Condenado a cuatro años de prisión por abusar sexualmente de una joven de 21 años en Logroño
El hombre, de 30 años, ha visto su pena notablemente reducida después de admitir los hechos de junio de 2020
Un hombre de 30 años ha sido condenado este lunes a dos años de prisión por cada uno de los dos delitos de abuso sexual cometidos en julio de 2020 en Logroño. El acusado, que admitió haber alcoholizado y abusado sexualmente de una mujer de 21 años en un bar y su domicilio, ha visto su pena suspendida bajo condiciones estrictas. El Tribunal Superior de Justicia de La Rioja ha estipulado que la condena quedará anulada «con la condición de que el acusado no delinca en el tiempo de la condena».
Además de la suspensión de la pena, el condenado deberá cumplir con cinco años de libertad vigilada y siete años de prohibición de acercarse a menos de 200 metros de la víctima o comunicarse con ella. También se le ha impuesto la obligación de pagar los gastos del SERIS, cuyo monto se determinará en la sentencia, y de someterse a un curso de educación sexual. Estas medidas buscan garantizar la seguridad de la víctima y la rehabilitación del acusado.
El acuerdo de conformidad alcanzado ha incluido la aplicación de atenuantes por dilaciones indebidas y por reparación del daño, después de que el acusado abonara a la víctima 36.000 euros por las lesiones y los daños morales causados. La Fiscalía inicialmente solicitaba una pena de 14 años de prisión y una indemnización de 25.000 euros, destacando la premeditación y la gravedad de los hechos.
Los hechos
El caso se remonta al 15 de julio de 2020, cuando el acusado, aprovechando su posición como propietario de un bar en Logroño, invitó a la joven a su establecimiento con la excusa de ofrecerle bebidas gratuitas. Tras cerrar la puerta del local para asegurarse de no ser molestados, el hombre preparó bebidas alcohólicas para la víctima, cuya cantidad exacta de alcohol consumido no se ha podido determinar.
La víctima, claramente afectada por el alcohol, fue llevada posteriormente a la vivienda del acusado, donde se cometió un segundo abuso. La joven, cuya capacidad para tomar decisiones estaba gravemente comprometida, no recuerda los detalles de lo ocurrido en el domicilio. Finalmente, fue dejada en la plaza del Espolón de Logroño alrededor de las 22 horas.
La joven afectada sufrió un trastorno de estrés postraumático y tuvo que ser asistida durante un prolongado período de recuperación. La resolución del juicio, aunque con una pena suspendida, cierra un capítulo doloroso para la víctima y subraya la necesidad de continuar luchando contra la violencia de género en todas sus formas.