La Justicia amnistía a los 46 policías procesados por los disturbios del 'procés'
El juez señala que la actuación fue de escasa duración individual y estaba enmarcadas en un objetivo policial definido
Los policías procesados por los disturbios del procés, amnistiados. El Juzgado de Instrucción número 7 de Barcelona ha aplicado la medida de gracia a los 46 agentes antidisturbios a los que el titular procesó por delitos de lesiones por su intervención durante el 1-O en distintos colegios electorales durante el procés. Así reza un auto del juzgado, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, que declara que la norma debe ser aplicada, ya que «las actuaciones investigadas fueron de escasa duración individual, enmarcadas en un objetivo policial definido y que no continuaron una vez conseguido el mismo sin que se prolongaran en el tiempo más allá de la propia maniobra policial de entrada y salida de los distintos colegios electorales».
De los policías imputados, solo 10 habían pedido acogerse a la ley de amnistía. El resto había defendido su inocencia hasta ahora. No obstante, la Fiscalía de Barcelona también presentó otro escrito hace dos semanas en el juzgado que investigaba a los funcionarios en el que sostenía que los hechos estaban incluidos en el ámbito de la ley de amnistía. El documento detallaba que la norma declaraba expresamente amnistiadas las acciones realizadas en el curso de las actuaciones policiales dirigidas a impedir la realización de actos de responsabilidad penal, administrativa o contable, tal como recoge ahora la resolución judicial.
No hubo delito de torturas
El problema al que se enfrentaban estos policías era la posibilidad de que no se les aplicase la amnistía al dejar el juez instructor la puerta abierta a una posible imputación de delitos de torturas, ilícitos que imposibilitaban la aplicación de la norma. De hecho, Irídia, la entidad que ejerce de acusación popular en la causa, según reza el escrito, se opuso a la amnistía de los agentes, aclarando que los actos de los policías eran constitutivos de tortura o trato inhumano o degradante. El juzgado, sin embargo, dice «que no puede sostener este argumento».
En este sentido, el magistrado señala como «criterios» que los hechos amnistiables lo sean «por no resultar idóneos para humillar o degradar a una persona o mostrar una disminución de su dignidad humana, o para provocar miedo, angustia o inferioridad de una forma capaz de quebrar su resistencia moral y física». «Ninguno de los hechos objeto de este procedimiento, excluyéndose la acusación de lesiones que, como se ha dicho, están amnistiadas sin duda alguna, superó el umbral de gravedad necesario para excluir la aplicación de la norma (…)», señala el juzgado.
Cumplieron órdenes
Un mes después de que el Congreso de los Diputados aprobase la polémica ley de amnistía, la mayoría de los agentes imputados por las cargas del procés se resistió a pedirla. En conversación con THE OBJECTIVE, algunos de ellos defendieron que «hicieron su trabajo» y que, si estuviese en su mano, «preferirían ir a juicio para demostrar su inocencia». Esto último, no obstante, es ya imposible. El Juzgado de Instrucción número 7 ha extinguido la responsabilidad penal de los delitos que se les acusaban.
Estos funcionarios policiales han criticado durante meses que se «les haya puesto en el foco cuando ni siquiera han sido juzgados». «Nos causa indiferencia toda la situación política, solo queríamos que se celebre el juicio y acabse esta persecución judicial», señalaban. Tras conocer la aprobación de la medida, su sentimiento no cambió un ápice:«El sentir es el mismo, desolación, incomprensión y desmotivación. ¿Por qué tenemos que ser amnistiados si nosotros hicimos nuestro trabajo?».
Los agentes antidisturbios —la mayoría, fuera de esta unidad policial tras solicitar el cambio— defienden que cumplieron órdenes en todo momento de sus superiores y critican al Ministerio del Interior «por dejarlos abandonados» en los últimos siete años. «Aquel día, el ministro Juan Ignacio Zoido nos dijo que ese era el servicio más importante de la democracia, que debíamos trabajar por la integridad territorial de España. Todo era humo y política. Nunca pensamos que nos dejarían tirados después. No hubo apoyo de Zoido ni lo hay ahora de Marlaska. No hemos recibido ayuda psicológica ni jurídica», sentencian.