El juez Peinado investiga el presunto hackeo de los correos del novio de Díaz Ayuso
Cita al perito que acreditó el supuesto ciberataque para el próximo 11 de noviembre
El juez Juan Carlos Peinado, que investiga a Begoña Gómez, mujer del presidente del Gobierno, será el encargado de investigar también la denuncia que interpusieron los abogados de Alberto González Amador, novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por un presunto hackeo de los correos electrónicos cruzados con su cliente.
Según ha adelantado el diario ABC y han confirmado a EFE fuentes jurídicas, la denuncia que interpusieron los letrados de González Amador el pasado mes de abril ha recaído en el Juzgado de Instrucción número 41 de Plaza de Castilla. De este es titular el juez Peinado, que ha abierto diligencias y ha citado al perito que acreditó el supuesto ciberataque para el próximo 11 de noviembre.
Ese juzgado es el que investiga a la mujer del presidente del Ejecutivo, al empresario Juan Carlos Barrabés y al rector de la Universidad Complutense, Joaquín Goyache, por los presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios. Fue el pasado 5 de abril cuando los abogados del novio de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador, denunciaron en los juzgados el hackeo de los correos electrónicos cruzados entre ellos y su cliente tres días antes, el 2 de abril.
La denuncia apunta la posible comisión de un delito de revelación de secretos y la vulneración de derechos fundamentales de González Amador, que está siendo investigado en otro juzgado por presunto fraude fiscal y por falsificar facturas. Según la denuncia, el abogado penalista y el asesor fiscal del investigado recibieron el mismo correo electrónico de su cliente a las 11.39 minutos del día 2 de abril, mensaje que fue contestado a las 12.11 horas.
Durante la tarde de ese mismo día, aseguran los denunciantes, esos correos desaparecieron de los sistemas informáticos para, transcurridas unas seis horas, volver a reaparecer en los sistemas ya el día 3 de abril, a las 00.09 horas. Un perito informático analizó los sistemas y determinó que habían sido objeto de un ciberataque que solo había afectado a esos correos sin trascender al resto de correos ni buzones corporativos.
Ese ataque habría consistido en retirar los correos electrónicos de los sistemas «presumiblemente para su descarga y la extracción de ficheros adjuntos con cientos de páginas» y «posteriormente volver a ser entregados al buzón de correo de los usuarios, no levantando de esta manera sospechas sobre las actuaciones realizadas».
El despacho pidió a la empresa Microsoft que facilite la información que pueda sobre lo ocurrido y, del primer análisis, siempre según la denuncia, se concluye que «los correos fueron entregados, posteriormente eliminados y vueltos a entregar (simulando haber tenido una única entrega)».
También que este tipo de técnicas utilizadas «cuando un tercero quiere acceder a determinada información hackeando un sistema y dejando el mínimo rastro técnico posible del acceso, y por ello que acceden, trasladan la información para su consulta y la vuelven a dejar en el sistema».