Ábalos 'coló' en Ferraz 'tickets' de «personas ajenas al PSOE» que recopilaba Koldo García
Fuentes socialistas explican que el ex secretario de Organización pactó «complementar su salario con un sobresueldo»

Caja con billetes en el escritorio del despacho de Ábalos en su residencia oficial, en marzo de 2020. | THE OBJECTIVE
Los tickets que José Luis Ábalos presentaba en la sede del PSOE incluían facturas que no pertenecían a nadie de su equipo. Según han indicado fuentes socialistas a THE OBJECTIVE, se colaban resguardos de comidas y gastos varios de «personas ajenas al partido» que eran obtenidos por Koldo García en restaurantes afines en los que se reunía asiduamente la trama, entre ellos La Tragantía, en Madrid. Este es el motivo por el que el PSOE oculta esos recibos que Ábalos presentó al partido durante los tres años en que ejerció como secretario de Organización.
Lo que inicialmente algunas fuentes atribuían a las maniobras de Koldo, que «recogía del suelo» los tickets en diversos establecimientos, apunta en realidad a una operativa algo más sofisticada consistente en acuerdos con una red de restaurantes que frecuentaban para que le aportaran todas las facturas desechadas por los clientes de los citados locales y así poder presentarlas vía gastos en el PSOE. Un modus operandi que explica por qué una parte de la facturación presentada no se corresponde siquiera con la agenda oficial del exministro de Transportes.
Como desveló este periódico en noviembre de 2021, Ábalos presentaba a veces gastos duplicados con «comidas del mismo día en dos lugares distintos, una en Valencia y otra en Madrid». Algo que había provocado la alarma entre las secretarias de la quinta planta de la sede de Ferraz, Celia Rodríguez y Covadonga San Pedro. La primera declaró este miércoles ante el Tribunal Supremo y confirmó pagos en metálico al ministro y su asesor tras haber mentido hace dos años en sede judicial al asegurar que el abono de los gastos del partido se efectuaba siempre por transferencia bancaria.
Ante el Alto Tribunal, la trabajadora de Ferraz ha contado que ella no revisaba la documentación que remitía al departamento de Administración. Posteriormente, el ex director gerente del partido, Mariano Moreno, confirmó que durante los años de Ábalos como secretario de Organización (los mismos en que él fue gerente), «no se comprobaba» que los tickets que presentaba como gastos hubieran sido abonados por el secretario de Organización o por alguien de su equipo. Un mecanismo que permitió colegir al instructor, Leopoldo Puente, que «no había un mecanismo de control» sobre los documentos presentados.
Las fuentes socialistas consultadas explican que el modus operandi descrito fue el resultado del pacto que Mariano Moreno alcanzó con José Luis Ábalos para «complementar su salario con una suerte de sobresueldo», tras la queja reiterada de este de que «estaba harto» de nombrar a altos cargos que cobraban más que él, por la norma interna en Ferraz de que los ministros y demás miembros del Gobierno que tenían un puesto en la Ejecutiva federal del partido no percibían remuneración por parte del PSOE.

El acuerdo consistió en «hacer la vista gorda» con el montante de los gastos presentados en la administración del partido. No en vano, durante 2019, Ábalos logro colar al PSOE un sobresueldo de 55.411,26 euros en concepto de gastos imputables a la Secretaría de Organización del PSOE. El año anterior fue de 33,352,08 euros anuales, lo cual supone un incremento de 22.000 euros anuales, aproximadamente unos 1.800 euros mensuales más. Concretamente, en los meses de junio y octubre de 2019, se presentaron gastos por 9.074,88 y 9.548,97 euros. Dos cifras que coinciden con la revelación que fuentes del PSOE hicieron a THE OBJECTIVE en noviembre de 2021: facturas superiores a los 9.000 euros que habían hecho saltar la alarma sobre los elevados gastos que presentaba el secretario de Organización.
Un «complemento a su salario»
En diciembre de ese año, la cifra alcanzó un nuevo récord al presentar en Ferraz gastos por importe de 12.980,32 euros. Este soporte documental de la UCO a las informaciones publicadas por THE OBJECTIVE hace cuatro años es relevante en la medida en que confirma que el propio partido era conocedor y cómplice de la contabilidad opaca de su ministro de Transportes y Secretario de Organización. La imputación a la Secretaría de Organización del PSOE era una forma de establecer un sistema opaco de cobro de sobresueldos, dado que la mayoría de los tickets presentados no se corresponden con gastos reales de representación. Las fuentes socialistas consultadas explican que a Ábalos «se le fue la mano» con el pacto alcanzado con el gerente, el cual se produjo al inicio de su mandato tras la «queja reiterada» de que «no tenía dinero».
El momento crucial se produjo después de un viaje a Canarias del entonces ministro de Transportes, en el que Koldo García abonó los gastos con billetes de 500 euros que no procedían del partido socialista. Posteriormente, fue el asesor del secretario de Organización quien presento parte de esas facturas a Ferraz. Ese dinero de «dudosa procedencia», con billetes de alto valor facial —conocidos como «txistorras» en la jerga empleada por la trama— disparó las alarmas en el PSOE a seis meses de la destitución fulminante de José Luis Ábalos.
Como desveló este periódico, el gerente había alertado primero a Santos Cerdán, entonces mano derecha de Ábalos en la Organización del partido, a quien le dijo: «Jose se está pasando con los gastos». Y posteriormente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien fue a ver al Palacio de la Moncloa después de que Cerdán le instara a informar a su secretario general. Fruto de esos encuentros, Mariano Moreno acudió a ver a Ábalos al ministerio para «evitar miradas indiscretas en Ferraz» y reconducir la situación.
Moreno confirma que «no había un control»
Fuentes policiales explican a este diario que Koldo «importó» el modus operandi de su etapa como colaborador de la Guardia Civil en Navarra, ya que se trata de una práctica habitual empleada por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para poder obtener fondos para el «pago a confidentes cuando se acaban los fondos reservados». La diferencia capital es que, en esta ocasión, Koldo lo habría utilizado para permitir aflorar unas cantidades de dinero que, según la UCO, constituyen una «fuente de ingresos no declarada» relacionada con el abono de determinados gastos «sin respaldo documental».
En su declaración ante el Tribunal Supremo, Mariano Moreno dejó claro este miércoles que «en ese momento no se comprobaba eso». Fue su respuesta a la pregunta expresa del instructor Leopoldo Puente: «¿Sería posible entonces que alguien recolectase tickets de un restaurante y los aportase?». Moreno no lo descartó: «No lo sé…». Hasta en cuatro ocasiones afirmó que no existía un método de control y que la única comprobación que hacía el departamento de Administración era que «la persona que había firmado la solicitud estaba», es decir, que el propio Ábalos firmara su conformidad con los gastos presentados. Eso bastaba porque, en palabras de quien fuera el gerente, «no había un superior que pudiera autorizar. Esos eran los máximos responsables».
Hace tres semanas, la acusación particular del PP solicitó al Supremo reclamar al PSOE los resguardos de los pagos a Ábalos para comprobar que no existía una caja b, después del «trasiego de dinero» que THE OBJECTIVE demostró que Ábalos guardaba en su residencia oficial, en un armario bajo llave. El instructor rechazó el pasado viernes reclamar al PSOE esos recibos «en este momento, sin perjuicio del resultado de las declaraciones testificales a cuya vista se acordará lo procedente».
