El 70% del dinero que recibió la ONG de Ábalos para ir a Perú se lo dieron gobiernos del PP
La Comunidad Valenciana patrocinó los proyectos de Fiadelso en el país andino con un millón de euros

José Luis Ábalos y la sede del PP en la calle de Génova en Madrid. | Ilustración de Alejandra Svriz
Fiadelso llevó a Perú más de 2,3 millones de euros procedentes de subvenciones públicas. El 70% de esa cantidad procedió de administraciones gobernadas por el PP, a pesar de que uno de sus impulsores, José Luis Ábalos, era militante socialista. Entre los principales benefactores estaba la Comunidad Valenciana, región en la que se ubicaba la ONG, ahora en trámites de extinción. El gobierno regional financió entre 1998 y 2006 una decena de proyectos en el país andino con más de un millón de euros, casi la mitad del total de las ayudas. También aportaron dinero diputaciones y ayuntamientos gobernados por los populares.
La Comunidad Valenciana se convirtió en el principal patrocinador de los proyectos de cooperación que desarrolló la ONG de Ábalos en Perú. El Gobierno de Eduardo Zaplana comenzó a colaborar con Fiadelso en 1998, seis años después de la creación de la entidad. La primera contribución fue de 84.436 euros, casi el importe íntegro para una obra de abastecimiento de agua potable y alcantarillado en Chimbote, el municipio donde el exministro tiene escriturado a su nombre un edificio de 900 metros cuadrados.
La ONG de Ábalos recibió casi 1,6 millones de euros de administraciones gobernadas por el PP para las 39 iniciativas que desarrolló en Perú, todos ellos «proyectos solidarios». La documentación oficial a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE revela que Zaplana financió a Fiadelso seis programas con 458.000 euros. Una cifra que incrementó su sucesor, Francisco Camps, que destinó 573.619 euros a cuatro proyectos.
El edificio de Ábalos
La cantidad restante la otorgaron las Cortes regionales, las diputaciones provinciales y distintos ayuntamientos gobernados por los populares, destacando las contribuciones de Castellón y Valencia. Entre los programas que respaldó Camps en Perú se encuentra la mejora del abastecimiento de agua potable de un centro social en el departamento de Cajamarca, que financió con 189.300 euros. O la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales en Celendín, a la que aportó más de 181.000 euros.
Entre los proyectos que respaldó la Comunidad Valenciana hay cuatro actuaciones por valor de 313.364 euros en Chimbote, la localidad al norte de Perú donde Ábalos consiguió en 1998 que la municipalidad le cediera un terreno de 450 metros cuadrados en condiciones ventajosas: por solo 430 euros. Justo el año en el que aparece la primera actuación de la ONG en la documentación que posee la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), dependiente del Ministerio de Exteriores.
Fiadelso levantó en 2002 en el solar un centro social gracias a los fondos de diferentes administraciones públicas españolas, según informó El Debate. El principal financiador fue el gobierno de Castilla-La Mancha que presidía el socialista José Bono. La actuación necesitó casi 150.000 euros que a día de hoy han multiplicado su valor por ocho. El terreno se registró a nombre de Ábalos y otro colaborador, Manuel Valls Ferrer, ya fallecido, porque la ONG no contaba en ese momento con personalidad jurídica en Perú.
El compromiso fue traspasar la propiedad a Fiadelso en cuanto fuese posible, algo que nunca sucedió. Durante su etapa como diputado, el exministro jamás hizo referencia al inmueble en sus declaraciones de bienes en el Congreso, aunque estaba obligado. En su declaración en el Tribunal Supremo el pasado 20 de febrero, Ábalos explicó que el edificio se encontraba a su nombre de manera «circunstancial», ya que la ONG, en trámites de extinción, no dispone de personalidad jurídica.
Desembarco en Perú
Los beneficiarios del centro social de Chimbote, la Asociación de Vivienda de Trabajadores Marítimos y Portuarios Miguel Grau, comenzaron a usar el edificio en 2005. Lo disfrutaron durante más de una década. Fiadelso abandonó el país en 2016. A cargo del inmueble quedó el chimbotano Segundo Valle Cortez, que ha protagonizado una disputa televisada en los últimos días con el exministro, al que acusa de cobrar mordidas.
En mayo de 2019, un año después de que Ábalos fuese nombrado ministro, una ciudadana peruana, Jenifer Balta, se personó en una comisaría para reclamar la propiedad como representante del actual diputado del Grupo Mixto. Unos días más tarde, el exdirigente socialista acudió al Consulado de Perú en Madrid para autorizar a Balta a gestionar el inmueble y desahuciar a los beneficiarios, entre los que se encontraba Valle Cortez. Sin embargo, no se identificó como miembro del Gobierno de Pedro Sánchez, sino como profesor.
La creación de Fiadelso se remonta a 1992. Ábalos desembarcó en Perú a mediados de esa década, tras dejar de ser director del Programa de Cooperación y Solidaridad del Gobierno valenciano presidido por el socialista Joan Lerma. Una experiencia que le marcó profundamente, recalcan antiguos compañeros del Tercer sector. El exministro ocupó la presidencia la ONG entre febrero de 1998 y octubre de 1999, aunque siguió manteniendo una relación estrecha con la entidad, ya que su exmujer, Carolina Perles, fue patrona hasta 2019.
De los 2,3 millones de euros públicos que canalizó la ONG de Ábalos a Perú, las administraciones gobernadas por el PSOE aportaron 657.993 euros, apenas el 29% del total. Destacan los patrocinios de Castilla-La Mancha durante la etapa de Bono, que financió proyectos cercanos o superiores a los 100.000 euros en Cajamarca y la construcción del polémico edificio en Chimbote. El resto del dinero que llevó Fiadelso al país andino procede de fondos propios o ayuntamientos de otro signo, incluido el PNV. Las aportaciones privadas no figuran en el cómputo.