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Zapatero se reunió con Ábalos en Transportes para que acelerase el rescate de Plus Ultra

El expresidente del Gobierno actuó como mediador utilizando su influencia política dentro del Ejecutivo

Zapatero se reunió con Ábalos en Transportes para que acelerase el rescate de Plus Ultra

José Luis Rodríguez Zapatero y José Luis Ábalos. | Alejandra Svriz

El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero mantuvo una reunión en el Ministerio de Transportes con el entonces ministro José Luis Ábalos con el objetivo de interceder a favor de la aerolínea Plus Ultra, según ha podido saber THE OBJECTIVE. La intención era clara: solicitar que se le otorgase la condición de «empresa estratégica», una calificación imprescindible para acceder al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas (Fasee), gestionado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), dependiente del Ministerio de Hacienda.

Según fuentes presentes en la reunión, Zapatero actuó como mediador utilizando su influencia política dentro del Ejecutivo. Su intervención resultó decisiva para que Plus Ultra, compañía con vinculación venezolana, recibiera esa calificación que a su vez posibilitó la inyección de 53 millones de euros de dinero público en plena crisis de la covid-19.

«Zapatero exigió que le diesen el rescate a Plus Ultra en ese encuentro», afirma una fuente directamente implicada en las negociaciones. Esa presión se canalizó principalmente a través del entonces secretario de Estado de Transportes, Pedro Saura. El papel de Saura fue determinante, ya que, conforme a los criterios fijados por el Fasee, su aval como responsable del área era imprescindible para conceder la condición de empresa estratégica a cualquier solicitante.

La operación se desarrolló en dos niveles. Por un lado, Zapatero, en coordinación con Ábalos, presionó directamente a Saurahombre con vínculos políticos con el zapaterismo, ya que fue estrecho colaborador de José Blanco en su etapa como ministro— para que diese el visto bueno a la aerolínea. Por otro lado, el propio Ábalos, desde su posición ministerial, también ejerció presión sobre la Secretaría de Estado para que el proceso no se demorase.

El encuentro entre el expresidente y el ministro tuvo lugar semanas antes de que el Consejo de Ministros aprobara el primer rescate del Fasee, en noviembre de 2020, cuando se concedieron 475 millones de euros a Air Europa. No obstante, Plus Ultra ya había comenzado las gestiones necesarias para solicitar la ayuda el 1 de septiembre de ese año, como ha reconocido la propia compañía a sus empleados en una comunicación interna enviada este miércoles y a la que ha tenido acceso TO. Este periódico se ha puesto en contacto con José Luis Rodríguez Zapatero, que ha declinado hacer comentarios al respecto.

El papel de Pedro Saura

De hecho, las negociaciones entre el Gobierno y las empresas solicitantes del rescate comenzaron meses antes. Air Europa, por ejemplo, inició los trámites en junio de 2020 con la mediación de Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno. Sin embargo, según fuentes cercanas al proceso, Pedro Saura ralentizaba deliberadamente las gestiones relativas a Air Europa.

«Saura era como una mano negra para Air Europa», dicen fuentes internas. De hecho, en una conversación con el asesor de Ábalos, Koldo García, recogida por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, el empresario Víctor de Aldama manifestó su frustración por la lentitud con la que avanzaba el expediente de la aerolínea de los Hidalgo. Koldo respondió con firmeza: «Esto se tiene que hablar con Pedro y punto, ya se pasan». Aunque no se especifica claramente a qué «Pedro» se refería, algunos investigadores sospechan que se trataba del propio presidente Sánchez, atendiendo al contexto y a su papel en las decisiones clave sobre el reparto de los fondos.

Informe de la UCO al juez Leopoldo Puente. | THE OBJECTIVE

Según esas mismas fuentes, lo que Koldo no sabía era que las órdenes de frenar el proceso de Air Europa podrían haber venido del propio presidente del Gobierno, supuestamente interesado en que la compañía fuese absorbida por Iberia. Esta maniobra explicaría la falta de voluntad política para acelerar el rescate. Mientras tanto, Ábalos trataba de avanzar por otras vías. Según publicó en exclusiva THE OBJECTIVE y más tarde recogió el sumario de la UCO, el ministro se beneficiaba personalmente de su relación con los Hidalgo. De hecho, recibió como «compensación» unas vacaciones en una villa de lujo en Marbella por facilitar la publicación de una nota de prensa favorable a la aerolínea.

En este contexto, Ábalos llegó a plantearle a Saura un intercambio directo: «Bueno, te dejo de meter prisa con Air Europa, si me tramitas ya lo de Plus Ultra». Finalmente, aunque Air Europa fue la primera compañía en recibir el rescate, Plus Ultra fue la cuarta en acceder a estos fondos públicos.

Inquietud y malestar dentro de la SEPI

Dentro de la SEPI, la solicitud de Plus Ultra no solo generó controversia, sino también una notable perplejidad. El otorgamiento del estatus de «empresa estratégica» a una aerolínea de tan escasa relevancia en el mercado nacional despertó una profunda inquietud entre los técnicos y responsables del organismo público.

Desde el principio, el Fasee establecía que solo aquellas empresas cuya actividad tuviera un impacto estructural en la economía nacional, o cuya desaparición pudiera poner en peligro sectores clave, podían optar a la ayuda. Además, el procedimiento exigía un informe favorable de la Secretaría de Estado de Transportes. A través de la Dirección General de Aviación Civil, dependiente directamente de Saura, Plus Ultra obtuvo ese respaldo clave para avanzar en su solicitud. Pero el contenido del informe causó estupefacción.

«El informe consideraba estratégica a una empresa que, por volumen, empleados y penetración de mercado, simplemente no lo era», explican fuentes consultadas. En aquel momento, Plus Ultra apenas operaba el 0,03% de los vuelos en España y ocupaba el puesto 166 en el ranking de aerolíneas activas en el país. Tenía una flota compuesta únicamente por cuatro aviones arrendados, de los cuales solo uno estaba operativo en el momento de la solicitud. La compañía, además, acumulaba pérdidas en ejercicios anteriores, lo que hacía difícil atribuir su deterioro exclusivamente a la pandemia.

Lo más llamativo, señalan las mismas fuentes, es que otras compañías con mayor peso económico y número de empleados no lograron ser reconocidas como estratégicas. Es el caso de la editorial SM, con 685 trabajadores, que vio rechazada su solicitud de ayuda bajo el argumento de que no cumplía los criterios exigidos.

«El núcleo de todo este asunto está en esa etiqueta: decir que era estratégica fue lo que lo desbloqueó todo», explican desde la SEPI. Según estas fuentes, esa calificación fue el punto de apoyo que permitió a Plus Ultra acceder al dinero público, a pesar de que no cumplía con ninguno de los indicadores clave de impacto económico, ni en empleo, ni en facturación, ni en conectividad aérea, ni en relevancia para sectores sensibles como defensa o innovación tecnológica.

«La realidad es que esa empresa no tenía ni la capacidad ni la trayectoria para ser considerada de interés estratégico para España», apuntan. De hecho, algunos directivos de la SEPI llegaron a recomendar internamente que no se tramitase esa solicitud y que, en todo caso, se dejara en cola para otras rondas, si quedaban remanentes del Fasee.

Pero esa recomendación fue desoída. La Secretaría General de la SEPI estableció que los expedientes serían resueltos según su orden de llegada, para evitar litigios relacionados con trato desigual entre solicitantes. Así, el rescate a Plus Ultra fue aprobado, pese al profundo escepticismo de los técnicos que participaron en el análisis de la solicitud.

Consultada por este medio, la aerolínea afirma que «no valoran informaciones sobre el proceso de obtención de financiación de la SEPI, que se realizó exclusivamente conforme a criterios técnicos y cumpliendo estrictamente con la legalidad y las condiciones exigidas».

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