El sindicato que sentó en el banquillo a Begoña Gómez tiene nuevo objetivo: recuperar Gibraltar
El presidente de Manos Limpias, Miguel Bernad, se centra ahora en una reivindicación histórica: la soberanía del Peñón.

El abogado y secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernad, ofrece declaraciones a medios a su salida del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 4 de Majadahonda. | Europa Press
Manos Limpias, el sindicato que ha puesto contra las cuerdas al entorno más cercano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, redobla su ofensiva y fija su nueva diana: la recuperación de Gibraltar. Tras conseguir la imputación judicial de Begoña Gómez, esposa del líder socialista y lograr que el hermano del presidente, David Sánchez Pérez-Castejón, sea procesado por un juzgado de Badajoz por presuntos delitos de prevaricación y tráfico de influencias, la asociación liderada por Miguel Bernad enfila ahora su lucha hacia una reivindicación histórica: la soberanía del Peñón.
En un país sacudido por el último gran apagón eléctrico y por una creciente desconfianza institucional, Manos Limpias vuelve a la carga con una causa que, según su líder, «no es solo territorial, sino moral». La campaña, bautizada como Recuperar Gibraltar, denuncia la inacción de los gobiernos españoles ante lo que califican como «una humillación nacional sostenida».
«El Gobierno no tiene la dignidad de exigir lo que por derecho y por resolución internacional nos pertenece», denuncia Bernad. Mientras Beatriz Corredor, presidenta de Red Eléctrica Española —empresa bajo el foco por el reciente colapso energético—, percibe un sueldo de 560.000 euros anuales, el sindicato reprocha a la clase dirigente «vivir de espaldas al problema estructural más grave de soberanía que sufre España».
Bernad no habla solo desde el activismo. En su relato personal afirma haber sido perseguido judicialmente por las autoridades de Gibraltar: fue condenado en rebeldía por un tribunal gibraltareño al que tilda de «fantasma» y multado con 105.000 dólares, suma que actualmente se le descuenta de su pensión como jubilado. «Es el precio de denunciar la corrupción, el contrabando de tabaco y el paraíso fiscal que representa Gibraltar», afirma.
La crítica no se queda ahí. Manos Limpias acusa a Fabian Picardo, Ministro Principal del enclave británico, de «reírse de España» mientras lanza bloques de hormigón en aguas españolas para obstaculizar la pesca, construye espigones ilegales y permite el acoso a patrulleras aduaneras nacionales. «Esto es más que una afrenta territorial: es un insulto a la dignidad de todos los españoles».
En su declaración pública, el sindicato arremete contra la política exterior española. «Mientras el Gobierno cede el Sáhara a Marruecos, reconoce a Palestina o perdona deudas a regímenes totalitarios, abandona una causa irrenunciable como Gibraltar». Una crítica que sitúa al Ejecutivo de Pedro Sánchez como cómplice, por omisión, de lo que consideran un “expolio continuado del territorio nacional”.
La iniciativa se organizará en tres fases. Una primera fase basada en la recogida de firmas en toda España para ser entregadas al Ministerio de Asuntos Exteriores, al Congreso de los Diputados, a la Embajada británica y a Naciones Unidas. La segunda fase con concentraciones en la sede del Ministerio de Exteriores y frente a la Embajada del Reino Unido en Madrid. Y la tercera fase, con manifestación ante «la mansión de lujo que Fabian Picardo» posee en la exclusiva urbanización de Sotogrande (San Roque, Cádiz), como acto simbólico de denuncia.
Manos Limpias insiste en que más allá de una simple reivindicación nacionalista, Gibraltar sigue siendo «un enclave anacrónico al margen de los valores europeos, sostenido por el blanqueo de capitales, el tráfico ilegal de tabaco y una fiscalidad que perjudica directamente a la economía española».
La campaña, que arrancará en las próximas semanas, aspira a movilizar a la sociedad civil «frente a la claudicación institucional». Y lo hace, como otras veces, con un discurso incómodo para el poder pero con una eficacia ya demostrada en los tribunales. La imputación de Begoña Gómez, la investigación sobre su hermano David y las múltiples querellas contra altos cargos públicos marcan una trayectoria que ha puesto nervioso al Gobierno y ha devuelto a Manos Limpias a la primera línea del debate político y mediático.