El PSOE maniobra para seguir controlando la principal logia masónica de España
Críticas internas al gran maestre, el senador vasco ‘Txema’ Oleaga, por rodearse del «apparatchik socialista»

José María 'Txema' Oleaga, en el centro, y a su izquierda su posible sucesor, Shaun Parsons. | GLE
José María ‘Txema’ Oleaga, senador vasco del PSOE y gran maestro de la Gran Logia de España, la más numerosa de las existentes en España —cuenta con más de 3.000 miembros—, ha convocado elecciones internas en la institución que preside para el próximo 17 de enero. Además, promociona una candidatura continuista de «adeptos», encabezada por Shaun Parsons, junto a personalidades del «apparatchik socialista» en aras de seguir controlando la masonería española en medio de una grave crisis interna, advierten varios miembros de esta logia a THE OBJECTIVE.
Oleaga ha dado el paso de convocar comicios tras casi cuatro años en el cargo. En marzo de 2022, sustituyó a Óscar de Alfonso después de que este último dimitiese tras diversos escándalos por una serie de viajes de lujo y denuncias entre varios de sus principales miembros. Llevaba en el puesto doce años, así que no fue una dimisión repentina, «sino el final de un ciclo». Su sucesor se presentó a las elecciones con la promesa de reformar la constitución interna en menos de dos años y volver a convocar comicios entre los masones. Los sectores reformistas le apoyaron por ello, pero luego no cumplió lo prometido y ha extendido su mandato hasta casi el cuatrienio. «La idea era evitar que él y sus afines se enquistaran en el poder. De hecho, él incluyó este hecho dentro de su compromiso electoral. Lamentablemente nos engañó», constata uno de sus hermanos de la logia.
Con el paso de los meses, el gran maestro llevó a la Gran Logia «todas las malas artes de la política de partido y los métodos del sanchismo», se queja otro dirigente. La «camarilla» que le rodea está compuesta por Jesús Oleaga, su hermano, al que eligió como director del Consejo Rector; Francisco Javier Rivas, presidente de la Comisión Constitucional Permanente, encargado de dar «aparente legalidad» a los actos de la dirección y muñidor de la lista continuista; y el citado Shaun Parsons, cabeza de cartel ungido por los hermanos Oleaga y cuyo principal aval «es ser joven y hablar inglés». A todos ellos les une el hecho de estar afiliados al PSOE.
En la dirección de la Gran Logia también está Adolfo Alonso, gran orador desde febrero de este año por votación interna de los miembros de la logia —es el único cargo junto al gran maestro y al gran tesorero que los hermanos eligen por sufragio, pero al que le han vaciado de funciones—. Es su calidad de fiscal, tiene el encargo de tramitar las denuncias internas contra los grandes oficiales, pero Oleaga y el resto de miembros de la dirección se han encargado de no ampliarle las denuncias de los hermanos, por lo que en la mayoría de los casos quedan en un callejón sin salida.

Pronto empezaron las divergencias. Primero dimitió el director del Consejo Rector, Christopher Langley, al que siguió Javier Escalada como diputado del gran maestro. Ambos fueron sustituidos, respectivamente, por Oleaga —hermano— y Rivas. La tercera baja fue la de Carlos Barón como gran secretario, puesto que ahora ocupa José Luis Corral —aunque no ejerce como tal sus funciones en favor del senador socialista—.

A juicio de varios miembros de la Gran Logia, el afán del «clan del PSOE» por controlar la vida interna con mano de hierro ha tenido como punto culminante la suspensión de la actividad de cuatro logias en los últimos años. Primero fue la de Juan Rodríguez Doreste de Canarias, seguida de la Jovellanos de Asturias. Luego fue el turno de la logia de Valladolid y por último, una de las que convocan reuniones en Cataluña (a continuación).

Además, la relación de Oleaga con sus antecesores ha sido «muy decepcionante» a pesar de sus promesas de fraternidad, concordia e inclusión en el «proyecto ilusionante» con el que se presentó en 2022. Tomás Sarobe, antiguo gran maestro, se dio de baja hace un año de la Gran Logia de España por la «manifiesta deriva irregular» del primero (a continuación) y después «de más de 60 años ininterrumpidos como masón». Es decir, desde los tiempos de Franco, con los riesgos que ello conllevaba en plena dictadura, ya que la masonería estaba prohibida y anatemizada.

Otro foco de malestar interno ha sido el cambio de lugar de las grandes asambleas con el fin de «promocionar» la masonería en distintos lugares de la geografía española. Pero el resultado de ello es que Oleaga ha dificultado los desplazamientos de los hermanos de su logia, en la que es obligatorio asistir a dichas asambleas si uno quiere mantener su derecho a voto para la siguiente. Los últimos cónclaves han sido en Fuengirola (Málaga), Murcia, Toledo y Canarias, cuando antes se celebraban en Madrid.
En los últimos meses, además, ha sido llamativa la concesión entre los miembros de la dirección de las medallas más importantes de la logia. El propio Oleaga firmó en marzo el decreto (a continuación) por el que se impuso la Orden Masónica del Fundador junto a su mano derecha, Francisco Javier Rivas. «No se sometió a votación y solo se aplaudió a la búlgara», recuerda uno de los asistentes sobre aquella propuesta llevada a pleno.

Una caza de brujas dentro de la logia
Los problemas internos de Oleaga afloraron en junio del año pasado, cuando El Confidencial desveló que políticos del PSOE habían copado en dos años los máximos cargos de la masonería en España. Aquella noticia desató una caza de brujas dentro de la logia con la puesta en marcha de una especie de tribunal inquisidor en el que se interrogó a los acusados de filtrar la noticia (a continuación). Las pesquisas para averiguar quiénes estaban detrás de la «publicación de informaciones malintencionadas» no aclararon de dónde habían salido, pero varios hermanos sospecharon entonces que el objetivo del gran maestro era «amedrentar a las posibles voces discordantes» que empezaban a despuntar dentro.

Pese a ello, la dirección de la Gran Logia ha seguido arremetiendo contra la prensa en distintos editoriales masónicos de la revista El Oriente. En uno del pasado mes de enero, por ejemplo, Oleaga se congratuló de haber acallado las críticas en los medios. «Podemos enorgullecernos del interés y respeto que vamos logrando, que incluso se empieza a reconocer en la prensa generalista, en la que también nuestro medido uso del cincel está superando al agrio ventilador de las noticias falsas y los bulos», indicó al respecto.
A principios de año, Alonso publicó una carta contra Oleaga, a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, en la que resume el polémico mandato de este último. «Hablas de democracia, legalidad y participación, pero convocas asambleas en lugares poco accesibles, alteras las formas de votar en función de tus intereses, saturas a los Hermanos de asambleas y convocatorias a las que no pueden asistir ya sea por coste económico o por disponibilidad, opacas las reformas en una maraña indescifrable para la mayoría de los Hermanos hasta el extremo de que muy pocos conocen en la actualidad las normas que rigen la Orden», lamentó en el escrito contra el gran maestro.

En su opinión, el senador del PSOE fuerza la unanimidad «cuando no la aprobación por aclamación», al tiempo que persigue y destituye «a los que opinan lo contrario de tus propuestas personales». No se quedó ahí. «Basas tus acciones en propuestas aprobadas en asambleas, cónclaves o comisiones ad hoc como si no hubieran partido de tu voluntad personal; acusas a los que disienten de tus propuestas de mentirosos y saboteadores pero sin concretar en qué mienten ni en probar lo contrario; adoptas el papel de víctima mientras golpeas y exiges las disculpas para tu equipo mientras con su colaboración agredes los derechos asociativos de los Hermanos. No se ha visto con anterioridad mayor farsa», expuso el gran orador.
«Te has mostrado arrogante»
«Tu manejo del mallete [el mazo o símbolo de autoridad, poder y orden dentro de la logia] desvela, a tu pesar y también al nuestro, tu personalidad. Estos tres años te has mostrado arrogante y poco tolerante con los Hermanos. Has humillado en público a Grandes Oficiales, abusado de la palabra gruesa en Grandes Asambleas y Cónclaves, impidiendo el uso a Hermanos que lo solicitaban o abochornando desde tu posición a los que disentían. En lugar de consenso y armonía has generado ruido, conflicto y división con el manejo de Grandes Comisiones detrás de las cuales te ocultas y tratas de diluir tu responsabilidad», prosiguió Alonso antes de reprochar a Oleaga el haber importado a la Gran Logia de España «lo peor de tu profesión profana: la división, los bloques y el lenguaje frentista», en clara referencia a su implicación política en el PSOE.
«Solo así se explica el uso en tus cartas y comunicaciones de palabras como bulos y otras expresiones que a diario aparecen en las declaraciones de los políticos. Ejerces de Gran Maestro como si se tratase de una extensión más de tu vida política: las mismas formas, el mismo lenguaje y la misma ambición por ganar sin que te importe la forma, ni la división que creas, ni el daño reputacional a la Orden. Solo así se entiende que te hayas atrevido a cercenar a los Hermanos el derecho fundamental al voto, en aplicación de una norma que existe desde la noche de los tiempos, la de participar o excusarse en las Grandes Asambleas a las que somos convocados, que fue diseñada para incentivar la participación y nunca para ser usada en su contra», concluyó Alonso en su misiva.
