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Política

Estupor en Exteriores ante la «torpeza» de no felicitar a Machado por su Nobel de la Paz

El silencio preocupa entre los diplomáticos porque sugiere temor a represalias de Maduro o un giro con el régimen

Estupor en Exteriores ante la «torpeza» de no felicitar a Machado por su Nobel de la Paz

José Manuel Albares y Pedro Sánchez en una imagen de archivo. | EP

Pasada una semana de la inesperada concesión del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado, la diplomacia española sigue sin felicitar de manera oficial a la principal opositora venezolana para sonrojo y estupor de un buen número de diplomáticos del Ministerio de Asuntos Exteriores, que temen que el Gobierno de Pedro Sánchez haya dado un giro en su política hacia Nicolás Maduro en un momento de máxima tensión geopolítica en la zona del Caribe por las últimas decisiones de la Administración Trump contra el régimen bolivariano, entre ellas la autorización a la CIA para llevar a cabo operaciones encubiertas en suelo venezolano.

«Es una torpeza del Gobierno», opina un diplomático a preguntas de THE OBJECTIVE antes de subrayar la represión «bestial» que están sufriendo Corina Machado y el resto de opositores venezolanos dentro del país con su «durísima lucha política» desde que hace un año Maduro se negó a aceptar la derrota en las presidenciales. Precisamente, en los últimos días se ha desatado una ola represiva con una treintena de detenciones arbitrarias y múltiples allanamientos de morada en diferentes ciudades del país sudamericano.

«Todo es heroísmo en la oposición venezolana y aquí en Exteriores se les tiene un enorme respeto» a sus líderes, hace hincapié otro responsable del ministerio bajo condición de anonimato. La única salvedad que se le pone a la distinción a María Corina Machado es su énfasis en pedir una intervención militar en su país, sobre todo de Estados Unidos, un hecho «contradictorio» con recibir un premio como es el Nobel de la Paz, advierte una fuente consultada por este diario. Pero más allá de esta última observación, en lo que hay coincidencia entre los diplomáticos es en la sorpresa e incomprensión por el silencio oficial del Gobierno y del departamento que dirige José Manuel Albares.

Al llamativo silencio de Pedro Sánchez, con su posterior mentira de que nunca opina sobre los premios Nobel de la Paz cuando en el pasado lo hizo en hasta seis ocasiones, se suma la misma reserva por parte de Albares e, incluso, de la secretaria de Estado para Iberoamérica, Susana Sumelzo. Ambos no han hecho ninguna referencia ni en sus redes sociales ni en público a la decisión del comité noruego de distinguir a una figura iberoamericana como Machado. La misma actitud política que el régimen de Maduro, que optó por mirar para otro lado y no hacer ningún comentario al histórico premio para la líder opositora. Venezuela solo contaba hasta ahora con un premio Nobel, en la figura del inmunólogo Baruj Benacerraf, quien lo ganó en el apartado de Medicina en 1980.

Por el momento, solo se conoce que Albares y la ministra de Defensa, Margarita Robles, felicitaron en privado a Machado en sendas llamadas telefónicas realizadas al presidente electo de Venezuela, Edmundo González, para que se lo trasladaran a la premiada, según desveló El Mundo y confirman a THE OBJECTIVE fuentes cercanas a este último. Una forma «poco elegante», a juicio de una fuente, que no se corresponde con los usos diplomáticos y que choca, por ejemplo, con las palabras –esta vez sí en público– del titular de Transportes, Óscar Puente, alegrándose por la distinción a la opositora y tildando de «dictadura» y «régimen evidentemente autocrático» al gobierno de Maduro.

Preguntado en una entrevista en Más de uno de Onda Cero sobre si se alegraba del Premio Nobel otorgado la semana pasada, Puente afirmó que no es un experto en Venezuela y que no conocía bien la trayectoria de Machado, pero añadió a renglón seguido que no tenía «nada en contra» de ella porque no es un defensor «de la dictadura venezolana».

«Si los jurados del Premio Nobel han considerado que tiene méritos para ser un premio nobel, pues me parece bien, no tengo nada en contra. No soy un defensor de la dictadura venezolana, ni del régimen venezolano, no tengo nada que ver con el señor Maduro, y me alegro de que le den el Premio Nobel a una persona que defiende la democracia en Venezuela», sostuvo el ministro socialista antes de calificar al país latinoamericano de «régimen evidentemente autocrático». Por el momento, es la única manifestación oficial de España a favor de la distinción otorgada a Machado.

El silencio de Moncloa y Exteriores preocupa entre los diplomáticos españoles porque sugiere que existe un temor a represalias de Maduro o, aún peor, que se está dando un giro político con el régimen de Caracas como ocurrió en 2022 con el Sáhara para congraciarse con Marruecos. Hay que recordar que España, al igual que el resto de países de la UE, no reconoció la reelección del sucesor de Hugo Chávez tras los comicios de julio del año pasado, si bien el embajador acreditado allí, Álvaro Albacete, mantiene interlocución con las autoridades locales y con miembros de la oposición.

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