Aznar rechaza errores por la guerra de Irak y afirma que su Gobierno dijo la verdad en el 11-M
Este jueves Movistar Plus+ saca una serie documental con los expresidentes de España

El expresidente del Gobierno y presidente de FAES, José María Aznar. | Diego Radamés / Europa Press
El expresidente del Gobierno José María Aznar rechaza admitir errores por la invasión de Irak en busca de armas de destrucción masiva, alegando que se actúa en un momento determinado «por lo que sabe en ese momento», no por lo que «sabe después». Además, afirma que tras los atentados del 11 de marzo de 2004 su Ejecutivo dijo «la verdad en todo momento».
Así lo asegura en la serie documental de Movistar Plus+ La última llamada, que se estrena este jueves y que protagoniza junto a los expresidentes Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy.
Cada uno de ellos protagoniza un capítulo con entrevistas donde se rememoran los principales acontecimientos de la democracia y se muestra a la persona detrás del presidente (a través de sus asesores, ministros o familiares) y cómo se enfrenta a ese momento de soledad que es cuando se produce la última llamada, una decisión que solo él puede tomar y que marca el rumbo de un país.
«Yo creo que no me equivoqué»
En su capítulo, Aznar relata el atentado de ETA que sufrió el 19 de abril de 1995 y cómo tuvo que salir «gateando del coche» tras la explosión o su decisión de que España entrara en el euro en la primera fase, algo que «no fue fácil» porque hubo que tomar medidas como la de congelar suelos y salarios durante dos años a los empleados públicos.
Aznar defiende además la ‘foto de las Azores’ entre George W. Bush, Tony Blair y él mismo, previa a la invasión de Irak en marzo de 2003 por la supuesta posesión de armas de destrucción masiva por parte del régimen de Saddam Hussein.
«En el final hay dos tipos de países o dos tipos de dirigentes políticos. Los que dan la vuelta alrededor de la mesa y ven cómo los demás deciden, o los que están sentados en la mesa decidiendo. La consecuencia de todo aquello es que España estuvo sentada en la mesa donde se tomaban las decisiones», afirma. Según añade, en ese momento él definió el «interés de España». «Y creo que no me equivoqué», recalca.
Al ser preguntado después si reconoce que cometió un error, después de que la CIA haya dicho que fue un análisis erróneo, Bush haya dicho que fue un error o Blair también haya reconocido errores, Aznar responde: «Yo no. Es que todos esos errores se reconocen cuando ya se sabe la historia».
En este sentido, el expresidente del Gobierno señala que a él «ese tipo de razonamientos» le «parecen inútiles» «porque uno no juzga en un momento determinado por lo que sabe después, sino por lo que sabe en ese momento».
Atentados del 11-M
La serie rememora también los atentados del 11 de marzo y recoge las declaraciones que entonces pronunció el entonces ministro del Interior, Ángel Acebes, asegurado que en esos «momentos» las Fuerzas de Seguridad no tenían «ninguna duda de que el responsable» era ETA.
«Lo que quiero decir con mayor énfasis es que el Gobierno dijo la verdad en todo momento, en todos los minutos del día», afirma Aznar, para destacar que «desde el primer momento la decisión fue que las elecciones se celebren por encima de todo».
Además, Aznar subraya que «la información se da al minuto», conforme se va recibiendo. «No nos guardamos nada de información», insiste para añadir que el Gobierno se vuelca con las víctimas del atentado.
Aznar revela que durante muchos días pensaba «que extraño es» que habiéndole intentado «matar para no llegar» le dejaran «salir» vivo. «Un triunfo», pensaba y «eso a mí me daba vueltas a la cabeza» y «tachaba días de calendario». «Pero bueno, al final llegó (un atentado). Y lo que yo deseaba que no pasase, pues llegó. Y la idea esa que al final no iban a dejar que yo me marchara de una manera tranquila. Fue así», asevera.
«Hay vida después del Gobierno»
En la parte final de la serie, Aznar confiesa que «hay vida después del Gobierno» y que hay que «aprovecharla». «Bismarck decía que un estadista que quiere que le reconozcan éxitos al terminar su mandato, es que no es un estadista. Entonces, Bismarck tenía razón y yo aprendí esa regla», confiesa.
Según Aznar, no hay «nada más importante» que ser presidente de tu país y «es duro» salir del Gobierno, pero hay que «reinventarse». De hecho, su esposa Ana Botella recuerda que al salir de Moncloa le dijo a su esposo que se fuera al Corte Inglés: «Tuve claro que teníamos que reinventarnos y que teníamos que seguir haciendo la vida exactamente igual».