El hermano de Koldo rechaza declarar en la comisión de investigación del Senado
Joseba García ha asegurado que, por mucho que le citen y por mucha que insistan, no piensa hablar

El hermano de Koldo, Joseba García. | Europa Press
Joseba García, hermano del exasesor del Ministerio de Transportes Koldo García, se ha negado a declarar en la comisión especial de investigación sobre el caso Delorme en el Senado. El hombre que presuntamente ejerció el papel de supervisor de Jésica Rodríguez durante su periplo laboral por Ineco ha alegado que la causa se encuentra «judicializada» y él imputado en el Tribunal Supremo. Aún así, los miembros de la comisión le han cuestionado sobre sus ingresos -más de un millón de euros en cinco años-, su relación laboral con Jésica -él manipulaba sus partes de horas de trabajo según la UCO, desmintiendo al ministro Óscar Puente– y sus viajes a República Dominicana con «sobres de dinero». «¿A quién le daba el dinero cuando volvía a España, a Ábalos?», le han preguntado.
Siguiendo el patrón de otros investigados por el caso Koldo en el Tribunal Supremo, Joseba García se ha acogido a su derecho a no declarar en la comisión del Senado. Algo que hizo anteriormente su cuñada y esposa de Koldo García, Patricia Uriz, o también -a su modo- Jésica Rodríguez al no acudir a su comparecencia alegando un problema sobrevenido de salud.
«Les agradezco las preguntas y la educación, pero no puedo responder», ha señalado el hermano de Koldo a cara descubierta, a diferencia de la intervención de Patricia Uriz, que compareció ataviada con gafas de sol y pañuelo.
Sin embargo, los senadores han planteado sus preguntas siguiendo los turnos previstos de antemano. Le han preguntado por su vinculación laboral con Jésica Rodríguez y las irregularidades en los partes de horas trabajadas que él mismo elaboraba semanalmente como ha quedado acreditado en el volcado de dispositivos móviles realizado por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
Además, se le ha preguntado por el alto nivel de ingresos que ha detectado la investigación durante los años en los que su hermano estuvo al servicio del exministro Ábalos. En concreto, según lo expuesto en el Senado y en base a la documentación obtenida por la Guardia Civil, Joseba obtuvo entre 2017 y 2022 unos ingresos de más de un millón de euros, a pesar de tener un salario de unos 50.000 euros anuales en la empresa pública en la que le colocó su hermano. Le han cuestionado también por las entregas de «sobres de dinero», con cantidades de unos 20.000 euros, y por los dos viajes que realizó a República Dominicana para traer dinero a España. «¿A quién se le entregó? A José Luis Ábalos?».
Como anécdota, el senador de ERC ha solicitado preguntar en catalán alegando que es «Sant Jordi», a lo que el presidente de la comisión se ha negado. Joseba García, con el micrófono abierto, ha reaccionado ante esta propuesta: «El que no va a entender nada soy yo».
Joseba, ‘jefe’ de Jésica
Jésica reconoció ante el Tribunal Supremo que no hizo «nada» en Ineco, tan sólo acudió a recoger un portátil con el que realizó el perceptivo curso de riesgos laborales. Tras ello, tal y como consta en conversaciones de Jésica con su supuesto supervisor, Joseba García, llegó a entregar el ordenador de trabajo a una «amiga». Así se extrae del volcado que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha realizado del móvil de Joseba y al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE.
«Estoy en un congreso, ¿pasa algo?», le preguntó Jésica a Joseba el 29 de noviembre de 2019 cuando este le preguntó si estaba «operativa». «Nada importante. Las claves, las han cambiado», le respondió Joseba. «Jajajaja, si me escribes es importante», indicó la entonces pareja de Ábalos.
Joseba le explicó a Jésica que había un problema con las claves para acceder a la red interna de Ineco, donde él se ocupaba de gestionar sus partes de trabajo, la justificación de las horas y los fichajes de jornada. «Caducan», le explicó Joseba, a lo que Jésica le respondió que no podía hacer nada porque no tenía el ordenador de trabajo consigo. «Voy a ver, que no tengo yo el ordenador, se lo dejé a mi amiga, le he preguntado si le ha pedido cambiarlas», le señaló.
«Yo no lo uso para nada y ella necesitaba el Word, se lo dejé para que así se encendiera el ordenador». Esa fue la explicación que le dio Jésica a Joseba, el responsable de sus fichajes y a la postre su superior durante su periplo laboral por la empresa pública, cuando este le pidió que revisara el email corporativo. De esa forma, encendiendo el ordenador de forma regular, Jésica podía burlar cualquier sistema de detección de inactividad en los sistemas informáticos de Ineco.