Iglesias denuncia a los dos hombres que le increparon e insultaron en el juzgado
Uno de ellos le gritó «vallecano de mierda a ti te quiero ver a solas en la calle»
Varias personas protestan contra Pablo Iglesias a su llegada para declarar en el Juzgado. | Alberto Ortega (Europa Press)
El exvicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias ha denunciado a los dos hombres que este lunes increparon y amenazaron a él y a su pareja, la exministra de Igualdad Irene Montero, a su llegada a los juzgados de lo Penal de la capital, donde se juzgaba al hombre que durante siete meses acosó al matrimonio en su chalé de Galapagar.
Se trata de José Luis Rodríguez, según ha compartido el propio Iglesias en la red social X, que ayer recibió al exlíder de Podemos con el grito de «vallecano de mierda a ti te quiero ver a solas en la calle». El otro denunciado es Francisco Zugasti por espetar la frase «si vuelves a mirar mi coche atente a las consecuencias», según asegura Iglesias.
Precisamente, este último, Zugasti, ya fue condenado por insultar y agredir a un guardia civil durante las protestas frente a la casa de Iglesias y Montero.
Nada más llegar este lunes a los juzgados, un grupo de personas, acompañantes de Miguel Ángel Frontera, el hombre juzgado por acosar e injuriar a Iglesias y Montero, comenzaron a insultarles y a amenazarles chillándoles «miserables», «sinvergüenzas» «vendeobreros», «asquerosos» y «aprovechados» entre otros improperios, según recoge Europa Press.
Cuando la pareja accedió a los juzgados, se produjo un fuerte encontronazo con un hombre que les increpó. «Asqueroso, asqueroso, desgraciado, que eres un asqueroso», le espetó un hombre a Iglesias. En un momento de tensión, Irene Montero salió del recinto de los juzgados y pidió que interviniera la seguridad.
El acusado, Miguel Frontera, afronta tres años de prisión por acoso e injurias a la pareja. Según el fiscal, esta actividad provocó una alteración de su vida familiar diaria y de sus actividades «derivada de los ruidos constantes en horarios de descanso de niños de corta edad, así como limitación de movimientos en compañía de los menores por temor a que presenciaran o escucharan expresiones ofensivas para ellos».
