar, una estrategia de abstenciones. Plantearnos seriamente en qué trampas de Vox no íbamos a caer, y en que trampas del PSOE tampoco». A su juicio, «sin perder la educación, tenemos que hablar, muy clarito, muy clarito, porque somos de otra pasta» para que «se nos entienda, todo».

Una idea compartida por un parlamentario autonómico, que, desde una visión de la periferia, señala a este periódico que «no se puede dar un paso adelante y otro atrás. Feijóo va a la suya, Ayuso va a la suya, y tenemos que ir todos a una porque si no, lo que hacemos es confundir a nuestra gente». Así, admite que no le ha gustado la carta de Feijóo: «No sé quién se lo ha aconsejado, motu proprio, escribir una carta para generar un incendio que te va a acabar abrasando, no se entiende».

«Feijóo lo ha hecho muy bien»

La división de opiniones también llega al Senado, donde un representante popular apoya la carta y el intento de Feijóo de cerrar el debate, además de culpar a Almeida del inicio de la polémica: «El alcalde no tiene que hablar de lo que no debe y es verdad que no hay que entrar al trapo, pero a mí me parece muy bien lo que ha dicho el presidente, que aquí lo único que están intentando es utilizarnos y mi postura, y la de mi partido, es esta, digan lo que digan, y se acabó».

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