Los críticos del PSOE recelan de la corriente de Jordi Sevilla: «Legitima a Sánchez»
El exministro socialista transmite su intención de publicar un manifiesto, iniciativa ya rechazada por la mayoría de ellos

El economista y exministro de Administraciones Públicas de España Jordi Sevilla. | Alberto Ortega (EP)
El grueso de dirigentes, exdirigentes y referentes socialistas que forman parte del llamado grupo crítico con Pedro Sánchez recelan de la corriente que quiere crear el exministro socialista Jordi Sevilla. Exponentes de este sector explican que a lo largo de los tres encuentros que han mantenido desde septiembre, todos desvelados por THE OBJECTIVE, la «amplia mayoría» de los participantes ha rechazado el planteamiento propuesto por Sevilla. «Para montar una corriente se necesita un año o año y medio, y nosotros necesitamos respuestas inmediatas a lo que propone Sánchez. Además, una corriente acabaría legitimándolo», avisan. Creen además que publicar un manifiesto es inútil, y una iniciativa no respaldada por la mayoría del grupo. La clave consiste en generar una presión interna para que hablen todos aquellos que hoy no lo están haciendo. Y en mover ficha ahora, para que se celebre un adelanto electoral cuanto antes, sin esperar a que Sánchez caiga por su propio peso. Solo así se puede acabar con una situación de «anomalía democrática».
Los críticos valoran que Sevilla haya querido «dar un paso adelante», pero avisan de que las buenas intenciones no son suficientes para frenar lo que consideran una peligrosa escalada de desprestigio de las instituciones promovida nada más y nada menos que desde el centro neurálgico del Ejecutivo. Ante esa «grave situación», los críticos creen que hace falta buscar una propuesta rupturista y, sobre todo, inmediata. Y así se lo dijeron personalmente a Sevilla en el momento en que el exministro de Administraciones Públicas explicó su intención de redactar un «manifiesto» para crear una alternativa a Sánchez cuando el presidente deje de gobernar, presumiblemente tras los próximos comicios generales, previstos para 2027.
Esa espera es lo que la «amplia mayoría» de críticos considera ineficaz y contraproducente. Juan Antonio Ruíz Castillo, uno de los impulsores del grupo crítico interno al PSOE, así lo explica en declaraciones a este periódico: «Sevilla ha dado un paso adelante, y es admirable, pero no sabe exactamente lo que es una corriente. La corriente la tiene que autorizar el Comité Federal, o sea Pedro Sánchez, y acabaría legitimándole porque él seguiría controlando la organización. Estamos delante de una situación anómala en términos democráticos, y no podemos esperar más tiempo. Además, hace falta un año o más para crear una corriente, y necesitamos respuestas inmediatas a las políticas de Sánchez. Por ello, la idea de la corriente no tiene apoyos, es minoritaria en el grupo crítico y él lo sabe».
Mover ficha ya
Sevilla habló dos veces —una en El Mundo y otra en El Confidencial— desde que el grupo crítico echó a andar. Este grupo empezó con reuniones de 50 asistentes, para llegar a 70 y 80 participantes, y en todas ellas el exministro de la época de José Luis Rodríguez Zapatero se quedó en minoría. El último encuentro se celebró la semana pasada cerca de una céntrica plaza madrileña, como desveló en exclusiva este diario. En esas reuniones el exministro abordó su idea gradualista de la corriente. Su plan consiste en nombrar un referente que se postule como alternativa a Sánchez en unas primarias que se deberían celebrar cuando Sánchez pierda (si lo pierde) el control de la Moncloa. El otro frente, ampliamente mayoritario, según afirman los integrantes del grupo crítico, aboga por pisar el acelerador. Mover ficha ya.
¿Cómo? De momento con la creación de una asociación, que ya ha sido registrada, y que pronto celebrará sus primeros encuentros. Con corriente o sin corriente, el objetivo es, por lo tanto, común: generar un movimiento de opinión dentro el partido y en la sociedad civil para que salgan más dirigentes y referentes a expresar «sin miedo» su posición crítica con Sánchez y su Gobierno. Pero en cuanto al método y los tiempos hay enormes divergencias, y según afirma Ruíz Castillo, que ejerció de diputado autonómico del PSOE en Madrid y es uno de los dirigentes más conocidos del partido en la capital, la idea de la corriente de Sevilla es «muy minoritaria».
Propuesta minoritaria
«La pregunta que hay que hacerse es si esta corriente suma o resta, si lo que uno hace buscando el bien produce el mal», se preguntan también otros integrantes a las reuniones, que coinciden en que en la formación socialista se percibe «desolación», pero que existe una dinámica de «patriotismo interno» que impide a muchos hablar y expresar con libertad sus opiniones. Ignacio Urquizu ha puesto en negro sobre blanco esa contradicción en una tribuna publicada recientemente en El País.
El exministro Jordi Sevilla desliza, además, que pretende sumar una docena de nombres ilustres para que la respalden. Pero en el grupo crítico nadie conoce esos nombres. «Esperemos que los dé pronto», afirman, al mismo tiempo que reducen el impacto del manifiesto, que Sevilla ha transmitido que quiere difundir en enero. Cuando, de hecho, planteó esa opción, la respuesta que recibió de otro exministro presente en el encuentro fue esta: «Los manifiestos sirven para que los lean aquellos que los firman». Acto seguido, varios miembros de este grupo explicaron con claridad que no se apuntarían a esa corriente, siempre y cuando se eche a andar. De ahí que el anuncio haya sorprendido a algunos integrantes de este grupo.
Aunque estos dirigentes y exdirigentes socialistas agradecen el esfuerzo de Sevilla, la cuestión del método escogido para debilitar a Sánchez, y lograr que se celebren las elecciones generales cuanto antes, sigue siendo un elemento de fricción interna. «El otro día Sánchez permitió a Bildu, el partido de Otegi, anunciar una medida del Gobierno. Es decir, que ahora Bildu es el portavoz del Gobierno. ¿Qué dicen Sevilla y su corriente de esto? Nosotros creemos que el PSOE se tiene que abstener para no engordar a Vox en Extremadura, porque Vox no ha crecido por el PP, sino por el PSOE, y para no engordarlo es mejor llegar a un acuerdo para la investidura de Guardiola con la abstención del PSOE. ¿Qué opinan Sevilla y su corriente de esto? ¿Y qué opina hoy de Zapatero? Son preguntas a las que hay que responder hoy, no dentro de un año y medio», zanja Ruiz Castillo.
