La UCO da veracidad a la entrega de dinero en Ferraz tras el volcado del móvil de Aldama
Los investigadores aseguran que «hay más» tras escuchar la versión de la empresaria Carmen Pano
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil da veracidad a los testimonios de los testigos que dicen haber entregado 90.000 euros en la sede del PSOE en la calle Ferraz, según los agentes que han participado en los interrogatorios a los cuatro detenidos en la trama de los hidrocarburos. Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE revelan que los investigadores del Instituto Armado dan por bueno el relato de la empresaria Carmen Pano sobre la entrega de dinero en Ferraz «por instrucción de Aldama».
Pano declaró durante aproximadamente 12 horas. Fue trasladada a las dependencias de la Benemérita a las 13 horas y puesta en libertad sin cargos a las 01.30 del miércoles, tras revisar todas las conexiones del complejo entramado societario de los hidrocarburos. A los hechos relatados ante las cámaras de este periódico, y ratificados ante notario, le siguió la advertencia de que no tenía «pruebas» y que era su «palabra» contra la de los miembros del partido. A lo que los interrogadores contestaron: «No importa, nos vale. Hay más». En su declaración ante la Guardia Civil, Carmen Pano elevó la cantidad de los pagos a Ferraz hasta un millón y medio de euros, que normalmente entregaba Aldama. Según estas fuentes, existen «otros indicios» para investigar la posible financiación irregular del PSOE y si estos pagos al partido han acabado constituyendo una ‘caja B’ en el PSOE, como desveló Aldama en su declaración ante el Tribunal Supremo.
En esa declaración, los agentes sí solicitaron a Pano detalles sobre la persona que recogió el dinero en la segunda planta de la sede del PSOE. La testigo confirmó lo relatado a TO: que la persona a la que entregó las bolsas es un hombre de unos 45 años, de aproximadamente 1,80 metros de estatura. Sí reveló a los agentes que el recepcionista que le recibió a la entrada de la sede era distinto en las dos ocasiones que acudió a Ferraz, en un intervalo de una semana, en octubre de 2020. La veracidad que el Instituto Armado concede a este testimonio se sustenta en otros testimonios de fuentes que concuerdan con la información que ha aflorado tras el volcado de los dispositivos móviles de Víctor de Aldama y Claudio Rivas. Un volcado que «ya se ha producido» tras desencriptar su contenido y que sirvió como base para hacer los interrogatorios de las últimas horas.
Castellana y Sotogrande, «dos regalos a Ábalos»
Las fuentes consultadas por este periódico revelan que la UCO aportó el contenido de sus investigaciones. 18 folios de investigación y el «ingente material» volcado en los móviles de Aldama y Rivas, en las que también demostró tener «muy atado» que tanto el chalé de la Urbanización de La Alcaidesa en Cádiz como el piso en La Castellana valorado en dos millones de euros fueron «regalos a Ábalos» como pago a las gestiones de la concesión de una licencia de operadora de hidrocarburos a la empresa Villafuel SL, propiedad en la sombra de Claudio Rivas, en colaboración con Víctor de Aldama, y administrada por María Luisa Rivas, hermana de Claudio. De hecho, los agentes corrigieron o matizaron al interrogado ante un baile de fechas sobre aspectos concretos de la investigación: «Tenían un croquis con las fechas y hechos concretos».
Como desvelaron socios de Aldama a THE OBJECTIVE hace días, el contrato de alquiler con «opción a compra» del piso de Castellana 164, firmado entre José Luis Ábalos y Víctor de Aldama, fue un «contrato ficticio» que perseguía ocultar «un regalo» para el entonces ministro de Transportes de Pedro Sánchez. «Un regalo de un empresario» en pago por los «servicios prestados» y que «el ministro tenía apalabrado para cuando dejara el ministerio», siendo consciente de que no había forma de camuflar una propiedad valorada en casi dos millones de euros cuando su salario apenas sobrepasaba los 6.000 euros mensuales. «Víctor nos dijo que era un pago en especie», dicen varios de los empresarios de la trama de los hidrocarburos a este periódico. «Y Ábalos se enfadó porque quería el dinero. Le dijo que a ver cómo justificaba él que se había comprado un piso de lujo en la Castellana» de un importe inasequible para su remuneración pública.
Un extremo en el que coinciden con la visión que, según las partes personadas en la causa, tiene el juez del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, que ha tomado declaración en los últimos días a José Luis Ábalos, Víctor de Aldama y Koldo García. Según fuentes judiciales, los dos inmuebles de La Castellana en Madrid y Sotogrande, en Cádiz, sobre los que Ábalos firmó dos alquileres con opción a compra por una cantidad fija de 2.500 euros al mes, constituyen la parte «más inconsistente» de todo el relato del exministro y quien fuera su asesor en el departamento de Transportes. Según las partes, el juez ha insistido en que «no tiene sentido» que se firmaran alquileres con opción a compra cuando el propio Ábalos enviaba correos con anuncios de compra de propiedades, entre las que se encontraba precisamente el inmueble de La Alcaidesa.
Las contradicciones de Koldo, Ábalos y Aldama sobre Jésica
También el fiscal preguntó reiteradamente por qué Koldo le envió a Aldama el requerimiento de las rentas impagadas del chalé junto a la afirmación de Koldo: «Esto ya es la hostia». Pero éste respondió diciendo que «no lo recuerdo». Un aspecto en el que los tres declarantes «han incurrido en contradicciones», según las citadas fuentes, al igual que en lo relativo al pago del piso Torre de Madrid de Plaza de España para Jésica, la acompañante del ministro de Transportes en los viajes oficiales que cobraba una tarifa diaria de 1.500 euros. Según Koldo, es Luis Alberto Escolano, presunto testaferro de Aldama, el que realizó las gestiones; según Ábalos, fue Koldo quien se encargó de ello sin participación alguna por su parte. El propio magistrado realizó una cascada de preguntas sobre este extremo, intentando desmontar la versión del compareciente de que no tenía nada que ver en el pago de la vivienda, y que todo se realizó a través de Aldama.
Leopoldo Puente preguntó a Koldo por qué tanto su hermano Joseba como su hija de tres años, Erika, realizaron algunos pagos en el final de la estancia de Jésica, a lo que el asesor de Ábalos respondió diciendo: «porque no tenía dinero en ese momento y les pidió que paguen». «¿A su hija le pidió eso?», se sorprendió el magistrado. Koldo se justificó diciendo que «surgió un inconveniente porque Escolano le dijo que no iba a seguir» y entonces «cogió el dinero» de su hija y de su hermano. Preguntado por qué hacía eso por una señora que tuvo una relación con el ministro, Koldo argumentó que «se llevaban muy bien, conocía a su mujer, a su hermano y a su hija». Aunque quedó sin respuesta a dos preguntas concretas: si Ábalos pagó alguna cuota, si acudió a visitar a Jésica al piso de Plaza de España y a qué responde el mensaje de Jésica sobre el pago de la renta. «No sé a qué se refiere ese mensaje».