Empresarios españoles acusan al consulado en Argel de negar visados para traer trabajadores
Exteriores recibe una denuncia que implica al canciller y la secretaria del cónsul en una presunta trama corrupta

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en una foto de archivo. | Alejandro Martínez Vélez (EP)
Varios empresarios españoles están enviando en las últimas semanas cartas de protesta al Ministerio de Asuntos Exteriores que dirige José Manuel Albares en las que se acusa al consulado general de Argel de «sabotear» las relaciones bilaterales con el país magrebí al negarse a expedir visados de trabajo a argelinos de forma sistemática.
Alberto Rodríguez dirige Eurofactory Direct Export, una de las empresas más afectadas por el continuo rechazo de visados desde el consulado de Argel. En conversación con THE OBJECTIVE, subraya que su sociedad andaluza representa los intereses comerciales de varias fábricas españolas en los sectores de la pesca profesional y la náutica deportiva. En las últimas semanas, ha intentado que siete gerentes argelinos puedan conocer en persona sus fábricas de España y mantener reuniones con responsables de producción y comercialización de su entidad. En definitiva, lograr que puedan «iniciar una relación empresarial seria, profesional y estable entre España y Argelia».

Rodríguez gestionó para todos ellos las reservas de vuelos comerciales de ida y vuelta, las noches de hotel y las citas con dirigentes de las empresas que engloba Eurofactory, pero las solicitudes de visado han sido denegadas una detrás de otra. Unas veces con la cruz en la casilla 10, en la que se justifica el veto porque «la información presentada para la justificación del propósito y las condiciones de la estancia prevista no resulta fiable». Y otras, con la marca en la casilla 12, ya que el consulado entiende que «existen dudas razonables acerca de la fiabilidad o la autenticidad de los documentos justificativos presentados o de la veracidad de su contenido», según la documentación a la que ha tenido acceso este diario.
Las denegaciones de visado no se pueden recurrir. La mayoría de los rechazos en Argel llevan la firma de Miriam de Andrés, la cónsul española hasta finales de verano, pero también la del nuevo cónsul, Gauden Villas, quien pasó varias semanas sin poder trabajar en su demarcación consular porque no le llegó el exequator o plácet de las autoridades argelinas hasta mediados de septiembre. Ante el silencio argelino, Villas tuvo que desplazarse al país magrebí con su pasaporte diplomático tras su nombramiento en julio y sin el visado correspondiente por su condición de cónsul. Todo ello en represalia por la misma actitud que había tenido Exteriores con el último cónsul argelino que se instaló en Barcelona.

«Estoy jodido porque necesito trabajar y si no recibo las visitas de los empresarios argelinos, mi modelo de negocio se bloquea. Estoy trabajando al 10% por culpa del consulado, pero seguiré luchando mientras que pueda. La absoluta realidad es que me están bloqueando y me están anulando empresarialmente sin justificación», señala el CEO de Eurofactory, quien ha informado de la situación tanto al Ministerio de Asuntos Exteriores como a la Junta de Andalucía.
Otra empresa zaragozana del sector ganadero y la construcción de naves para pollos y gallinas se ha puesto también en contacto con THE OBJECTIVE para relatar un caso idéntico: las cinco solicitudes de visado que ha entregado en las últimas semanas al consulado español en Argel para empresarios argelinos han sido rechazadas con el mismo argumento, de que no se aportó toda la información exigida y la desconfianza a que estas personas no regresen al país magrebí. Y eso que la compañía iba recomendada por la oficina comercial del ICEX en Argel en las gestiones ante el consulado.

«De los 70 países en los que tenemos negocios, Argelia es el único en el que el consulado nos está ocasionando problemas. Quieren venir a cerrar negocios (los empresarios argelinos) y no nos dejan», señala un empresario de esta compañía bajo condición de anonimato y la advertencia de que está en juego un negocio de entre dos y cuatro millones de euros.
A las quejas de estos empresarios españoles se añade una denuncia enviada por correo electrónico el pasado 4 de septiembre a varios ministerios –Exteriores, Justicia y Economía–, así como al embajador en Argelia, Fernando Morán, y el Defensor del Pueblo. En ella se solicita una investigación «sobre las prácticas ilegales y abusivas» del canciller que gestiona los visados en el consulado, V.M., ante los hechos «de extrema gravedad» que se están produciendo en la actualidad.
LA denuncia indica que «[V.M.] Lleva desde hace un tiempo organizando un sabotaje contra las relaciones sociales y comerciales entre Argelia y España. Rechaza sistemáticamente las solicitudes de visados de negocios y visados médicos, así como las renovaciones de visados de ciudadanos argelinos propietarios de bienes inmuebles en España, lo que ha provocado la anulación de varios contratos de compra de material industrial y ha causado un perjuicio directo a los intercambios bilaterales».
Corrupción y tráfico de influencias
El citado escrito advierte de que, en paralelo, el canciller «concede visados a jóvenes solicitantes a cambio de pagos ilegales de varios miles de euros, demostrando la existencia de un tráfico de visados estructurado y mantenido por una red activa en Argelia, con la complicidad de la secretaria del cónsul». Para ello, se aportan los números de dos solicitudes de visado con sus referencias, «que fueron obtenidas fraudulentamente a través de esta red a cambio de sumas de dinero».
«Cada día, este canciller aprovecha la ausencia de la cónsul, doña Meryam [sic] de Andrés, para tramitar expedientes fraudulentos y enriquecer a su red, mientras que a responsables de empresas españolas implantadas en Argelia se les niega toda consideración cuando intentan intervenir en favor de sus empleados. V.M. les responde que hace lo que quiere, sin respetar siquiera la imagen y los intereses de las grandes empresas españolas presentes en este país».
Tales prácticas constituyen, según se indica en la denuncia, «no solo un abuso de poder manifiesto, sino también un acto de corrupción y tráfico de influencias en contradicción directa con las leyes españoles y europeas. Dañan la imagen y la credibilidad de las instituciones españolas en el extranjero, comprometen la confianza de los ciudadanos y de las empresas, y debilitan en un momento crucial las relaciones económicas y políticas que España y Argelia se esfuerzan en consolidar».
Ante la «gravedad» de los hechos y sus consecuencias diplomáticas, económicas e institucionales, el denunciante solicita «respetuosamente» que se ordene una investigación «profunda e independiente» sobre la gestión de los visados en el consulado de España de Argel, «que se verifiquen las listas de visados concedidos y rechazados desde la llegada de este canciller, y que se adopten las medidas necesarias para poner fin a estas prácticas escandalosas».
Argelia se queja con más pateras
El principal foco de tensión entre Madrid y Argel en estos momentos es la presión migratoria sin precedentes desde las costas argelinas hacia Baleares. En los últimos cuatro meses, de junio a septiembre, cuando el clima es más benigno para navegar, han llegado a Canarias 1.900 personas a bordo de 34 pateras, frente a las 3.900 que han arribado a las costas baleares en 224 embarcaciones que salieron de Argelia, según los cálculos elaborados por THE OBJECTIVE a partir de los datos que recoge el Ministerio del Interior. Es decir, Baleares ha recibido durante ese periodo de tiempo el doble de inmigrantes –un 105,26% más– que las Islas Canarias. Ocurre lo mismo con el número de cayucos: en el caso balear han sido seis veces más los que han llegado hasta Formentera, Ibiza y Mallorca.
¿Por qué Argelia mira hacia otro lado ante la avalancha de pateras que salen de su país? Fuentes diplomáticas consultadas por THE OBJECTIVE indicaron a finales de agosto que ello se debía a una actitud más laxa de las autoridades del país magrebí en la lucha contra las mafias para presionar así a España a que agilice la concesión de visados a sus ciudadanos. Precisamente, el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, visita este lunes el país magrebí para intentar frenar la llegada de inmigrantes ilegales.
El problema de fondo se encuentra en la lentitud con la que los consulados españoles en Argelia –en especial, Argel– expiden visados a los argelinos que quieren viajar a España por motivos laborales o de turismo. En la actualidad, el visado es obligatorio tanto para los españoles que deseen viajar a Argelia –a diferencia de la situación con Marruecos– como de forma recíproca. No existe la modalidad de visado en frontera, por lo que si una persona llega a Madrid o Argel sin este documento, es obligada a regresar a su país de origen en el siguiente vuelo disponible.
El Gobierno argelino se ha quejado en los últimos meses de que las autoridades españolas han estrangulado la concesión de visados para sus ciudadanos, algo que coincide con las quejas de empresarios españoles. En este sentido, el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, constató en su última comparecencia en el Congreso el elevado número de quejas recibidas en cuanto a la obtención de citas para visados en los consulados de Argelia y Marruecos, que solo pueden obtenerse por vía telemática, lo que llevó a esta institución a formular recomendaciones a Exteriores para que se adopten medidas que subsanen el problema. Pero, por el momento, las palabras se las lleva el viento del desierto.