Israel señala a España como el país europeo más hostil tras el boicot a Eurovisión
Analistas y representantes de Israel debaten sobre el antisemitismo en Europa y fijan su lupa en el Gobierno de Sánchez

Bandera de Israel durante el último certamen de Eurovision
Un acto hostil de un país hostil. Así interpreta Israel la decisión de la emisora pública española RTVE de no participar en el próximo concurso de Eurovisión por su presencia. En opinión de los emisarios israelíes en la sede gubernamental de Bruselas, la decisión de RTVE, que vinculan claramente a las directrices del Gobierno de Pedro Sánchez, equivale a un acto de hostilidad de difícil comprensión, entre otras cosas porque con el plan de paz impulsado por Donald Trump han terminado los bombardeos en la franja de Gaza. Miembros destacados de la comunidad judía en España también calificaron la decisión de obstáculo para la paz.
Emisarios del gobierno israelí en Bruselas y en contacto directos con las embajadas de los países miembros, las instituciones comunitarias y la OTAN no quieren echar leña al fuego. Al menos, no oficialmente. Pero el malestar es palpable. La prioridad de los emisarios del Gobierno de Benjamín Netanyahu es mantener «buenas relaciones con Europa», aunque la posición de España sorprende, y avisan: «El mundo está cambiando», en referencia a los esfuerzos diplomáticos que Jerusalén está impulsando en otros contextos extraeuropeos: desde América Latina, con Argentina en el centro de sus movimientos, hasta India.
En una batería de encuentros con la prensa internacional en la sede de la Europe Israel Press Association (EIPA), a la que ha sido invitado THE OBJECTIVE el pasado miércoles, la política de España hacia Israel se ha convertido en uno de los focos del debate. Con respecto al bloque occidental de la UE, España está claramente en el centro de las preocupaciones de los analistas convocados por la EIPA. La decisión de RTVE de no participar en el certamen musical se interpreta como un acto político, un movimiento que lanza un mensaje equivocado, en opinión de aquellos que representan a Israel en la UE.
División interna en la UE
Sobre la realidad europea, algunos de los analistas presentes en las conferencias celebradas el pasado miércoles 10 de diciembre han señalado la diferencia que en este momento existe entre el «este y oeste» de Europa. En el área occidental, los analistas detectan un incremento de la influencia de la comunidad musulmana, capaz de modificar la brújula política de los partidos políticos, sobre todo la de los de izquierda. Francia es uno de los ejemplos más emblemáticos en ese aspecto, junto con España. En Europa oriental, añaden, este tipo de influencia es menor.
Con respecto al bloque occidental de la UE, España está claramente en el centro de las preocupaciones de los analistas convocados por la EIPA. La decisión de RTVE de no participan en el certamen musical se interpreta como un acto político, un movimiento que lanza un mensaje equivocado, en opinión de aquellos que representan al gobierno de Jerusalén en la UE. Entre ellos, Jonathan Rosenzweig-Abu, máximo representante del Ministerio de Exteriores israelí en Bruselas.
Para Israel, la decisión de España sobre Eurovisión —que se añade a otras como el anuncio del embargo de armas, el reconocimiento del Estado de Palestina y el choque diplomático entre Madrid y Jerusalén— es algo difícil de entender. Saben que se trata de una cuestión política y no cultural, pero manifiestan su sorpresa ante lo que consideran una hostilidad creciente impulsada por el Gobierno. Un mensaje equivocado porque puede favorecer el crecimiento de sentimiento antisemita, que en este momento vuelve a ser analizado con preocupación por la comunidad judía continental, tal y como ya se puso en evidencia en la última cumbre de las comunidades judías europeas, que tuvo lugar en Cracovia hace un mes.
La esperanza de representantes del gobierno de Israel en Bruselas, como Jonathan Rosenzweig-Abu, delegado del Ministerio de Exteriores israelí, es que en el futuro se pueda corregir esta posición. Aunque lo cierto es que la posición crítica que Sánchez pretende llevar a las instituciones comunitarias preocupa. Entre otras cosas por la división interna sobre asuntos de política internacional, incluida la cuestión de Oriente Medio. Y todo ello a pesar de que con la invasión de Rusia en Ucrania, Israel podría convertirse en un aliado esencial para los intereses de la UE en la lucha contra el terrorismo y la amenaza de Moscú. «Tenemos historia e intereses compartidos», repitieron los analistas y representantes de Israel.
En el encuentro participaron, además del delegado del Ministerio de Exteriores israelí, analistas, representantes de las instituciones comunitarias y periodistas; entre los que destacan la diputada Hildegard Bentele, al mando de la delegación de relaciones con Israel; Maya Sion-Tzidkiyahu, directora de las relaciones entre Israel y Europa del Mitvim Institute; Daniel Radomski, jefe diplomático de la oficina de Naciones Unidas en Ginebra, y periodistas como Elias Levy y Elad Simchayoff, así como el rabino Menachen Margolin, portavoz de la entidad European Jewish Association.
