Las grabaciones de Koldo implican al dimitido 'dos' de Interior en la compra de mascarillas
El exasesor de Ábalos se reunía frecuentemente con Rafael Pérez, mano derecha del ministro Grande-Marlaska

El secretario de Estado de Seguridad, en la comisión de investigación del Senado. | Europa Press
Koldo García Izaguirre también tiene en su poder grabaciones del que fuera secretario de Estado de Interior Rafael Pérez, quien dimitió «por motivos personales» a finales del pasado mes de mayo. Su renuncia se produjo antes de salir a la luz el demoledor informe de la Unidad Central Operativa (UCO) sobre el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán. Según las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, el exasesor del ministro de Transportes atesora «decenas» de grabaciones del ex número dos de Interior, con quien se reunía frecuentemente entre los años 2020 y 2022.
Fuentes cercanas a Koldo describen a Pérez como un «amigo íntimo» de la mano derecha del exministro José Luis Ábalos. Una relación estrecha que surgió de la vinculación de Koldo con la Guardia Civil, de sus tiempos como confidente en Navarra. «Koldo se siente un miembro más de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y adquirió algunas de sus prácticas», en relación con la grabación indiscriminada de personas, tanto de su entorno laboral como personal.
La relación entre ambos surgió al entrar en el Gobierno, cuando Rafael Pérez, juez de carrera, asumió las funciones de jefe de gabinete del ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska. Posteriormente, promocionó hasta secretario de Estado de Interior en enero de 2020. Apenas dos meses después, irrumpió la pandemia de Covid-19, y junto al confinamiento domiciliario, la necesidad imperiosa de adquirir material sanitario, sobre todo la compra de mascarillas. Fue entonces cuando emergió la figura de Víctor de Aldama, con quien Ábalos mantenía tratos desde finales de 2018. Gracias a sus gestiones, la empresa Soluciones de Gestión y Apoyo a la Empresa SL se convirtió en una de las principales adjudicatarias de los contratos Covid al registrar una facturación de 53,1 millones de euros en 2020.
Siete reuniones en seis meses
El principal contratante fue el Ministerio de Transportes, con un total de 36,7 millones de euros a través de dos de sus empresas públicas. El segundo ministerio del que se benefició esta sociedad, que había permanecido inactiva y sin ingresos los dos años anteriores, fue el Ministerio del Interior. El nuevo secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, fue el responsable de sellar el contrato fechado el 20 de abril de 2020 para adquirir un millón de mascarillas por un importe de 3,5 millones de euros. A partir de ese momento, la relación de Koldo y Pérez se intensificó. Según ha podido comprobar THE OBJECTIVE, entre octubre de 2020 y febrero de 2021 se reunieron al menos en siete ocasiones: 22 y 29 de octubre, 16 de noviembre, 14, 16 y 17 de diciembre de 2020 y el 8 de febrero de 2021.

Muchas de las citas se produjeron en solitario entre el asesor del ministro de Fomento y el número dos de Interior, salvo el 16 y el 17 de diciembre, cuando se incorporó incluso el ministro José Luis Ábalos, según las anotaciones que recoge Koldo en su agenda incautada por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil. En el calendario personal del exasesor también se incluyen dos primeras reuniones con Rafael Pérez de índole personal; concretamente la referencia es «Reunión David cuñado Rafael». Las fuentes consultadas por este periódico aseguran que las grabaciones de Koldo registraron conversaciones sobre la compra de mascarillas, pero también sobre la contratación del cuñado de Rafael Pérez, trabajador del gestor aeroportuario AENA.

Como se publicó en su momento, la marcha de Rafael Pérez del Ministerio del Interior no responde tanto a una decisión personal como a una salida forzada. Aunque oficialmente se alude a «motivos personales», distintas fuentes aseguran que fue una retirada pactada tras presiones internas, con el objetivo de rebajar la tensión creciente dentro del departamento, descrito por algunos como un entorno al borde del colapso.
Además de las reuniones con Koldo García para hacer de nexo con el ministerio y contratar a Soluciones de Gestión SL, el ex número dos de Marlaska acudió al asesor de Ábalos para que intercediera en favor de su cuñado, empleado de AENA, gestionando un cambio de destino desde Sevilla a Madrid con el fin de mejorar su situación laboral. Esto ocurrió cuando Pérez ya ocupaba el puesto de secretario de Estado, tras haber sido jefe de Gabinete del ministro Marlaska.
Solicitud de testificales de Ábalos
El pasado 8 de abril de 2025, cuando la investigación judicial ya cercaba al exministro de Transportes, la defensa de José Luis Ábalos solicitó la declaración como testigos del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y su número dos, Rafael Pérez. El motivo fue poner de relieve que «el ministerio del Interior adquirió una importante cantidad de mascarillas a la mercantil Soluciones de Gestión» investigada.

Al mes siguiente, el 27 de mayo de 2025, Rafael Pérez dimitió «por motivos personales». Las fuentes consultadas niegan el carácter personal de la renuncia y aseguran que el número dos de Marlaska abandonó su puesto porque «ya sabía de la existencia del nuevo informe de la UCO sobre Cerdán». Un dosier que se envió al juez del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, apenas tres semanas después de la dimisión de Pérez, y en el que se incluyó una conversación entre Koldo García y Santos Cerdán el 12 de diciembre de 2023. Koldo desveló al entonces secretario de Organización que «Rafa se quiere ir, no sé si te lo habrá dicho ya, me lo dijo a mí». Cerdán le respondió: «Me dijo Paco que se queda», haciendo alusión a un comisario de la Policía Nacional. Koldo le respondió: «Me dijo que se quería ir, porque no aguantaba más».
El entorno de Koldo y Ábalos aseguran que «dimitió por su papel en la compra de mascarillas». En su comparecencia parlamentaria de 25 de octubre de 2024, el propio Rafael Pérez aseguró: «No puedo negar que contactara con Koldo para buscar mascarillas. No quiero faltar a mi obligación de decir la verdad».