Puigdemont no se reunirá con Sánchez y pedirá «la cuenta» en Ginebra: «Esto se ha acabado»
Junts augura una ruptura el próximo lunes y descarta la foto: «Nadie quiere verse ya con Sánchez»

Alejandra Svriz
Junts no va de farol. Como han adelantado a este periódico fuentes cercanas a Carles Puigdemont desde antes del verano, la ruptura con el Gobierno de Pedro Sánchez es una decisión tomada. «Esto se ha acabado», solemnizan desde Junts a THE OBJECTIVE, manifestando una notable satisfacción porque se hayan logrado imponer las tesis del expresident frente a las de su secretario general, Jordi Turull. Se habla de «errores» en la línea estratégica con el Ejecutivo por permitir una concatenación de incumplimientos por parte de Moncloa sin que implicaran consecuencias. «Se ha jugado muy mal. Esto no da más de sí», certifican los neoconvergentes.
En este contexto, lo que anticipan las citadas fuentes independentistas es que el próximo lunes Junts anunciará que «se acabó», que han pasado dos años desde los pactos de investidura de noviembre de 2023 y «ya es tarde para cumplir esos compromisos». Una quiebra de confianza que les llevará a «pedir la cuenta» en Ginebra, agradecer su papel a la fundación Henry Dunant y al mediador salvadoreño, Fernando Galindo, y liquidar este foro de interlocución que dejó de tener sentido hace tiempo. Las tres últimas reuniones en Suiza y Bélgica fueron un «sonado fracaso». La ausencia de avances por parte de José Luis Rodríguez Zapatero y el adjunto de Santos Cerdán, Juanfran Serrano, motivaron el blindaje de Puigdemont, que no permitió siquiera al ex presidente del Gobierno hablar sobre los Presupuestos Generales del Estado o las leyes judiciales que eran prioritarias para el Ejecutivo. Lo mismo ocurrió en Bruselas con el president de la Generalitat, Salvador Illa.
Junts lleva tiempo considerando que Zapatero «ya no es un interlocutor válido». Tampoco les vale ya el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que había prometido una reunión con Puigdemont «cuando toque», dijo este jueves desde la capital comunitaria. Sin embargo, dos no se reúnen si uno no quiere. Y es el presidente catalán fugado el que no percibe beneficio alguno en hacerse esa foto en un momento en que está a punto de firmar el certificado de defunción de la legislatura. «¿Qué le aporta ahora a Junts un encuentro con Sánchez? Nadie quiere verse ya con Sánchez».
La moción de censura, a la espera del PP
El entorno del president sostiene que ya estamos ante un «cambio de ciclo». Por ello, en una decisión colegiada y planificada desde Waterloo, la portavoz parlamentaria de Junts, Miriam Nogueras, fue muy explícita al afirmar en la sesión de control del Congreso el pasado miércoles que «lo importante no es el cambio de hora sino la hora del cambio». Y no se trata solo de un juego de palabras. Aunque un cambio de Gobierno aún se antoja lejano, los posconvergentes ya no descartan un acuerdo para una eventual moción de censura. Hasta Vox dejó caer en septiembre que no se opondría a un acuerdo con PP y Junts para una moción instrumental con un único punto en su programa: la convocatoria de elecciones generales.
No obstante, los de Puigdemont tienen claro que su apoyo tampoco saldría gratis. Que el divorcio entre Sánchez y Puigdemont sea el preludio de una nueva relación con el PP de Alberto Núñez Feijóo depende, precisamente, de este último. Oficialmente, las dos formaciones niegan los contactos, pero es Junts quien anticipa que esta vía de interlocución podría abrirse camino en los próximos meses. Incluso la formación catalana se muestra más ansiosa por el inmovilismo del principal partido de la oposición. «No se a qué esperan… ¿Cómo quieren que se llegue a un candidato alternativo si no hablan?», se preguntan en referencia a la imposición de que una eventual moción de censura tendría que hacerse con un candidato de consenso distinto a Feijóo para concitar el consenso de Vox y Junts.
El análisis que hacen en Junts tiene su base en una lectura demoscópica: cuanto más tiempo pase, peor. La reflexión evidencia el temor de los posconvergentes a la fuga de voto de Junts hacia la formación de Silvia Orriols, Alianza Catalana; un proceso similar al que está sufriendo el PP con Vox, cuya tendencia alcista podría poner en peligro la consolidación de la primera posición para el PP con unos números suficientes como para formar un gobierno en solitario, tal y como se han comprometido los populares. Desde Junts advierten al PP de que o dan pasos para desalojar a Sánchez del Gobierno «o se los va a terminar de comer Vox». Exasperan los tiempos de un PP que no parece querer concretar ninguna interlocución con Junts hasta no acreditar un movimiento contundente en el terreno judicial. Sea como fuere, el único paso sólido que se avecina en el horizonte es que «las cosas están claras, y se dejarán más claras el lunes».
