La fiscal de Madrid asegura que debía entregar a García Ortiz los correos del novio de Ayuso
Rodríguez subraya en el Supremo que no participó en la nota de prensa, a la que se limitó a dar su aprobación
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La fiscal jefe de Madrid, Pilar Rodríguez, llega al Tribunal Supremo este jueves. | Alberto Ortega (Europa Press)
Una dación de cuentas. La fiscal jefe de Madrid, Pilar Rodríguez, ha asegurado este jueves en el Tribunal Supremo que estaba obligada a entregar a Álvaro García Ortiz los correos electrónicos del novio de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Durante su declaración, de casi dos horas, ha explicado que el jefe del Ministerio Público se los había solicitado y ella no podía negarse. La investigada por delitos de revelación de secretos ha subrayado que no participó en la nota de prensa posterior, a la que se limitó a dar su aprobación.
Rodríguez solo ha contestado a las preguntas del juez Ángel Hurtado y de su defensa, que ejerce la Abogacía del Estado, indican las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE. La Fiscalía no la ha interrogado, tal y como sucedió este miércoles durante la declaración de García Ortiz. La fiscal jefe provincial de Madrid se ha ratificado en la declaración que realizó el pasado verano ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TJSM).
La investigada ha explicado que ella no envió los correos del novio de Ayuso, salvo a García Ortiz. «Cuando me da una instrucción tengo que actuar, no cuestionarlo», ha señalado. Rodríguez ha insistido en que cumplió órdenes directas de su jefe y que no tenía margen para negarse. Ha explicado que la información relativa a Alberto González Amador fue accesible para 500 fiscales.
Los mensajes con García Ortiz
La fiscal jefe de Madrid ha señalado que no promovió, participó ni redactó la nota de prensa con datos reservados del novio de Ayuso, origen de la querella. Se limitó a cumplir las instrucciones de García Ortiz, que le pidió que examinase el texto y solo dijo que estaba correcto. El juez Hurtado ha puesto de relieve que, aunque ella no lo escribiera, ese visto bueno para que se publicara el comunicado es concretamente lo que se está discutiendo como posible delito.
Rodríguez fue la persona que solicitó la noche del 13 de marzo los emails al fiscal Julián Salto, que investigaba a González Amador por delitos fiscales. Lo hizo por indicación directa de García Ortiz, con el que habló en varias ocasiones entre el 7 y el 14 de marzo, los días clave de la filtración. La fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra, aseguró durante su declaración que le riñó por enviarle los emails: «Pilar, los van a filtrar», le advirtió.
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El análisis del teléfono móvil del fiscal general reveló que existían «cero mensajes» entre el 7 y el 14 de marzo. Estos habrían sido borrados, ya que la exploración de otros terminales incautados constata que existieron conversaciones con diferentes subordinados, entre ellos la fiscal jefe de Madrid. La Fiscalía explicó que los datos se eliminan de forma periódica, aunque algunos testigos niegan la existencia de ese protocolo.
La UCO detectó las conversaciones entre García Ortiz y Rodríguez en el volcado de los dispositivos de esta última. En un informe anterior se incluye el mensaje que la fiscal jefe de Madrid envió a las 10.22 horas del 8 de marzo al fiscal general tras hablar con el teniente fiscal de la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado, también imputado, para enviar el expediente referido al novio de Ayuso.
Delitos del novio de Ayuso
«Hola, jefe. A tu disposición», respondió Rodríguez a García Ortiz. El fiscal general aseguró en el Supremo que esas palabras se sacaron de contexto. Según explicó, hacían alusión a su renovación como fiscal jefe de Madrid, cargo que sigue ocupando. El anuncio de que continuaría se habría producido unos días antes. No obstante, su nombramiento se produjo tras el Consejo de Ministros del 19 de marzo y apareció publicado el día siguiente en el Boletín Oficial del Estado (BOE). La misma explicación que ha ofrecido Rodríguez este jueves.
A las 13.28 horas del 12 de marzo, el fiscal general reenvió a Rodríguez un tuit de Ayuso que decía: «La Fiscalía Provincial de Madrid la preside una señora que fue directora general en el Ministerio de Justicia con Zapatero». Un día más tarde, por la noche, García Ortiz envía un nuevo mensaje a Rodríguez en el que le pide que le llame «cuando puedas». Al no recibir respuesta, y solo tres minutos después, le llama por la aplicación sin éxito.
A las 21.54 del mismo día, Rodríguez se dirigió a García Ortiz para preguntarle a qué correo le mandaba los «correos cruzados de Julián y el abogado». El fiscal general le respondió con su cuenta personal. «Gracias», añadió él en otro whatsapp. A las 23.01 el fiscal vuelve a ponerse en contacto con la fiscal jefe de Madrid para comentarle que le faltaba un email. Y minutos más tarde, le solicita la fecha en la que se presentó la denuncia en el decanato.
A las 23.30, Rodríguez recibió dos nuevos mensajes del fiscal general. El segundo «sería un extracto de la noticia de prensa publicada por El Mundo» por resultar «clarificadora», según la UCO. Un cuarto de hora después, García Ortiz insiste a su subordinada que le hiciera llegar el correo electrónico cuando lo tuviera. Al filo de la media noche le vuelve escribir preguntándole por la posibilidad de imputar un delito de falsedad al novio de Ayuso.
En la madrugada del 14 de marzo, la UCO recogió otra serie de mensajes de WhatsApp sobre la nota de prensa que la Fiscalía acabó difundiendo a las 10.20 horas. En ella se daba cuenta del cruce de emails entre la defensa del novio de Ayuso y el fiscal que lo investigaba. «Échale un vistazo y dime si está bien (no las fechas, que lo están), sino el fondo», dijo García Ortiz a Rodríguez a las 00.14 horas.
Tras consultar con otra fiscal, Rodríguez le trasladó que ambas pensaban que la nota de prensa estaba «perfecta». «Ok, gracias», reaccionó García Ortiz a las 00.24. «Dale las gracias a Virna (otra fiscal) y a Julián (encargado de la investigación) y sobre todo a ti», remató el fiscal general.