Magistrados del Supremo denuncian una treta del Gobierno en los aplausos del Año Judicial
El objetivo era conseguir una fotografía simbólica: jueces aplaudiendo a Perelló, pero no al fiscal general

El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, junto a Félix Bolaños.
Según ha podido saber THE OBJECTIVE, algunos magistrados del Tribunal Supremo consideran que los aplausos que se produjeron durante el acto de apertura del Año Judicial no fueron tan espontáneos como han querido presentar desde el entorno gubernamental. Por el contrario, sospechan que se trató de una maniobra orquestada por miembros del Ejecutivo para colocar a los jueces en una tesitura incómoda, proyectando una imagen de rechazo al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, y, por tanto, de falta de imparcialidad de cara a su futuro juicio.
En este tipo de actos institucionales, según recuerdan fuentes judiciales consultadas por THE OBJECTIVE, no se suele aplaudir bajo ningún concepto. «Es un acto solemne, con un protocolo rígido, como lo es un juicio. Nadie aplaude en un juicio y nadie lo hace en este acto», explica un magistrado del Supremo. Sin embargo, el pasado viernes, tras el discurso de García Ortiz —quien se encuentra procesado por un presunto delito de revelación de secretos— comenzaron a escucharse aplausos desde la zona del público.
Lo que llamó la atención de los togados no fue solo el hecho inusual del aplauso, sino quiénes lo protagonizaron. Entre los que iniciaron los aplausos se encontraban figuras del Gobierno y del entorno más próximo al presidente Pedro Sánchez, como la exvicepresidenta Carmen Calvo, el ministro de Justicia, Félix Bolaños, y la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol. Todos ellos, recalcan las fuentes, son «personas con experiencia institucional más que suficiente como para conocer el protocolo de estos actos», lo que refuerza la sospecha de que no fue un error inocente, sino un movimiento calculado.
Posteriormente, cuando la presidenta del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo, Isabel Perelló, finalizó su intervención, se repitieron los aplausos. Esto generó aún más desconcierto. Algunos jueces del Supremo, que no habían aplaudido a García Ortiz por considerar inapropiado aplaudir en este tipo de actos, dudaron entonces. «Dos veces es difícil equivocarse», reconocía un magistrado. Según estas fuentes, esto pudo llevar a que algún juez, confundido por la repetición del gesto, se sumara al aplauso tras el discurso de Perelló.
Es precisamente esta duplicidad la que ha hecho saltar las alarmas en el Alto Tribunal. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, existe la sospecha entre varios magistrados de que el objetivo último era conseguir una fotografía simbólica: jueces del Supremo aplaudiendo a Perelló, pero no a García Ortiz, dejando así en el aire una supuesta animadversión hacia el fiscal general. Y, con ello, alimentar desde determinados sectores del Gobierno la narrativa de que quienes deben juzgar a García Ortiz no son imparciales, erosionando así la credibilidad del proceso judicial y reforzando el relato político del Ejecutivo.
Fuentes del Supremo resume la maniobra del siguiente modo: «Si un juez confundido aplaudía a Perelló la segunda vez, se habría conseguido la imagen buscada: la de unos jueces que aplauden a la presidenta del CGPJ, pero no al fiscal general, justo cuando está siendo procesado. El paso siguiente sería acusar a esos jueces de estar boicoteando el acto por motivos personales o ideológicos».
En algunos corrillos posteriores al acto se escucharon comentarios en esta línea. Mientras desde el bloque progresista del CGPJ se felicitaba a García Ortiz por su «valentía» al mencionar su situación procesal en presencia del Rey Felipe VI, entre otros magistrados y fiscales se consideraba «fuera de lugar» que el fiscal general usara su intervención para justificar su continuidad en el cargo pese a estar procesado. «Eso se dice desde el banquillo, no en un acto institucional», apuntaban.
La puesta en escena, en todo caso, no dejó indiferente a nadie. El gesto de varios magistrados del Supremo de permanecer con las manos quietas tras el discurso de García Ortiz fue captado con claridad por las cámaras. Y, tras la segunda ronda de aplausos, no fueron pocos los que sospecharon que podría haberse tratado de una «trampa» diseñada para desacreditar a quienes deben juzgar al fiscal general.
Mientras tanto, el Supremo ultima la apertura de juicio contra García Ortiz, que se dictará, según fuentes jurídicas, «en cuestión de días». La causa por revelación de secretos en relación con el caso del novio de Isabel Díaz Ayuso se mantiene abierta, y los jueces están decididos a actuar con independencia pese a la presión política.