Un segundo burofax de Negreira para el Barça señala a Laporta y revela «favores personales»
El exárbitro reprocho que después de tantos años de relaciones comerciales se suspendieran los pagos y reclamó el dinero adeudado por el club
El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta. | Kike Rincón (Europa Press)
La polémica por los pagos que el F.C. Barcelona realizó al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CAT), José María Enríquez Negreira, para recibir «asesoramiento verbal» sobre las actuaciones arbitrales cuenta con un nuevo capítulo: un segundo burofax enviado por el abogado del colegiado en el que incrimina al actual presidente de la entidad, Joan Laporta, y desvela que durante la relación contractual se dieron «favores personales».
La información que desvela el diario El Mundo muestra un segundo escrito del exárbitro, esta vez remitido por su abogado, en el que exige al club catalán que efectúe los pagos pendientes —pues el acuerdo entre ambas partes comprendía todo el mandato presidencial de Josep María Bartomeu, algo no cumplido, pues una vez retirado Negreira de la institución arbitral se suspendieron las relaciones entre ambas partes— y en el que reprocha que se suspendieran después de «la confianza y la confidencia» existente en todos esos años.
Negreira, solo para el F.C. Barcelona
«Desde el año 2003, la sociedad Dasnil 95, S.L., operada por el Sr. Enríquez, ha venido prestando servicios de asesoramiento técnico por indicación de los presidentes Sr. Laporta, Sr. Rosell y Sr. Bartomeu», puede leerse en la misiva, que continúa desvelando que solo el club catalán podía acceder a sus servicios. «Desde el año 2003 ha ido adaptando a la sociedad a las necesidades del F.C. Barcelona, contratando personal y formándolo para las estrictas necesidades del club, quien le ha exigido trabajar en exclusiva de tal forma y modo que no pueda prestar servicios a terceros».
Uno de los puntos claves del texto hace referencia a los favores que la relación entre ambas partes desentrañó. «Desde los inicios hasta ahora, lo cierto es que la relación ha sido más que buena y al trabajar de forma tan estrecha con Presidencia, la confianza y la confidencia de la que ha gozado mi cliente a lo largo de estos años ha sido notoria […], transgrediendo muchas veces las confidencias y favores de lo profesional a lo personal», reprocha.
En el primer escrito, el excolegiado amenazaba con desvelar las «irregularidades» de las que había sido partícipe, de nuevo sin entrar en detalles concretos pero desvelando que las actuaciones de su empresa con el club catalán se encuentran bajo lupa a pesar de las constantes negativas del club, que defiende que a pesar de las sospechas existentes no se incurrió en ningún tipo de ilegalidad. El presidente Laporta sostiene que se solicitaban informes arbitrales, algo que los diferentes entrenadores de la era Bartomeu han negado.
También se reclaman las cantidades adeudadas por el club: «Así pues, habida cuenta de la buena relación existente, ha sorprendido notablemente el impago que mantienen las facturas adjuntas al presente relativas a la prestación de servicios de los meses de julio hasta el corriente mes de diciembre, ambos inclusive, y que totalizan una cantidad debida de 267.047 euros».
Un ultimátum
En las dos cartas que se conocen de Negreira hacia el club, el exdirigente arbitral trata de reconducir la situación, pidiendo un encuentro con Bartomeu en privado para aclarar lo sucedido en la primera y achacando «a un error administrativo» los impagos incurridos en los últimos tiempos en el segundo.
Sin embargo, el cierre del texto revela el malestar profundo en el que se encuentra el colegiado, pues mantiene su mano tenida para resolver los problemas nacidos, pero, en caso contrario, considera que «la actitud del F.C. Barcelona y en especial la del Sr. Bartomeu será incomprensible, lo que le causaría una profunda decepción después de tantos años de relación, de tantos favores prestados, de tantas confidencias compartidas».
La despedida desvela un revés, pues asegura que o bien se llega a un acuerdo que resuelva los problemas y así se «evitarán males mayores y actuaciones nada deseables para ambas partes».
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