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La pública Ineco sancionó a 12 empleados por absentismo tras la contratación de Jésica

El ente se parapeta en una norma para no ofrecer datos del periodo en el que estuvo contratada la amiga de Ábalos

La pública Ineco sancionó a 12 empleados por absentismo tras la contratación de Jésica

Jésica Rodríguez llega al Supremo el pasado 27 de febrero. | Javier Lizón (EFE)

La empresa pública Ineco sancionó a 12 empleados por absentismo en los últimos cuatro años, justo tras la salida de Jésica Rodríguez, que admitió en el Tribunal Supremo haber estado contratada por el ente público, aunque cobraba sin acudir a trabajar. La expareja de José Luis Ábalos perteneció a su plantilla entre marzo de 2019 y febrero de 2021. Un periodo convulso para la empresa adscrita al Ministerio de Transportes, que en mayo de 2020 elaboró un listado para despedir a 39 personas con contratos temporales ante la necesidad de ahorrar costes. La joven estudiante de Odontología saltó luego a otro ente público, Tragsatec.

En una respuesta del Portal de Transparencia a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, Ineco revela que incoó 12 expedientes por ausencias injustificadas en los últimos cuatro años. El año pasado sancionó a tres empleados con «despido o suspensión de empleo y sueldo». En 2023 la cifra ascendió, ya que castigó a siete trabajadores. El curso anterior expedientó a uno, los mismos que en 2021. Sin embargo, el ente público no ofrece datos del periodo en el que estuvo contratada Jésica Rodríguez.

La Administración se parapeta en el Real Decreto sobre infracciones y sanciones en el orden social para no develar el número de trabajadores que sancionó en la época en la que la amiga de Ábalos desarrolló tareas de auxiliar administrativo en Ineco. La empresa pública especifica que la citada norma, que data de agosto de 2000, establece en tres años el plazo obligatorio que debe conservarse la documentación laboral.

Las funciones de Jésica

En la actualidad no existe ningún trabajador pendiente de sanción por absentismo, explica Ineco. La empresa pública insiste en que en los últimos cuatro años no ha incoado ningún expediente ni castigado a ningún empleado por llegar tarde reiteradamente. Ahora investiga si Jésica Rodríguez cumplió con sus funciones. La joven reveló el pasado 27 de febrero en el Supremo que, aunque estuvo contratada en dos entes público, cobraba sin acudir a trabajar.

Jésica Rodríguez aseguró al juez Leopoldo Puente, que investiga a Ábalos por la compra de mascarillas al inicio de la pandemia, que consiguió ambos empleos tras enviar su currículo al entonces ministro de Transportes. La joven no explicó al magistrado quién la contrató en Ineco, pero precisó que fue para trabajar como asistente de Joseba García. Una versión que negó el hermano del asesor del exministro días más tarde en sede judicial al afirmar que fue el ente público quien le impuso su fichaje.

La joven insistió durante su declaración en el Supremo que, tras su contratación, lo único que hizo fue recoger un ordenador portátil de empresa que utilizó para hacer cursos de riesgos laborales y fichar, «pero nada más». Como no recibió instrucciones, permaneció dos años sin trabajar cobrando una nómina de 1.060 euros al mes. Una cantidad que se correspondía con el salario mínimo interprofesional de ese momento. En total, habría recibido más de 30.000 euros durante su etapa en Ineco.

La incomparecencia confesa de Jésica Rodríguez ha soliviantado a sus antiguos compañeros, que revelan que mientras la joven cobraba sin trabajar la empresa pública pasaba apuros económicos. Como avanzó El Confidencial, ADIF elaboró en mayo de 2020 un listado para despedir a 39 empleados temporales de Ineco con el pretexto de que era necesario reducir costes. En ese momento, la expareja de Ábalos llevaba más de un año en el ente, aunque no fue incluida en la relación de posibles bajas.

Salto a Tragsatec

Las direcciones generales de ADIF tuvieron que remitir un listado con los nombres de los subordinados que debían continuar y de aquellos de los que se podía prescindir. El responsable del departamento que dependía Jésica Rodríguez, José Estrada Guijarro, director general de Circulación y Gestión de Capacidad, envió el 5 de mayo de 2020 por la noche un documento Excel a la dirección del administrador de infraestructuras ferroviarias con los nombres que proponía despedir.

Los Servicios para apoyo técnico y a la gestión administrativa estaba conformado por 57 trabajadores. La propuesta incluía 15 bajas, un 26% de la plantilla. Sin embargo, entre los nombres no aparecía la expareja de Ábalos. Varios de los señalados tuvieron que abandonar Ineco, mientras Jésica Rodríguez continuó cobrando sin trabajar hasta el 28 de febrero de 2021. Días más tarde comenzó a trabajar para otra empresa pública, Tragsatec.

En el sumario de la causa de las mascarillas consta un mensaje de WhatsApp de Ábalos al que fuera su asesor, Koldo García. El exministro le envió un pantallazo de una conversación que mantuvo con Jésica Rodríguez el 23 de febrero de 2021 en el que la joven le recordaba que su contrato laboral en Ineco expiraba en pocos días. El 4 de marzo comenzó a trabajar para Tragsatec como auxiliar administrativo adscrita a la presidencia de ADIF, por lo que dependía directamente de Isabel Pardo de Vera.

Para conseguir el puesto, en el que apenas estuvo seis meses, Jésica Rodríguez participó en un proceso de selección en el que se ofertaban diez puestos temporales de administrativo. Uno de los requisitos necesarios era contar con experiencia previa, algo que, a priori, ella tenía tras su paso por Ineco. Al proceso concurrieron 929 personas. A la plaza que logró la expareja de Ábalos se presentaron 177 aspirantes, pero solo nueve cumplían los requisitos y superaron la fase de valoración de méritos.

Jésica Rodríguez, que entonces estudiaba cuarto curso de Odontología, obtuvo la segunda mejor nota, un total de 52 puntos: 45 en la fase de valoración de méritos y otros siete en la fase de valoración competencial, que tuvo lugar el 4 de febrero de 2021. En esta última, los calificadores destacaron su «marcada vocación y orientación al cliente», aunque advertían de que podía «necesitar supervisión y empuje para realizar tareas complejas o de mayor responsabilidad».

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