The Objective
Política

Los cuadros sindicales se burlan de los paros por Palestina: «No hubo huelga, fue un paripé»

La huelga por Palestina cosecha datos irrisorios de seguimiento y pone en cuestión la decisión de UGT y CCOO

Los cuadros sindicales se burlan de los paros por Palestina: «No hubo huelga, fue un paripé»

Huelga por Palestina del 15 de octubre de 2025 | Europa Press

Miembros y cuadros de los principales sindicatos que se adhirieron a la «huelga general» por Palestina ironizan sobre la convocatoria y el seguimiento de los trabajadores. El malestar por la decisión de las cúpulas de UGT y CCOO de sumarse a la huelga convocada por los sindicatos minoritarios era anterior a la celebración de los paros, tal y como pudo comprobar este diario, pero el resultado del mismo ha desatado comentarios críticos. Sobre todo en la delegación catalana, la primera por número de afiliaciones para sindicatos como CCOO, donde algunos referentes del espacio sindical han manifestado sus reparos incluso en las redes sociales. Desde estas centrales sindicales, los cuadros reprochan la decisión de sus líderes: «No hubo huelga, fue un paripé».

Los datos oficiales describen el pinchazo de la huelga por Gaza y Palestina, tal y como vaticinaban varias fuentes sindicales a este periódico antes de la celebración de los paros. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, el seguimiento de la huelga en el ámbito de la Sanidad fue residual: entre un 0,007% y un 0,006%, dependiendo del turno de noche o de mañana. En los Servicios Sociales el seguimiento fue del 0,1%, mientras que en el sector de la Educación alcanzó un 2,7%. En el transporte, la huelga general por Palestina movilizó al 1% de los trabajadores, y en el Metro casi un 6%. En Cataluña la situación fue parecida: según datos de la Conselleria de Salud de la Generalitat, el seguimiento fue del 0,5%. En Baleares, pararon un 4% de los trabajadores del servicio de Educación, mientras que en Andalucía el seguimiento fue del 0,1%, según datos oficiales de la Junta.

Con estos números sobre la mesa, los cuadros y miembros de los principales sindicatos concluyen simplemente que «no hubo huelga». Desde el comienzo, consideraban que la decisión de las ejecutivas sindicales respondían más a cuestiones de imagen que otra cosa. Una política que tildaron de «performance» y «paripé», tal y como recogió THE OBJECTIVE pocas horas antes de la jornada señalada. Además, en ciudades como Barcelona la huelga acabó en choques con la Policía protagonizados sobre todo por los estudiantes, cuyos colectivos fueron tal vez los que más se movilizaron.

Paros parciales

Organizaciones sindicales como Solidaridad Obrera, Alternativa Sindical de Clase (ASC) y la Confederación General del Trabajo (CGT) hablaron de «huelga general» de 24 horas, pero UGT y Comisiones Obreras prefirieron pedir paros parciales de dos horas. La decisión de UGT y CCOO ya revelaba el temor a un pinchazo. Máxime porque la huelga se celebró en un momento desafortunado, puesto que el acuerdo de paz para Gaza propuesto por Estados Unidos ya había sido firmado tanto por Israel como por Hamás.

Las fuentes consultadas sostienen que los sectores más veteranos de los sindicatos son los más críticos. Estos sectores reprochan la decisión de las cúpulas nacionales de convocar huelgas «porque sí». Se refieren a huelgas que tienen más contenido político que técnico-laboral, y que responderían a un interés de algunos partidos por encima de las necesidades de los trabajadores.

Algunos referentes del espacio sindical catalán, que estuvieron hasta hace poco al mando de CCOO en la región, hablaron con ironía de unas «huelgas sargento», para referirse a esta idea de una huelga mal pensada y mal ejecutada. Los principales sindicatos se vieron presionados en los días previos por las centrales minoritarias y más radicales, interesadas en estirar la polémica de Gaza para movilizar a los ciudadanos.

Huelga política

Después de la detención de la flotilla de Gaza y las protestas a la Vuelta a España, estos sindicatos intentaron, de acuerdo con algunos partidos de la izquierda radical, mantener viva la polémica. Podemos y Sumar, por ejemplo, hicieron llamamientos en favor de la huelga. Partidos nacionalistas también apoyaron las manifestaciones, y lo mismo hicieron miembros de la flotilla, como José Javier Osés Carrasco, un etarra que respaldó la iniciativa en el marco de colectivos de docentes navarros.

Lo cierto es que CCOO y UGT sospechaban de que, debido a la desescalada internacional, la huelga general del 15 de octubre podía acabar en un notable pinchazo. Por ello decidieron sumarse a la iniciativa, pero solo con paros parciales de dos horas, y además por turnos (tres en total). Fue una treta que emplearon para decir, por un lado, que se sumaban a las protestas por Palestina, pero por el otro, que se mantenían al margen del grueso de la huelga, evitando así dar la cara en el caso de un previsible fracaso.

Tanto es así que dentro de las propias centrales calificaban la convocatoria de paros parciales como una apuesta escénica para maquillar lo que se preveía como un pinchazo, sobre todo en el sector privado. Esos paros parciales servían, según fuentes internas del sindicato, para ordenar a los delegados de esas empresas parar parcialmente su día laboral, sacándose una «foto» como prueba de su compromiso por la causa palestina. Algo que, en efecto, ocurrió, tal y como se puede comprobar de las imágenes difundidas por las propias centrales del día de huelga.

Publicidad