The Objective
La semana por delante

Junts rompe, a Sánchez le trae por un higa

Guardiola convoca al borde de la mayoría absoluta

Junts rompe, a Sánchez le trae por un higa

Carles Puigdemont. | Servimedia

Ni una sorpresa: los independentistas catalanes de Junts abandonan a Sánchez. Lo decidido es esto: de aquí a final de legislatura, dure esta lo que dure, ni un solo voto positivo en el Parlamento. «Ya no es tiempo de diálogo», asegura al cronista un analista del Principado muy bien informado. Sánchez no le ha podido asegurar la amnistía personal al forajido Puigdemont, el catalán en Europa es una quimera porque el alemán Merz quizá hable pero no cederá, y el Gobierno no quiere traspasar la inmigración a Cataluña para que haga con ella lo que le venga en gana. Además, no lo dicen pero lo sienten: si todas estas exigencias fueran dadas caerían en el saco de la Generalidad de Illa, o sea, lo que se dice: un pan como unas tortas.

¿Qué llega tras la inmensa pedorreta de Junts a Sánchez? Pues lo que este quiera y lo que quiere es seguir, aunque sea sin Parlamento, sin mayoría y… sin vergüenza que es lo que acumula en grado sumo. Ahora lo que se murmura, solo eso, es la codiciada «moción de censura instrumental», un acuerdo tripartito o cuatripartito porque también se sumarían a ello —ya lo verían— los descarados felones del PNV, para expulsar a Sánchez y convocar elecciones a toda prisa. El socio principal, el Partido Popular no está por el momento por la labor, pero la posición no está cerrada. Si hubiera que apostar, mi número caería en el «no» rotundo.

Sánchez aparenta que a su alrededor no pasa nada. A estas alturas de curso una decena de mentiras más no le importa una higa. En este instante se dedica a perpetrar toda una campaña para colocar al presidente valenciano al borde del precipicio. El miércoles es el funeral de Estado y Feijóo ha sido invitado como si fuera solo un diputado por La Coruña más o menos. Mazón (él no se esconde como Sánchez) estará de cuerpo presente en el funeral pese al recibimiento que le han preparado los leninistas-catalanistas de Compromis. Estos están en el acoso y derribo y naturalmente desdeñan los datos de la reconstrucción. Les recojo solo cinco: los 6.612 millones de euros que Sánchez prometió para paliar la Dana no son tales, son dinero perentorio para ayuntamientos y pagos al Consorcio de Seguros, las familias siguen esperando euros contantes; el Gobierno presume de ayudas para la primera necesidad: 124 millones, la Generalidad Valenciana lleva ya 240; Sánchez dice que ha entregado 199 millones de euros para vehículos siniestrados, pocos son, la Generalidad muchos más exactamente 331,8 millones de euros; en la regeneración de la Albufera Mazón ha empleado 100 millones, el Estado se ha quedado en 56; finalmente, aún quedan 5.000 autónomos que siguen aguardando enfadados las ayudas del Gobierno sin que haya ahora mismo ningún síntoma de que Sánchez vaya a cumplir con su compromiso. Por cierto: manifestación del sábado en Valencia: 50.000 asistentes según la Delegación del Gobierno que dirige la activista Pilar Bernabé, 32.000 según la Policía. Nada que ver con las primeras que oscilaban entre los 80.000 a 130.000 asistentes, el 25 por ciento de hace un año.

Estos son los datos que, con seguridad, no se han aireado en la concentración contra Mazón bien calentada —eso resulta escandaloso— por los escasos medios, digamos «conservadores», que, en su momento, cobraron sustanciosos diezmos y primicias de las Generalidad de Puig, el hermano de un individuo que, gracias a la cercanía, cometió toda serie de fechorías que ahora residen directamente en el correspondiente Tribunal de Justicia. 

Y, tras el alboroto de Valencia, llega también este miércoles en el Senado la esperada comparecencia de Sánchez. Advertencia: no se esperen demasiadas noticias reveladoras,  el tipo ya tiene armada su intervención fundamentada en tres aspectos: la lectura detallada de la caja a de su partido, la única que reconoce, el desdén por los sobres con dinero recibidos por él mismo, y el ataque directo al Partido Popular porque aún la Gürtel da mucho de sí. Lo que se sabe a estas horas es que Feijóo ha ordenado un dúo, chico-chica, senador-senadora para intentar poner en aprietos al todavía presidente. Misión muy difícil tendrán estos dos carbonarios del Parlamento que guardan como objetivo desbaratar los embustes y la golfería de Sánchez que, además —esto es un adelanto— va a presentarse como un hombre de paz y buenas maneras ahíto de tener que enfrentarse a una cuadra de vocingleros, el PP, sin el menor sentido de Estado. Quizá suceda algo que no se puede descartar en absoluto: que se produzcan nuevas revelaciones, al día, de cómo el PSOE se financiaba con dinero más oscuro que la conciencia de Pablo Iglesias. ¡Qué estupenda sorpresa sería que, sentado en el banquillo parlamentario, Sánchez se topara con una nueva pléyade de investigaciones en marcha que le dejara, como debe ser, a los pies de los caballos judiciales! No perdamos la fe.

Para mayor expectación esta semana en el Congreso de los Diputados están programadas más actuaciones estelares. Por ejemplo y para seguir: hoy mismo la ministra de Igualdad, que este cronista no sabe cómo se llama, ni le importa, acude a la correspondiente Comisión para vender una reforma criminal del aborto que el Gobierno presenta como el colmo del progresimo feminista. Todo un engaño o mejor dicho, una brutalidad sin precedentes. El Gobierno no ceja en su empeño de que el aborto sea reconocido como un derecho, pero el Parlamento mayoritario no va a tragar. ¿Por qué sigue Sánchez con esta monserga? Pues porque piensa que le arrea votos de la mujer y porque así se retrata —ya lo decimos— como el jefe europeo del feminismo «enrage». Todo un dislate.

Tampoco es para perderse la intervención en el Parlamento del corresponsal más famoso del momento: David Alandete. No viene a hablar en principio de sus diálogos públicos con Trump que tanto enojan al Gobierno, sino de un asunto que ha perdido actualidad pero que encierra una enorme gravedad: las injerencias de la Rusia de Putin en la política, o mejor dicho, en la sociedad español. Da la impresión que a Sánchez y a su ralea Alandete les va a proporcionar un enorme disgusto; ya su sola presencia la juzgan indeseable; por eso, aunque fuera sólo por eso, debemos recibir al colega con una enorme ovación. Es el corresponsal de moda.

Extremadura, a las urnas.

P.D.- Y el martes conténgamos la respiración porque podemos entrar definitivamente en un año electoral diseminado. A las urnas seguras de Castilla y León, 15 de marzo, y a las probables de Andalucía, mayo, se pueden juntar, seguro, las de Extremadura cuya presidenta, Guardiola, este martes puede convocar a sus paisanos a votar. Al borde de la mayoría absoluta, tiene a favor su propia gestión, muy buena, la quiebra de un PSOE plagado de escándalos, y la nimiedad de Vox que, como siempre, solo está pendiente de encanallar al PP; el PSOE no es su enemigo, es su cómplice.

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