Sánchez baraja colocar a Óscar López como portavoz cuando salga Alegría del Gobierno
Fuentes gubernamentales explican que el cambio en el Ejecutivo se limitará a la cartera de la candidata en Aragón

El ministro de Transformación digital, Óscar López, junto a la portavoz Pilar Alegría.
La cuenta atrás ha comenzado. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se encamina a efectuar la sustitución de su portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, ante la inminente convocatoria electoral en Aragón para el 8 de febrero. Según las fuentes gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE, el jefe del Ejecutivo pretende nombrar a Óscar López ministro portavoz del Gobierno en sustitución de Alegría. Su defensa de Paco Salazar y su encuentro reciente con él tras las acusaciones de presunto acoso sexual la han obligado a reconocer su «error», poniendo en entredicho el perfil feminista de la candidata a la presidencia del Gobierno aragonés en el momento más complejo del mandato del gobierno socialista desde que accedieron al poder en junio de 2018 tras la moción de censura contra Mariano Rajoy.
Fuentes gubernamentales explican que el jefe del Ejecutivo ha barajado también el nombre de Félix Bolaños, uno de los perfiles comunicativos de mayor visibilidad en el Gobierno, pero la acumulación de tres carteras (Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes) era una de las desventajas para su nombramiento. «No se puede tener cuatro carteras», explican fuentes de Moncloa. El otro de los ministros con mayor visibilidad del Consejo de Ministros es el titular de Transición Digital, Óscar López, que en las últimas fechas ejerce de látigo del Gobierno en los asuntos de actualidad. Fue precisamente López el que emitió la valoración más polémica de la sentencia del Tribunal Supremo sobre la condena del ya ex fiscal general del Estado Álvaro García Ortiz, al afirmar que «hay guiones de Hollywood con menos creatividad que esta sentencia».
En este sentido, se trataría de seguir ejerciendo el papel que ya desempeña desde hace semanas, erigiéndose en un perfil duro en el plano comunicativo que, no obstante, mantiene buenas relaciones con los medios de comunicación. Una tarea esencial para un portavoz del Gobierno, que es «el puesto que más quema de todo el Gobierno». Por la mesa de la sala de prensa de Moncloa han pasado hasta la fecha solo mujeres: Isabel Celaá, María Jesús Montero, Isabel Rodríguez y Pilar Alegría. Y esto se mira con lupa en un momento de sensibilidad máxima, con la cascada de escándalos sexuales de miembros de la dirección que se han conocido en las últimas semanas.
Los críticos se dividen en dos: los que creen que «es un error no meter en estos momentos a una mujer» y los que, al contrario, creen que debe ser un hombre el que rinda cuentas de los errores cometidos por parte de la dirección y «no se utilice a las mujeres para quemarse, cuando solo las mujeres están dando la cara».
Una «sustitución» inminente
En las últimas semanas, perfiles como la secretaria de Organización, Rebeca Torró; la secretaria Ejecutiva de Igualdad, Pilar Bernabé, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, y la vicesecretaria general del PSOE y vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, han sido las responsables de asumir los errores de la dirección federal ante los medios de comunicación. Motivo por el cual el presidente del Gobierno ha optado por un perfil masculino para comparecer semanalmente en el Palacio de La Moncloa. En el plano de los detractores, algunos recuerdan el papel de Óscar López durante el caso Nevenka como secretario general del PSOE de Castilla y León: «Vamos a poner a quien tapó el caso Nevenka para empatizar con las mujeres».
Sea como fuere, la intención es que el presidente del Gobierno se limite a una «sustitución», pero no a una remodelación más profunda del gabinete de ministros, como le pide la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. El pasado viernes, los partidos que representan al socio minoritario de la coalición de gobierno (Sumar, Comunes y Más Madrid) se reunieron para coordinar una respuesta ante los casos de acoso sexual y laboral, pero también los escándalos de corrupción que afectan al Gobierno. En una entrevista en La Sexta, Díaz aseguró que «así no se puede continuar. Lo que está pasando es muy grave. Basta ya. El deterioro es mayúsculo y es insoportable lo que estamos viendo. La corrupción, los puteros, el machismo, el hastío… No se puede más».
Diana Morant podría asumir Educación
Unas declaraciones que las fuentes de Moncloa consultadas por este diario tildaron de «paripé», porque pretendían dar la sensación de golpe en la mesa, e incluso de que los cambios en el Consejo de Ministros estén pactados. La prueba de que no lo están es que «no habrá ninguna remodelación profunda del Gobierno», porque seguramente se limiten a una «reorganización», es decir, que no haya nuevas caras y que sean dos miembros del actual Gobierno los que asuman las carteras de Pilar Alegría. Lo más razonable es que Diana Morant asuma las competencias de Educación, además de las de Universidades, y Óscar López las de portavoz, papel que ya desempeña en numerosas ocasiones de forma oficiosa.
Las citadas fuentes bromeaban además diciendo que «Yolanda Díaz sería la última persona con la que pactaría esa remodelación, y menos después de un ultimátum». El núcleo duro del jefe del Ejecutivo tiene fijación con el mantra de que «al presidente no le marca nadie la agenda», ni propios ni extraños, y menos si se trata de un intento por simular un poder del que carece la vicepresidenta segunda del Gobierno, ya que se trata de una prerrogativa constitucional. En las últimas horas, ha seguido cayendo el ánimo en el PSOE ante la secuencia de registros de empresas y detenciones de excargos socialistas y ha cundido la sensación de que «esto es el final» y de que «alguien le tiene que decir al Presidente que esto se acabó».
