Pedro Bofill: «Si Sánchez no se va, el PSOE corre el riesgo de desaparecer»
El histórico dirigente socialista anuncia que si el presidente del Gobierno vuelve a presentarse, «no lo votará»
Pedro Bofill (Alcazarquivir, Marruecos, 1946), histórico dirigente socialista, exportavoz del PSOE y exeurodiputado, admite su «tristeza» y su «pena» por la situación que atraviesa el Partido Socialista, y alerta de que si «Sánchez no se va, corre el riesgo de desaparecer». Bofill forma parte del grupo de exdirigentes críticos con la gestión de Sánchez al frente del Gobierno y del partido que se ha reunido para buscar soluciones a la etapa que se abrirá si el sanchismo abandona el poder. En una entrevista concedida a THE OBJECTIVE, denuncia la actitud cesarista del secretario general del PSOE, del que afirma que es «un César que tiene sometido al PSOE, populismo puro y duro». Si se vuelve a presentar, dice, «no lo votaré».
PREGUNTA.- ¿Cómo vive un socialista histórico el escándalo de los acosos sexuales en el Gobierno y en el Partido Socialista?
RESPUESTA.- Con mucha tristeza, la verdad, porque se está produciendo una pérdida de valores de los socialistas. Siempre hemos defendido la igualdad entre hombres y mujeres, el respeto, que es la clave en muchas de las actuaciones políticas. Ese respeto a las personas ha sido totalmente arrasado con esta serie de actuaciones por parte de algunos dirigentes. Estoy viendo con asombro que toda la culpa se le echa a Ferraz, y yo me pregunto: ¿la vicepresidenta primera del Gobierno, la señora Montero, no es también miembro de la Comisión Ejecutiva Federal? Sí. Pilar Alegría, la ministra de Educación, miembro de la Ejecutiva también. ¿Cómo es posible que se intente desviar la atención desde Moncloa solamente hacia el partido si la culpa es también del Gobierno? Se intentan arropar las responsabilidades del Gobierno y arrojar la basura hacia Ferraz. Hay una descomposición de los valores y de los comportamientos socialistas que yo nunca había sospechado que llegara a esos niveles.
P.- ¿La defensa del feminismo que ha hecho siempre el PSOE ha quedado arrasada?
R.- Si no arrasada, muy, muy dañada, tremendamente dañada. Me sorprende que no haya una reacción espontánea por parte de mujeres socialistas, que han luchado durante muchas décadas para alcanzar la igualdad y el respeto, y que haya una cortina de silencio. A mí me sorprendió mucho la semana pasada, cuando salió a la luz el escándalo del líder del PSOE en Torremolinos, Antonio Navarro, que la vicepresidenta de Gobierno, María Jesús Montero, miembro de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, dijera que había oído algo, pero que no sabía nada del contenido. Esa respuesta denota una falta grave, o bien de estar informada y hacer dejación de sus responsabilidades como dirigente del partido, o de una falta absoluta de capacidad para dirigir una organización que es la segunda fuerza política electoral en España.
P.- ¿Ha echado en falta la reacción de mujeres como Carmen Calvo o Adriana Lastra, con gran peso en la lucha feminista del PSOE?
R.- Ha habido algunas reacciones positivas, de hacer críticas, en el sentido de que no habían denunciado con la suficiente entereza. Las militantes socialistas tenían que haber saltado como un resorte, porque si no se publica, no estaría en la portada de los periódicos. Tendrían que haber promovido una movilización interna, de un colectivo ofendido porque se han vulnerado los derechos de las mujeres, porque se ha ido en contra de lo que nosotros siempre hemos defendido, de los logros que se habían conseguido hasta ese momento.
P.- ¿Las considera culpables de esta situación?
R.- Son culpables de no haber respondido con la contundencia que se les exige por los cargos que han tenido, tendrían que haber reaccionado. Se han quedado paralizadas en una contradicción y en no querer dañar al Gobierno y al partido, cuando realmente lo que están haciendo es dañarlo y al colectivo de las mujeres españolas. Están perdiendo la llama de su combate.
P.- ¿Esperaba otra reacción de Pedro Sánchez?
R.- El presidente de Gobierno últimamente no se entera de casi nada. No se entera de que tiene un secretario de Organización corrupto, que es ministro, lo cambia por otro y resulta que son personas que están ahora mismo investigados por los tribunales. Y que se diga que ya se ha perdido perdón… No es una cuestión de perdón, es una cuestión de responsabilidades. Se puede perdonar, pero yo manejo una responsabilidad y lo que ocurre aquí es que no se asumen las responsabilidades porque hay una dejación de funciones ¿O es que tenemos unos dirigentes incapaces de enterarse de lo que ocurre en torno a su propia persona?
«Sánchez es un César que tiene sometido al PSOE, populismo puro y duro»
P.- ¿El electorado va a castigar más al PSOE por estos casos de machismo y acoso sexual que por la corrupción?
R.- Esa es la gran pregunta, porque a mí me asombra que, los principios y los valores éticos que creíamos defender nosotros cuando éramos más jóvenes como militantes del partido, han desaparecido. No llego a entender todavía cómo, llamándonos progresistas, pasamos por alto un hecho tan grave como es, perdónenme el término, que unos puteros utilicen el dinero de nuestro bolsillo para divertirse y que yo no tenga inmediatamente una responsabilidad.
P.- ¿Cuánto tiempo tardará el PSOE en recuperar la defensa del feminismo?
R.- El electorado es muy permisivo con las cosas que ocurren. Me da la sensación de que hay una cierta ingenuidad y que no alcanza todavía a entender la gravedad que tiene para la entidad y la credibilidad del partido. En algún momento nos tiene que pasar factura. Yo lo que quiero es que surja una voz que recupere los valores y los principios que nos han definido, especialmente en el tema de la igualdad. Quisiera equivocarme y ver que sí, que la sociedad española reacciona contra esta serie de graves irregularidades que están existiendo.

P.- ¿Qué queda de aquel socialismo en el que militó y vivió?
R.- Si le digo que no queda nada, me excluyo. De aquel socialismo queda todavía el deseo y el objetivo, porque hay, afortunadamente, algunos líderes que, con mucha valentía, están criticando, como puede ser el presidente García-Page o nuevos dirigentes que están asomando: Juan Lobato, Ignacio Urquizu. Tienen que dar un paso adelante si quieren recuperar los signos de identidad.
P.- ¿Leire Díez o ‘Paqui’, la mujer de Cerdán, son el peor retrato del sanchismo?
R.- Peor es el conjunto. Lo grave es el conjunto. Son demasiadas cuestiones: corrupción, acoso. Lo más grave es que nadie asuma responsabilidades, lo que prima es el poder por el poder. Me duele el deterioro a España. Voy a repetir una frase que nos decía siempre Ramón Rubial: «Primero España, luego el partido y luego la persona». La ética pública ha sido sustituida por el interés personal de una serie de miembros que forman parte de la organización socialista y, especialmente, de quien la dirige, el secretario general y el presidente de Gobierno, en este caso. Es un populismo peligroso.
P.- ¿La condena al fiscal general del Estado es una mancha que difícilmente se podrá borrar en la historia del socialismo español?
R.- El que un fiscal general del Estado haya sido condenado me parece de una gravedad máxima y más grave ahora, ya como cotizante socialista. Será una mancha difícil de borrar, pero más difícil la actitud de los responsables al acusar al Poder Judicial de estar pervirtiendo lo que es su función.
P.- Forma parte del grupo de históricos dirigentes que han levantado la voz contra la gestión de Pedro Sánchez. ¿Animaría a otros dirigentes actuales a perder el miedo y salir a denunciar la situación del Gobierno y el partido?
R.- Los animaría a que cumplieran con sus responsabilidades, el sometimiento a la ley y a las instituciones. No es que sean valientes, sino que sean consecuentes.
P.- ¿Ha detectado miedo a hablar?
R.- Hay miedo a perder intereses creados en torno a cada uno de ellos. Aquí no hay disciplina de grupo parlamentario, aquí no hay obediencia debida, aquí hay obediencia debida a los principios constitucionales y a los principios morales y éticos de una organización.
P.- Hace ahora casi tres meses que se reunió este grupo de socialistas críticos con Sánchez. Desde entonces, ¿han recibido más adhesiones de dirigentes que quieren dar el paso y enfrentarse al sanchismo?
R.- Dirigimos una carta pública al secretario general, tuvo un gran impacto, y le pedimos que, por el bien del partido y la dignidad de todos los socialistas, diera un paso al lado y diera paso a otras personas para sustituirlo, es decir, que se produjera una dimisión y al mismo tiempo se nombrara una gestora, que tendría que pedir la celebración de elecciones. Ha llegado un momento en que la sociedad tiene que expresarse.
«La condena al fiscal será una mancha difícil de borrar en el PSOE»
P.- ¿Si Sánchez no se va, el PSOE corre el riesgo de desaparecer?
R.- Yo creo que sí. Son muchos electores que, de alguna manera, han declarado, más o menos veladamente, que si sigue Pedro Sánchez como secretario general y es candidato del partido, no lo votarán, entre los que yo me incluyo. Si él sigue siendo el candidato, yo no lo puedo votar, por una cuestión de coherencia ideológica y de principio moral. No puede seguir representándonos una persona que, ante el cúmulo de fallos y de escándalos que se están produciendo, no deja que lleguen otras personas que se hagan cargo del partido y devuelva la palabra al electorado. Desde el momento en que un Gobierno levanta un muro, le está diciendo a la sociedad española: «Yo soy el Gobierno de esta parte, los que están en la otra parte, no son míos». Levantar un muro supone decir que yo soy el Gobierno de un sector de la sociedad, no de la otra. Y, además, supone que usted no cree en la alternancia política, no cree en la crítica. Es populismo de izquierda, que es igual que el de derecha, populismo al fin y al cabo.
P.- ¿Pedro Sánchez utiliza al partido solo para su beneficio?
R.- Yo lo veo así, a lo mejor él no lo ve, está claro, porque no ve la corrupción, no ve tantas cosas… El deterioro es muy grande y la credibilidad del partido, que está sufriendo mucho. Algunas personas que conozco justifican todo lo de Sánchez diciendo que la economía va muy bien. Yo apelo a los valores y principios que tienen que definir a un socialdemócrata. No veo que se produzca una reacción consecuente con lo que nosotros decimos defender y que dicen los estatutos y los principios programáticos del partido ¿Dónde está la transparencia? Por poner un caso.
P.- ¿Hay esperanzas de que una nueva generación del PSOE pueda liderar el partido tras el sanchismo?
R.- Yo creo que sí. Nosotros no queremos conducir el carro, porque no tenemos edad para conducirlo. ¿Qué podemos hacer nosotros? ayudar a que llegue a buen fin. Hay personas en nuestra sociedad con muchos valores y muchos principios que se consideran socialdemócratas. El que hasta ahora ha dado más entereza, también porque tiene más poder, ha sido García García-Page, que está intentando que las cosas cambien desde el propio poder. Después hay una serie de personas, como puede ser Juan Lobato, que no tuvo ningún reparo en ir a contar lo que había ocurrido con el tema del fiscal general del Estado. Y, probablemente, otras, que no conocemos, líderes que espontáneamente surjan, y que por sus conocimientos y sus principios sean capaces de asumir el liderazgo. El sanchismo ha llevado a una situación muy delicada al partido, y a España.
P.- ¿Sánchez ha destruido al Partido Socialista?
R.- No me cabe la menor duda. Entre el partido que yo he conocido y el que conozco ahora hay un factor fundamental que distorsiona todo, las primarias, que, a veces se respetan, y otras, no. No es cierto que sea más democrática la elección porque, una vez que ha sido elegido alguien por las primarias, se convierte en un César. Se necesitan filtros muy exigentes, como había antes. El partido está muy destruido por ese factor de las primarias. El artículo seis de la Constitución dice que los partidos conforman el pluralismo político, un principio esencial, pero que tienen que tener una estructura y unos procedimientos democráticos. Yo pongo en tela de juicio que en el PSOE se esté cumpliendo el artículo seis en las estructuras y procedimientos democráticos.
P.- ¿Está diciendo que Sánchez se ha convertido en un César que tiene sometido al PSOE?
R.- Efectivamente, es el populismo puro y duro. Es un dirigente populista. Sería un gesto que valoraríamos muchísimo si él se diera cuenta de que ha llegado al final de su etapa, convocara elecciones y dejara paso a un nuevo dirigente político que se hiciera cargo del partido. Eso sería muy importante para recuperar la credibilidad de los socialistas, sacar de esta pesadilla a la sociedad española, volver a recuperar el prestigio de España fuera y la convivencia entre todos los españoles. Todo este tipo de comportamientos está llevando a una división entre españoles que le resta eficacia a los esfuerzos que, como sociedad, hacemos para progresar.

P.- ¿Qué futuro le augura a Sánchez? ¿Cómo cree que será recordado?
R.- No tengo una bola de cristal, pero creo que será recordado como una persona que no ha sabido mantener la concordia entre los españoles, la paz civil y, sobre todo, el consenso y el diálogo necesario para que todos los recursos del país puedan funcionar adecuadamente para producir el mayor bienestar y la mayor libertad a los ciudadanos.
P.- ¿No debería haber sido nunca secretario general del PSOE?
R.- El Partido Socialista hace una dejación de funciones en un dirigente que va a pasar a la historia por ser una de las comisiones ejecutivas más sometida a los criterios de una persona, con características cesaristas. Lo que se está produciendo es que el poder se ha impuesto sobre los valores y principios que caracterizan a una sociedad democrática y a un partido socialdemócrata. Es el poder, la codicia individual del poder, la que está subvirtiendo todos los valores de un partido. Y eso me produce una gran tristeza y una gran pena.
