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La Mirilla

Mas-Colell dice ahora que «siempre supo» que «Cataluña no sería independiente»

El exconsejero, que nunca fue muy explícito en sus gestos, está aún pendiente de que se le aplique la ley de amnistía

Mas-Colell dice ahora que «siempre supo» que «Cataluña no sería independiente»

Andreu Mas-Colell. | Europa Press

El prestigioso economista Andreu Mas-Colell, consejero del Gobierno de Artur Mas durante la primera consulta secesionista del 9 de noviembre de 2014, ha confesado que «sabía, desde siempre, que Cataluña no sería independiente». El exconsejero ha hecho estas declaraciones en una entrevista con el periódico local iSabadell, y ha añadido: «Ahora ya se ha probado, y ahora han de saberlo todos», que esta secesión no es posible. De sus declaraciones se deduce que cuando formó parte de la candidatura de Junts pel Sí, que prometía una «hoja de ruta» muy definida para crear un Estado catalán, él ya consideraba que esta promesa electoral era inviable.

Estas declaraciones han irritado a sectores de Junts per Catalunya. Si bien Mas-Colell ya había hecho autocrítica tras el fracaso del procés y había dejado atrás la posibilidad de retomar el plan rupturista, ahora va más allá al decir que siempre supo que la independencia no era posible.

Como consejero, Mas-Colell nunca se pronunció tan explícitamente. De forma reservada, en las reuniones del Consejo Ejecutivo del Govern, sí dejó caer alguna duda, pero no de cara a sus votantes. De 2014 a 2018 se censuraba públicamente a aquellos dirigentes que tenían dudas sobre la posibilidad de hacer real la independencia. Incluso Puigdemont llevó a cabo una purga en su Govern y relevó a tres consejeros (Neus Munté, Jordi Jané y Meritxell Ruiz) poco antes del 1-O.

A la espera de la amnistía

Mas-Colell es uno de los ex altos cargos de los sucesivos gobiernos nacionalistas que está a la espera de que se le aplique la ley de amnistía. El Tribunal de Cuentas reclamó una cantidad millonaria por la promoción de acciones exteriores durante su etapa como consejero de Economía y, en su momento, le embargaron sus bienes.

Ante esta situación, su hijo lanzó una campaña en Change.org contra el ente contable (afirmando que era un tribunal «politizado») para que retirase las acusaciones contra su progenitor. A través de la red social X pidió a compañeros de su padre adherirse a la campaña. Esto originó una alud de solidaridad con Mas-Colell de su entorno académico. Personalidades como Alexander Tabarrok, director de investigación del think tank Independent Institute y Gerardo Esquivel, subgobernador del Banco de México, además de la cuenta oficial del Instituto de Investigación en Economía de la Universidad de Georgetown, mostraron su respaldo al economista.

Reservas sobre la secesión

En varios momentos clave del procés independentista aparecieron gestos que daban a entender el escepticismo de Mas-Colell en cuanto a la posibilidad de éxito de la secesión. No obstante, no alzó la voz públicamente hasta que el fracaso del procés fue evidente, y tampoco cuestionó a sus propios compañeros de partido.

Durante el pleno de noviembre de 2015 en el Parlament, donde se aprobó el inicio del proceso de independencia con 72 votos a favor y 63 en contra a través de una declaración que planteaba la creación de un nuevo Estado catalán, Mas-Colell votó junto a los diputados de Junts pel Sí (la candidatura que unió a Junts y ERC) y la CUP. Su gesto fue que no se sumó al aplauso y se levantó de su escaño el último.

Mas-Colell no participó en el Ejecutivo de Carles Puigdemont. Abandonó sus responsabilidades políticas a inicios de 2016. Tras el procés, en una entrevista en TV3 ya dejó caer que como era «un pragmático» no veía posibilidad de volver a la senda de la secesión. En esta entrevista en iSabadell, afirma que el «mantenimiento de la nación [catalana] debe ser en el contexto español».

También ha reaccionado a sus palabras Josep Costa, exvicepresidente del Parlament y uno de los exponentes más duros del independentismo. Para Costa, nada de lo que diga Mas-Colell se puede tomar en serio porque, al estar a la espera de la amnistía, «es un rehén del Estado».

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