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Política

Maduro permite la primera visita del cónsul español a los vascos acusados de espionaje

El diplomático Ramón Molina comprueba que ambos está en buen estado y que el trato que reciben es correcto

Maduro permite la primera visita del cónsul español a los vascos acusados de espionaje

José María Basoa y Andrés Martínez. | EFE

El régimen venezolano de Nicolás Maduro ha permitido por primera vez que el cónsul español en Caracas, Ramón Molina, visite en la cárcel de El Rodeo I a los ciudadanos vascos José María Basoa y Andrés Martínez, quienes fueron detenidos hace un año cerca de la frontera con Colombia bajo la acusación de ser «terroristas y agentes del CNI». El gesto de Caracas con las autoridades españolas fue previo a la concesión del premio Nobel de la Paz a la opositora María Corina Machado.

El cónsul pudo conversar con ambos presos, que se encuentran en celdas separadas, aunque compartiendo habitáculo junto a otros extranjeros. Al presidio se le llama «Naciones Unidas» entre los opositores porque alberga a la mayoría de los encarcelados de otros países, muchos de ellos en prisión provisional sin que se hayan formulado cargos en su contra.

Molina pudo comprobar a principios de octubre que los dos amigos vascos se encuentran en buen estado y que el trato que reciben es correcto, según desvelan fuentes diplomáticas a THE OBJECTIVE. Además, tanto Basoa como Martínez han podido hablar por teléfono por primera vez con sus familias del País Vasco y comparten varias horas del día en zonas comunes de la prisión.

El cónsul también pudo entrevistarse con el canario Miguel Moreno Dapena y el valenciano Ernesto Gorbe Cardona, otros dos españoles encarcelados en El Rodeo I junto a otros hispano-venezolanos con doble nacionalidad. El primero era uno de los tripulantes del buque cazatesoros N35, un barco de exploración marina con bandera de Panamá, capitán neerlandés y empresa belga (Seatec) que se dedicaba a buscar pecios de buques hundidos durante la Segunda Guerra Mundial y que en el momento del apresamiento a mediados de junio, se movía en el entorno del Caribe y la costa oriental de Venezuela.

Tras casi dos semanas sometido a vigilancia y seguimiento, el N35 con Moreno Dapena a bordo fue interceptado por la Armada bolivariana a 50 millas (92 km) del delta del Orinoco, al considerar que realizaba «investigaciones científicas» con un comportamiento «muy sospechoso» en la zona económica exclusiva del país, según informó cinco días después el ministro de Defensa, Vladimir Padrino. En cuanto a Gorbe Cardona, fue detenido en diciembre pasado, acusado inicialmente de tener su visado vencido, si bien fuentes políticas indicaron a El Mundo que se le aplicó la habitual extorsión policial, lo que al final acabó con su encarcelamiento.

La liberación en febrero de seis estadounidenses detenidos en Venezuela por supuestos delitos de conspiración y terrorismo permitió a la CIA saber que Basoa y Martínez se encontraban en buen estado en un régimen «de semi aislamiento». La información fue transmitida a las autoridades españolas, según reveló THE OBJECTIVE. Entre los liberados se encontraba David Estrella, de 62 años y que estuvo detenido en el país sudamericano un total de 154 días. Durante ese tiempo coincidió con los dos vascos en El Rodeo I.

Estrella explicó a los agentes de inteligencia de su país que los dos españoles estaban bien alimentados, «con buen ánimo» y que compartían varias horas del día en zonas comunes de la prisión. Una situación parecida por la que habían pasado algunos de los estadounidenses liberados. Esta información sugirió, a juicio de las citadas fuentes, que el Gobierno de Maduro tenía un trato más benigno con los presos extranjeros en El Rodeo I, pues hay constancia por organizaciones humanitarias de que los venezolanos encarcelados allí no disfrutan de las condiciones descritas por el primero.

«Venían a poner bombas y a matar»

Maduro se mostró muy beligerante con los españoles cuando se produjo las detenciones en septiembre de hace un año. En aquel momento afirmó que ambos eran «terroristas» que en «sus tiempos libertarios ponen bombas», mientras que sus familiares insistieron en que eran simples turistas. «Es un nuevo tipo de turismo: turismo de aventura. Vienen a poner bombas y matar gente aquíTurismo explosivo», ironizó el perdedor de los comicios del 28 de julio de 2024 durante su intervención en el programa Con Maduro+.

Maduro aseveró que «los capturados están convictos y confesos» y que las «pruebas» mostradas no eran «ni el 10% de la plena prueba que ya está en manos de los órganos de justicia». Al hilo de ello, advirtió de que los magistrados «involucran a los turistas pacíficos» de «varias» nacionalidades europeas «que venían a poner bombas y a matar».

Por su parte, el ministro venezolano del Interior, Diosdado Cabello, acusó a Basoa y Martínez de tener «vínculos con el Centro Nacional de Inteligencia» español y con figuras cercanas a la oposición venezolana que estarían preparando «un plan para asesinar» a Maduro así como a la vicepresidenta Ejecutiva, Delcy Rodríguez, y a otros dirigentes del chavismo. El Gobierno de Pedro Sánchez negó que los dos detenidos perteneciesen a los servicios de inteligencia españoles y Exteriores transmitió una nota verbal de protesta a Caracas «pidiendo acceso a los detenidos».

El incidente se produjo en medio de las tensiones diplomáticas entre Venezuela y España, después de que nuestro país acogiese al presidente electo, Edmundo González, tras concederle asilo político. El Gobierno de Maduro respondió llamando a consultas a su embajadora en Madrid y convocando al entonces representante español en Caracas, Ramón Santos.

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