Médicos siguen la vía legal de los 'riders' contra los falsos autónomos: 7.500 afectados
Los facultativos buscan que se reconozca su relación laboral real con las empresas para las que prestan servicios

Sanitaria en un hospital. | EP.
El ‘modelo Glovo’ llega a la sanidad. Los médicos autónomos preparan una demanda contra grupos hospitalarios y compañías de seguros (Adeslas y Asisa) contra el «uso sistemático» de falsos autónomos en el sector. Siguiendo la estela de los repartidores de Glovo —cuyo caso terminó con importantes sentencias y multas por fraude laboral—, los facultativos buscan que se reconozca su relación laboral real con las empresas para las que prestan servicios, en condiciones que consideran de total dependencia. La estrategia ya está en marcha y podría suponer un nuevo golpe judicial contra la «precarización disfrazada de autonomía».
Así lo ha confirmado a THE OBJECTIVE el doctor Ignacio Guerrero, presidente de la Asociación Española de Médicos de Ejercicio Libre (Unipromel), entidad que liderará la presentación de la demanda. El caso será defendido por el abogado Juan Piqueras, el mismo letrado que impulsó con éxito la demanda contra Glovo en nombre de los repartidores. El Dr. Guerrero asegura que unos 25.000 médicos trabajan exclusivamente en el sector privado en España, de los cuales, al rededor del 30% son falsos autónomos, esto es, unos 7.500 facultativos.
Se trata de profesionales, explica el médico, que aunque figuran legalmente como trabajadores por cuenta propia, en realidad trabajan bajo las órdenes y condiciones impuestas por una empresa —normalmente aseguradoras de salud o clínicas privadas— como si fuera un asalariado, pero sin los derechos ni protecciones de uno. Es decir, a pesar de estar dado de alta como autónomo, este médico no elige libremente sus horarios, no establece sus tarifas, no puede rechazar pacientes asignados por la empresa, depende casi exclusivamente de una sola aseguradora o clínica para tener ingresos, trabaja en instalaciones y con medios que no controla y está sujeto a protocolos, supervisión o evaluaciones internas, como cualquier empleado.
Sindicato de médicos privados
Por ello, desde Unipromel —siguiendo la misma estrategia legal empleada en el caso Glovo— preparan la apertura de la vía social para que sea la Justicia quien determine si esos facultativos deben ser reconocidos como trabajadores por cuenta ajena, con todos los derechos laborales que les corresponderían.
Por su parte, desde Asisa responden a Unipromel y señalan que «los profesionales que forman parte del cuadro médico de Asisa mantienen una relación mercantil con la aseguradora a través de contratos individuales y acordados a partir de la libre voluntad de las dos partes, médico y compañía. Estos contratos establecen los principios que rigen la relación y las condiciones para la prestación del servicio que aceptan tanto los médicos como la compañía. Además, una parte importante de los médicos que prestan servicio en Asisa tienen otro vínculo societario con la compañía: son miembros de la cooperativa Lavinia, que es la propietaria al 100% de Asisa».
Por lo tanto, aseguran, «la relación entre compañías y profesionales se basa en la libre elección (ningún médico está obligado a trabajar con ninguna compañía) y en el cumplimiento de las condiciones acordadas libremente en el ámbito de las relaciones mercantiles, en el que no existe la negociación colectiva. A estos efectos, el médico es un empresario autónomo con plena autonomía». THE OBJECTIVE se ha puesto también en contacto con Adeslas y ASPE, la patronal de la sanidad privada con una representación superior al 80% de los centros hospitalarios privados del país, pero se abstienen de hacer comentarios.
Además, este viernes la Mesa de la sanidad privada ha presentado en el Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem) la constitución del Sindicato Seplamed, primer y único sindicato de los médicos que trabajan en la privada y cuyo objetivo principal será la negociación de un Estatuto propio y un convenio colectivo específico de los denominados ‘de franja’ según el modelo de los pilotos y marinos mercantes. Las siglas Seplamed, explican desde Unipromel, «tienen una clara connotación al modelo de los pilotos y es un mensaje muy potente para que los grupos hospitalarios privados entiendan que no pueden seguir contratando con ofertas de 38.000 a 45.000 euros brutos al año o precarizando a muchos médicos autónomos dependientes con contratos mercantiles que el Ministerio de Trabajo ya está analizando y que con la actual legislación serían declarados ilícitos, como ha ocurrido con Glovo y con los llamados riders».