Piden diez años de prisión para un fotógrafo que habría violado a una menor modelo en un piso
La víctima fue agredida en un apartamento de Barcelona horas antes de una celebración por el proyecto fotográfico
La Fiscalía ha solicitado una pena de 10 años de prisión para un fotógrafo acusado de violar a una menor de edad que había participado como modelo en una sesión fotográfica de ropa en julio de 2019, en un apartamento de Barcelona.
En la sección décima de la Audiencia de Barcelona ha quedado este martes visto para sentencia el juicio contra el fotógrafo, al que la Fiscalía acusa de un delito de agresión sexual y pide que indemnice a la víctima con 30.000 euros por los daños morales y secuelas psicológicas causadas.
El Ministerio Público también pide ocho años de libertad vigilada para el acusado y que en los seis años posteriores a la pena no se pueda acercar a menos de 1.000 metros de distancia de la víctima ni se pueda comunicar con ella a través de ningún canal.
Según la versión de la Fiscalía, la menor de edad se registró para un casting de modelos para un proyecto nuevo de camisetas, en el cual se realizaron unas sesiones de fotos durante una semana en Barcelona.
El procesado, un hombre que en ese momento tenía 30 años y era uno de los fotógrafos del proyecto, sabía que la víctima era menor de edad, y durante la semana de sesiones de fotos fueron coincidiendo los dos en las actividades junto con el resto de fotógrafos y modelos, según el Ministerio Público.
El 15 de julio de 2019 por la noche se celebraba la cena de despedida del proyecto en un apartamento en el centro de Barcelona, donde ya había estado previamente todo el grupo. Entonces, el acusado invitó a la víctima a acudir al lugar un rato antes, sobre las 18:00 horas, y le pagó el taxi desde su casa.
Un encuentro «consentido»
La Fiscalía sostiene que, una vez en el apartamento, la llevó a una habitación donde la agredió sexualmente y la sometió a comportamientos vejatorios, intimidatorios y violentos.
Según ha destacado además la letrada de la acusación particular, que representa a la víctima, el procesado aprovechó que no había nadie más en el apartamento para agredir sexualmente a la menor, quien estuvo el resto de la noche «ausente y en silencio», hasta esperar a que el fotógrafo le pagara el taxi de vuelta a su casa.
El acusado, que solo ha contestado a su abogado y a la Fiscalía, ha defendido que tanto en los días previos a la fiesta como esa tarde había habido una «energía relajada de flirteo mutuo», y que tuvo un encuentro «consentido» con la víctima.
Uno de los informes clínicos aportados al juicio, de noviembre de 2021, detalla que a raíz de los hechos la denunciante sufrió insomnio, problemas de concentración y estrés postraumático al haber «temido por su vida» esa noche. Además, dos médicas forenses recogen en un informe de 2022 que tres años después de los hechos la víctima presentaba ansiedad, sentimientos de culpabilidad y había dejado de comer, entre otras secuelas psicológicas.