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Tribunales

La Fiscalía recurre el tercer grado al etarra Narváez Goñi al considerarlo prematuro

El escrito impugna la decisión del Gobierno vasco, responsable de autorizar el cambio de grado penitenciario

La Fiscalía recurre el tercer grado al etarra Narváez Goñi al considerarlo prematuro

El etarra Juan Jesús Narvaez Goñi. | Policía Nacional

La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha recurrido la concesión del tercer grado penitenciario a Juan Jesús Narváez Goñi, exmiembro del sanguinario comando de ETA ‘Ekaitz’, al considerar que la medida es prematura. El Ministerio Público advierte de que aún es pronto para concederle el régimen de semilibertad tras solo una década de cumplimiento efectivo de condena.

En una nota de prensa recogida por Europa Press, la Fiscalía explica que el recurso ha sido formulado por el fiscal coordinador de Vigilancia Penitenciaria, Carlos García-Berro, y va dirigido al Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional. El escrito impugna la decisión de la Consejería de Justicia y Derechos Humanos del Gobierno vasco, responsable de autorizar el cambio de grado penitenciario. «Narváez Goñi muestra buena evolución en el tratamiento penitenciario», reconoce el fiscal, pero advierte de que «es preciso estar a la espera de cómo se desarrollan los permisos de salida», concedidos «muy recientemente».

El recurso llega después de que la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) denunciara públicamente los últimos terceros grados aprobados por el Ejecutivo vasco a presos de ETA, entre ellos el de Narváez Goñi, al que señalan como ejemplo de lo que califican como «indultos encubiertos». La asociación lamenta que «el 30 % de los etarras ya tienen condición de semilibertad», paso previo a su excarcelación total.

Narváez Goñi fue condenado al máximo legal permitido, 30 años de prisión, por su participación en cuatro asesinatos. Fue arrestado en 2014 en México, junto a Itziar Alberdi Uranga, también miembro de ETA y su pareja. Llevaban 22 años huidos y fueron localizados en Puerto Vallarta, donde vivían bajo identidades falsas y trabajaban como profesor de yoga y masajista.

Ambos formaban parte del comando ‘Ekaitz’, una de las células más activas de ETA, responsable de 18 asesinatos en un solo año. En 2015, la Audiencia Nacional los condenó a 296 años de cárcel por el envío de un paquete bomba desde una empresa de mensajería en Toledo que explotó en Madrid el 12 de junio de 1991, matando a dos agentes de los Tedax.

A esa condena se suman otros 60 años por el asesinato de dos policías en Barcelona, en una trayectoria criminal que convirtió a Narváez Goñi en uno de los etarras más buscados de Europa hasta su detención. Ahora, tras solo diez años en prisión, su pase al tercer grado reabre un nuevo frente entre la Fiscalía, las víctimas y las instituciones penitenciarias vascas.

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