El Gobierno oculta al Congreso los detalles de la detención de dos españoles en Irán
El ministro de Exteriores ha conversado en dos ocasiones con su homólogo iraní, pero advierte de que «la diplomacia precisa de discreción para ser eficaz»
Santiago Sánchez Cogedor a su paso por Erbil (Irak). | Europa Press
«La diplomacia precisa de discreción para ser eficaz». Con esa escueta frase ha despachado el Gobierno al PP. La formación que preside Alberto Núñez Feijóo registró a mediados de noviembre una pregunta escrita en el Congreso para conocer los delitos que imputan a los dos españoles detenidos en Irán. Tres diputados populares firmaron una solicitud para pedir información sobre la respuesta que obtuvo el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, de su homólogo iraní tras solicitarle la liberación, aunque no han trascendido más detalles de la conversación.
Una de las arrestadas es la activista gallega Ana Baneira, de 24 años. El otro, Santiago Sánchez Cogedor, de 41 años, partió de Madrid rumbo a Qatar hace ahora un año. Su intención era recorrer a pie los 6.800 kilómetros que separan ambos puntos a través de 11 países, entre ellos Irán, y llegar a tiempo de animar a España en el Mundial de fútbol, que finalizó el 18 de diciembre. No lo consiguió.
Su pista se perdió a principios de octubre en Irán. Semanas más tarde, su familia supo que había sido detenido por las autoridades locales, aunque desconoce el motivo. El aventurero, natural de Alcalá de Henares, fue apresado cuando visitaba la tumba de Mahsa Amini, la joven que murió tras ser detenida por la Policía de la Moral por llevar mal colocado el velo islámico. Sus allegados defienden que solo estaba tomando unas fotos y que en ningún caso pretendió atentar contra la seguridad del país.
La respuesta de Irán
Es solo una hipótesis, ya que los motivos reales no han trascendido. Albares ha conversado por teléfono en dos ocasiones con su colega iraní, Hossein Amir-Abdollahian, para pedirle la liberación de los dos españoles detenidos en el país asiático. Así lo confirman fuentes de Exteriores a THE OBJECTIVE, que no precisan el contenido de esas charlas «por razones de seguridad».
Tras conocer la primera conversación entre ambos mandatarios, mantenida el 11 de noviembre, tres diputados del PP registraron una pregunta en el Congreso para conocer qué respuesta obtuvo Albares del ministro de Exteriores iraní y de qué se acusa a los dos ciudadanos españoles arrestados. La petición está firmada por los populares Valentina Martínez, Pablo Hispán y José Antonio Bermúdez.
La escueta respuesta del Gobierno, a la que ha tenido acceso este diario, está fechada el 22 de diciembre. En ella se informa de que el contenido de la llamada «no se ha hecho público, pues, como ha señalado el ministro de Asuntos Exteriores, en circunstancias tan sensibles como estas, la diplomacia precisa de discreción para ser eficaz». Una fórmula que habrían solicitado las propias familias afectadas para resolver la situación sin presionar al régimen iraní.
Albares ha repetido en varias ocasiones que la diplomacia española trabaja «intensamente» para resolver «lo antes posible» la situación de Sánchez Cogedor y Baneira, cuyo arresto fue desvelado a principios de noviembre por una ONG kurda. Ambas detenciones se produjeron tras las protestas que sacuden al país asiático desde la muerte de Mahsa Amini a finales de septiembre y cuya represión ha costado la vida a decenas de personas.
La visita del embajador
El ministro de Exteriores dio instrucciones directas al embajador español en Teherán, Ángel Losada, para tratar «de manera prioritaria» la situación de los dos españoles detenidos en Irán. Ha tenido ya varios encuentros con representantes del Ministerio de Interior iraní para abordar el caso. Incluso pudo visitar el 6 de diciembre a Sánchez Cogedor en la celda en la que permanece recluido en la zona kurda, a casi 10 horas en coche de la capital.
Losada pudo comprobar que el aventurero madrileño se encontraba en buen estado. El diplomático tuvo el beneplácito de las autoridades de la prisión para que el detenido pudiese hablar durante unos minutos con su madre, Celia Cogedor, a la que tranquilizó. La mujer, de 71 años, defiende que su hijo es un joven deportista enamorado de Irán, país que ya visitó en 2019. Por eso decidió repetir la aventura.
Para hacerlo dejó su trabajo en un almacén de logística de Guadalajara. Gracias a varios patrocinios y al apoyo de sus más de 50.000 seguidores en Instagram decidió ir al Mundial de Qatar a pie, aunque no lo consiguió. Su madre asegura que Sánchez Cogedor no es un espía, aunque pidió disculpas en su nombre ante la Embajada de Irán en España durante una protesta silenciosa celebrada el 18 de diciembre.
«Si en algo les ha podido ofender, yo, su madre, les pido disculpas en su nombre». La manifestación, a la que acudió un centenar de personas, tuvo lugar días después de que el embajador del país asiático en Madrid la recibiera para entregar una carta. La mujer lo considera un gesto de buena voluntad. Una esperanza que mantiene intacta pese a que apenas le llegan noticias de su hijo.
Durante la protesta, algunos activistas mostraron fotos de Baneira, cuya familia prefiere mantener un perfil bajo para no influir en las negociaciones bilaterales. Sánchez Cogedor y ella son dos de los 875 españoles detenidos en el extranjero. Al menos 27 se enfrentan a cadena perpetua. El 46% de esos presos están en cárceles de Francia, Alemania y Marruecos, según los datos revelados por el Gobierno.
