El Supremo condena a un forestal por acusar en falso a su hermano de talar una encina seca
Los magistrados consideran que queda probado que falsificó el documento público para inculpar a su familiar
El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de tres años de prisión para un agente forestal que denunció a su hermano y le acusó falsamente de talar una encina seca sin contar con los permisos pertinentes para esta actividad y, posteriormente, llevarse la leña a casa.
No era la primera desavenencia entre los hermanos, pero en este caso su enfrentamiento acabó en los tribunales y ha sido el Supremo el que le ha puesto fin, ratificando la sentencia que dictó en 2020 la Audiencia Provincial de Cáceres por un delito de falsedad en documento oficial.
El caso se remonta a 2018, cuando el condenado trabajaba como agente forestal en el término municipal de Membrío (Cáceres) y redactó una denuncia contra su propio hermano por haber talado una encina sin contar con los permisos necesarios en una vía pecuaria del paraje denominado Cañada Real de Gata-Membrío.
La Audiencia de Cáceres concluyó que presentó la denuncia «sin ser ciertos los hechos y faltando íntegramente a la verdad» y en 2020 le impuso una pena de tres años de cárcel, inhabilitación para ejercer como agente forestal durante dos años y multa de seis meses con una cuota diaria de tres euros.
El hombre recurrió sin éxito al Tribunal Superior de Justicia de Extremadura y llegó hasta el Supremo, pero los magistrados han rechazado sus alegaciones.
La principal, que se habían quebrantado las garantías procesales al no haberse admitido, como testigo protegido, un «testigo fundamental» en el caso, que habría presenciado cómo su hermano se dirigía con su vehículo cargado de leña desde el lugar de la encina podada hacia Valencia de Alcántara.
La Audiencia de Cáceres rechazó su petición porque no incorporó los datos precisos para identificar al testigo ni motivó por qué debía ser protegido y el Supremo la respalda, recordado además que «el tribunal dispuso de pruebas suficientes para dilucidar si Manuel taló o no una encina seca».
El testigo clave del juicio, el que presuntamente informó al forestal de las andanzas de su hermano, lo negó totalmente. Según explicó, solo vio un remolque con leña y le llamó, pero no identificó ni a la persona ni el vehículo.
En el juicio, la Fiscalía llegó a solicitar una pena de cuatro años y medio de cárcel y el hermano pidió los tres años. Según alegó ante la Audiencia Provincial, el día de los hecho se encontraba a sesenta kilómetros de la encina, en una montería.
La defensa del forestal le afeó que solo citara a una persona para acreditarlo. «¿Para qué más? Yo tengo el alma muy limpia», contestó el hombre, que afirmó que la relación con su hermano, con el que ya había tenido otros litigios, no era buena.