La Audiencia rechaza una denuncia contra Zapatero por sus vínculos con Venezuela
En la querella se acusaba al expresidente de actuar como «lobista» del régimen chavista en el contexto internacional
El juez Ismael Moreno ha rechazado una querella contra el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero por delitos de lesa humanidad, tortura y contra la integridad moral por su vinculación con la cúpula dirigente de Venezuela y su participación activa en favor de su permanencia en el poder.
En un auto, el juez de la Audiencia Nacional, en línea con el informe de la Fiscalía, señala que los hechos delictivos por lo que se interpone la querella se basan «única y exclusivamente» en informaciones periodísticas y en redes sociales.
Sin existir, añade, «dato objetivo alguno que vincule al querellado con los hechos denunciados por los querellantes ni atisbo alguno de su conocimiento de los mismos».
El magistrado cuestiona que entre las afirmaciones que realizan los querellantes no haya ningún «elemento o principio de prueba que avale razonablemente su verosimilitud, limitándose los querellantes a afirmar su existencia sin ningún apoyo objetivo”.
En la querella, interpuesta por un grupo de opositores venezolanos, se acusaba a Rodríguez Zapatero de actuar como «lobista» del régimen chavista en el contexto internacional, presentándose como la «cara amable» del régimen.
Todo en aras de evitar su aislamiento y de cara a legitimar, como observador internacional, los resultados de las elecciones del pasado 28 de julio que, en «flagrante fraude electoral», publicó el gobierno de Maduro, dándole como vencedor en contra del opositor Edmundo González, verdadero ganador, indican los querellantes.
A cambio de su apoyo al régimen, sostiene la querella, Rodríguez Zapatero podría seguir «lucrándose» con el «expolio de los activos de Venezuela».
Por todo ello, le consideran responsable, junto al régimen chavista, de la represión violenta a la que sometió el régimen a la población venezolana con la llamada operación Tun tun, puesta en marcha para erradicar las protestas que reivindicaban la victoria de González, en cuyo exilio a España participó Rodríguez Zapatero.